NUMB ° DRACO MALFOY (ESPAÑOL)

xix. veneno

«VENENO»

El momento en que Anastasia salió de la sala común de Slytherin, Hermione tiró de su túnica hacia una dirección completamente diferente. Mientras corría detrás de la frenética bruja, la chica no pudo evitar darse cuenta de lo temprano que era, y que lo único que hacía eco en los pasillos vacíos eran sus pasos.

—¿Qué pasa, 'Mione? —Preguntó la chica de ojos esmeraldas, la curiosidad comiéndola viva mientras veía la espalda de Hermione con confusión.

—Ron ha sido envenenado —el pronunciado acento de Hermione hizo eco en los pasillos, e hizo que Anastasia la viera con labios fruncidos y ojos ensanchados.

—¿A qué te refieres con que ha sido envenenado? —Anastasia ahora se estaba poniendo frenética mientras era halada por la chica, quien estaba tan asustada como ella, sino más.

—¡No lo sé! —Dijo Hermione de mala gana.

Si Anastasia no hubiera conocido a Hermione por tanto tiempo, esperaría un golpe directamente al rostro —justo como el que le dio a Draco años atrás—, pero la chica estaba consciente de que era así como actuaba Hermione en situaciones estresantes.

Muy pronto, Anastasia y Hermione abrieron las grandes y pesadas puertas del ala del hospital, donde vieron a Harry de pie frente a la cama de Ron, y a Ginny sosteniendo su fría mano a modo de apoyo. La castaña ni se inmutó cuando Hermione apuró su paso y se sentó en la otra silla, su mano instantáneamente encontrando la de Ron.

Anastasia silenciosamente caminó hacia ellos y saludó a Harry con un abrazo de costado, el chico la miró con cejas alzadas y notó lo cansada que lucía. En su mente, los recuerdos de lo que vio la noche anterior permanecían frente a sus ojos como algún tipo de espectro. Con un suspiro, sacudió la cabeza y se recordó a sí mismo preguntarle a la chica al respecto.

—¿Qué pasó? —Él salió de sus pensamientos tan pronto como oyó la pregunta de Anastasia—. ¿Quién hizo esto? —Harry notó lo molesta que estaba, porque frunció los labios juntos y jugó con su cabello como una maniática.

—Accidentalmente comió unos chocolates a los que Romilda Vane les puso Amortentia —Harry le explicó rápidamente antes de ser interrumpidos.

McGonagall entró con una mirada de preocupación en los ojos, mientras Dumbledore y Snape miraban al pelirrojo desmayado en la cama blanca, la mano de Hermione nunca dejó la suya, ni siquiera cuando llegaron los maestros.

—Bien pensado de tu parte, Harry —Dumbledore miró al callado chico con una mirada de orgullo en los ojos—. Usar un bezoar. Deberías estar muy orgulloso de tu estudiante, Horace —se giró para ver a Slughorn, quien estaba al fondo del grupo con una botella que Anastasia reconoció, haciendo que su corazón se hundiera.

—Sí, muy orgulloso —Slughorn contestó vagamente, sus ojos escaneando al chico aún inconsciente.

—Creo que estamos de acuerdo en que las acciones de Potter fueron heróicas —McGonagall interfirió, viendo entre Harry y sus amigos—. La pregunta es: ¿por qué fueron necesarias? —Preguntó la mujer, con cejas alzadas y ojos preocupados.

—Por mí, de hecho. Esto parece ser un regalo, Horace —Dumbledore habló, haciendo que Anastasia girara la cabeza hacia el hombre junto a ella. Sus ojos esmeraldas vieron la botella, y sintió sus manos comenzar a temblar detrás de su espalda—. ¿No recuerdas quien te dio esta botella? Por cierto, posee notorios y sutiles vestigios de alcohol y cereza —señaló el viejo hombre, llevando la botella a su nariz y oliendo su contenido—. Y está contaminada con veneno —añadió rápidamente, con una expresión de alarma.