xxxi. xenophilius lovegood

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«XENOPHILIUS LOVEGOOD»


Anastasia se abrazó a sí misma mientras seguía al trío por el oscuro bosque, en busca de la casa de Lovegood. Sus ojos esmeraldas escanearon el área con alerta, y su mano se envolvió en su varita de madera de espino, podía sentir el latido de su corazón martilleando contra su pecho con cada paso que daba.

Sus pensamientos vagaron de vuelta hacia el chico rubio platino, quien la dejaba sin aliento y la hacía sonrojarse. Se arrepentía de dejarlo, de simplemente darle la espalda como si fuera nada más que un fantasma, y rompía su corazón pensar en él luchando contra sus demonios sin que ella estuviera ahí para abrazarlo.

Y se encontró pensando en todos los asombrosos momentos que compartieron antes de que todo cambiara, cuando eran niños felices jugando sin preocupaciones de lo que sucediera en el futuro. Una sonrisa se deslizó por sus pálidos rasgos mientras el recuerdo de la sonrisa del chico invadía su mente, como jugaban Quidditch y leían libros sobre el deporte, o lo feliz que él estuvo cuando ambos fueron puestos en Slytherin. Todo respecto a Draco Malfoy era una obra de arte, pero Anastasia nunca se preocupó en prestarle atención hasta el verano antes de su cuarto año.

Draco y Anastasia consiguieron pasar un par de días del verano en el Callejon Diagon, donde compraron sus libros nuevos y comieron todo lo que podían del Florean Fortescue's Ice Cream Parlour y como pasaron horas en Suplementos de Quidditch de Calidad. Recordó lo feliz y emocionado que parecía sobre todo lo que estaba sucediendo, la Copa Mundial de Quidditch y como parlotearon sobre lo increíble que sería ser un jugador profesional de Quidditch. Ese fue el momento en que Anastasia supo que tenía sentimientos por el príncipe de Slytherin.

—¿Annie? —Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando Ron la llamó, ella se giró para verlo con el ceño fruncido—. ¿Cómo estás? —Preguntó él, caminando hacia ella con las manos metidas en los bolsillos de su chaqueta.

—Bien —respondió la Slytherin, caminando cuidadosamente fuera del bosque y siguiendo a Harry y Hermione—. Estoy bien. ¿Y tú? 'Mione me contó que desapareciste por un par de días.

—Yo—sí —él asintió rápidamente, frunciendo sus pálidos labios. Anastasia frunció el ceño.

—También mencionó que le dijiste a Harry unas cosas muy horribles. ¿Eso es cierto? —Sus ojos buscaron los del chico.

—Me arrepiento de ello —dijo el pelirrojo calladamente, bajando la mirada a las hojas caídas que estaban pisando. Ella exhaló bruscamente.

Anastasia decidió permanecer en silencio por el resto del viaje, o al menos hasta que llegaron a casa de Luna. Sus pies comenzaron a doler y el sueño comenzó a vencerla, pero no se detuvo ya que vieron una casa de aspecto extraño lejos de ellos.

—¿Luna? —Preguntó Ron, rompiendo el silencio entre el cuarteto. Harry alzó la mirada para admirar la casa y exhaló profundamente.

—Luna —dijeron él y Hermione, sus ojos pegados a la vista frente a ellos.


...


—Así que —comenzó el hombre, mirando al cuarteto con una mezcla de nerviosismo y miedo—. ¿Qué lo trae aquí, señor Potter?

—Bueno, señor, se trata de algo que estaba usando en su cuello en la boda. Un símbolo... —el chico divagó, viendo a sus amigos y después regresando la mirada al hombre.

—¿Te refieres a esto? —Estiró la mano hacia sus ropas y sacó un collar para mostrar el símbolo. Los adolescentes se miraron entre sí antes de encontrarse con su mirada de nuevo.

NUMB ° DRACO MALFOY (ESPAÑOL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora