Locura Semidiosa- Nico di Angelo

Capítulo 17

"Todos los personajes de las sagas de Percy Jackson le pertenecen a Rick Riordan, excepto los de mi invención."

¡Disfruten de la lectura!!

Campamento Mestizo

Narra Abbie

Dicen que los días se pasan muy rápido si los compartes con las personas indicadas, las horas las sientes como minutos que pasan volando, justo como en estos momentos las hojas pasan delante mío y caen en el lago del campamento, estas son arrastradas por la corriente, pero siempre se mantienen flotando.

Suspiro de manera lenta mientras observo como todo sigue su rumbo, pero yo no logro encontrar el mío.

Las horas las siento como días, y verdaderamente siento que todo pasa de manera lenta... o seré simplemente yo la que me obligo a sentirlo de esa forma.

Han pasado dos días desde que Rachel, o mejor dicho el Oráculo dicto la profecía, siempre he sido un asco en memorizar párrafos, pero las palabras que salieron de la boca de la pelirroja resuenan todavía en mi cabeza, sin descanso.

Arrojo una piedra al lago tratando de mantenerme distraída, evadiendo todo tipo de pensamiento que me obligue a sumergirme en mi mundo y desperdiciar un día tan lindo, aprovechando que no están ni Percy, ni Jason y sus novias, que son como mis padres, persiguiéndome para que no me sienta triste, me gusta que se preocupen por mí, pero ya no soy una niña indefensa que no sabe cuidarse, sé que perdí a mis padres, pero eso no es excusa para dejar que otros resuelvan mis problemas. Por otro lado Leo y Alex se encargaban de visitarme fugazmente con chistes nuevos y inventos locos de ambos.

La luz se empieza a filtrar entre los árboles y murmullos suenan desde el bosque, eso indica que un nuevo día está empezando.

- Un día más- digo metiendo mis pies dentro del agua, reconfortándome de manera inmediata.

Puedo ver como algunas náyades se asoman desde algunos metros y me miran curiosas, las saludo distraídamente, ellas me lo devuelven y se van a quien sabe dónde, llevo la mirada hacia una corriente diferente que se acerca en mi dirección, eso me desconcierta y con temor saco mis pies de agua, estoy por gritar y sacar mi espada hasta que veo como la forma de un hombre sale del agua, cabello negro, una barba bien recortada, ojos color verde mar que me recuerdan mucho a los de Percy y a mi madre, tiene un bonito bronceado, lleva una sonrisa en su rostro provocando unas leves arrugas alrededor de sus ojos.

No salgo de la sorpresa que me invade al reconocer a mi abuelo materno, salgo de mi asombro al sentirlo sentarse a mi lado, está vestido de manera informal, muy diferente a Zeus, mi abuelo paterno. Viste unas bermudas color caqui, unas sandalias de cuero y una camisa hawaiana, y en la cabeza una gorra un poco maltratada, digna de un pescador.

- No saludaras a tu abuelo- me dice si quitar su sonrisa.

Sin recuperarme del todo le doy un abrazo, pensando que será corto, pero él me aprieta y se extiende, el olor que emana el Dios me recuerda mucho a mi Madre, con ese pensamiento, lo apretó más y me pongo sentimental.

Al separarnos en me mira fijamente, su mirada es tan parecida a la que me daba mi madre, pero no es exactamente la misma, no tiene ese brillo materno que siempre reflejaban los de mi madre, ese brillo que me reconfortaba rápidamente, como quisiera poder verlos en estos momentos.

- Te pareces tanto a tu madre- dice el Dios, su voz es tranquila pero imponente, le dedico una mirada fugaz - su parecido es increíble- dice el, ambos miramos el agua que esta tan tranquila y serena.

- Gracias- digo en un murmullo, hay un silencio en el ambiente, estaría nerviosa si él se hubiera presentado en otra ocasión, pero ahora no estoy con ánimos ni para eso, hace dos días que no duermo bien.