Mi Juguete Favorito (RIREN) (LEVIxEREN)

Capitán

Aún estaba adolorido por la terrible paliza que su ahora nuevo Capitán le había dado en medio del juicio en frente de toda esa gente.

Sus huesos y músculos le dolían al moverse, sin embargo hoy era su primer día de entrenamiento y tenía que empezar a acostumbrarse, pues lo que venía sería peor que levantarse de la dura cama del calabozo.

El sonido de las botas al pegar contra el suelo lo aterró, su nuevo miedo era el capitán Levi, y la probabilidad de que él se asomara por los barrotes no lo reconfortaba.

Se escuchó el sonido de las llaves abriendo la celda. Un gran alivio llenó el cuerpo de Eren al ver que no era el Capitán quien le abria, no conocía al soldado, pero eso no hizo que este le ordenara salir y decirle que tenía que apresurarse a llegar a su entrenamiento, pues el capitán no era muy paciente, dejando claro que era más recomendable llegar antes que él.

El castaño se apresuró al escucharlo, salió de la celda y junto al desconocido emprendieron el camino.

Lo llevó detrás del castillo donde ahora vivían, un área verde, amplia y soleada. El soldado se fue y Eren se limitó a esperar sentado en un tronco que estaba cerca. El paisaje lo intimidaba un poco, así que prefirió bajar la mirada.

Luego de un rato casi insignificante un ruido sordo lo exaltó, algo pesado había caído contra el suelo a unos pasos de él, alzó la mirada nuevamente teorizando que fuera su capitán, Levi había dejado caer indumentaria para el entrenamiento; sacos de arena, barras de acero entre otros instrumentos con peso.

El castaño se puso de pie rápidamente evitando la mirada del capitán, mirando fijamente al frente, en posición de firmes.

Como decía el código militar, "no mirar a los superiores a los ojos a menos que sea requerido".

- Buenos días, capitán -

- No hables si no te lo pido -

El resto del día fue arrasador, nunca en su vida le habían exigido tanto esfuerzo físico, el sudor corría por su piel hasta perderse en su ropa mojada, y alguna que otra caían a la tierra.

Le habían puesto a correr varios kilómetros con una de las barras en los hombros con varios kilos en las extremos, había tenido que hacer demasiadas abdominales, lagartijas y sentadillas, había recorrido varias veces un circuito de obstáculos hasta que el capitán estuviera convencido de que lo había hecho bien, para luego repetir una vez más.

Al final del día Eren cayó de rodillas aún con el peso en su espalda.

- ¿no sirves para hacer esto? ¿Entonces de que sirve que seas un titán si no puedes ser un buen soldado? Mocoso inútil - Levi lo estaba probando, un método algo duro pero necesario según su criterio.

Eren trató de levantarse, ¿qué le haría si no podía? ¡estaba exhausto! su respiración estaba agitada, su corazón era una locomotora orgánica a toda marcha y no podía ni siquiera pedir clemencia, su voz no salía de su garganta seca.

- ¡vamos basura levántate! -

Eren trató de levantarse pero fue inútil, cada vez que lo intentaba caía al suelo, sus piernas temblaban con cada esfuerzo por moverlas, los brazos se sentían inexistentes si no fuera porque sabía que estaban pegados a él. Sólo lograba empujar su cuerpo un poco para luego caer rendido ante tanta exigencia y agotamiento.

Sintió cuando el polvo tocó su cara al ser levantado por el aire, cuando el capitán se puso en cuclillas a su lado, ambas miradas se cruzaron, una totalmente perdida y cansada, sin una pizca de normalidad y con demasiado temblor en los párpados, pero llenos de inocencia y brillo, la otra tan distinta, pesada, llena de experiencia y peligro, las sombras debajó de los ojos eran ese defecto que tanto había llamado su atención al principio, que a los ojos de Eren no eran más que una virtud.