Preludio

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La noche anterior:

Armin no pudo contener las lágrimas por más tiempo, empezó a llorar sin reprimir nada, se arrodilló en la tierra colapsando por completo, dejando salir sollozos y a la vez secándose esas lágrimas que parecían no secarse. Se encontraba detrás del comedor.
Momentos antes Jean había hecho una broma muy hiriente al rubio, Armin prefirió contenerse en el momento pero al final no pudo más.

-¡Armin!- la voz de Jean puso alerta al rubio haciendo que se levantara de un salto y buscara un escondite con la mirada pero Jean fue más rápido.

-¡ah Armin! ¡aquí estas!- Armin aún no sabía de donde Reiner había sacado esas botellas de licor pero estaba seguro que Jean estaba muy pasado de copas, su voz arrastraba las palabras y no parecía consiente de nada de lo que hacía.

—¿qué a pasado? ¿por qué haz salido así de repente?—

Jean tomó al rubio por el hombro y al darle la vuelta vio esas lágrimas y su rostro lleno de vergüenza.

—¿qué pasa Armin?— Jean pareció ponerse más serio, puso sus manos en los hombros del chico e incluso se inclinó un poco para ver a los ojos a Armin.

—¿hice algo para lastimarte? ¿Armin bebe ya no me quiere? Si lo hice perdoname! Nunca intentaría lastimarte, no podría vivir en un mundo sin ti Armin—

Lo volvía a hacer, una vez más se burlaba de él, estaba seguro que se aprovechaba de sus sentimientos hacia él.

Jean empezó a sacar lágrimas de borracho, de esas a las que no se les creé por fáciles y absurdas. Armin pensó que se estaba abusando demasiado y simplemente apartó las manos de Jean y dio un paso atrás.

— no te soporto cuando te pones así, eres un maldito impertinente y abres la boca cuando no debes, si tanto dices que no quieres lastimarme pues entonces simplemente  no lo hagas, ya no lo soporto Jean, ¡¿qué demonios quieres de mi?!—

—solo te quiero a ti Armin— El más alto abrazó al rubio en contra de su voluntad y a pesar de las réplicas de este Jean lo aprisionó contra él.

—te necesito conmigo Armin—

Armin empujó a Jean fuertemente perdiendo la paciencia.

—ya deja de decir tonterías Jean, deja de burlarte de mi—

—¡maldición! ¡qué no lo hago!—Armin se asustó al escuchar a Jean gritarle, había gritado de una forma muy seria, en la que nunca pensaría que Jean fuera con él, el más alto se dio cuenta del sobresalto del rubio y prefirió tranquilizarse, respiró profundamente y luego miró al rubio de nuevo.

—perdona, yo no quise hablarte de esa manera—

Jean no supo que hacer para contentar a Armin así que prefirió alejarse y dio la media vuelta.

—Jean—

Jean se detuvo y cuando volteó a mirarlo sintió un pequeño empujón y luego unos labios besándolo , las manos delicadas lo tomaban del rostro, empezó a disfrutar de aquel beso como nunca pues rodeó al chico entre sus brazos y acarició su espalda, bajó a su cintura donde metió las manos debajo de la ropa buscando su piel apretandolo más contra él, bajó más llegando a esos glúteos que siempre quiso tocar, incluso cuando eran solo amigos, pero nunca quiso admitirlo, hasta ahora, al estrujarlos un poco escucho un jadeo de la boca del rubio, él también lo deseaba con ansias.

Actualmente:

Esta vez todos estaban listos para poner en marcha el plan de atrapar a Annie por segunda vez, esperaban que esta vez fuera un éxito.
Al fin habían entrado al distrito Satohess y cada quien disfrazado y disimulando, evitando alzar sospechas, el trio caminaba oculto entre la gente disfrazando su equipo 3D por las calles sin llamar la atención. Eren no dejaba de pensar en esa carta, quería dar media vuelta e ir directo a él, abrazarlo, besarlo y decirle que lo amaba, preguntar el por qué de sus decisiones sin preguntarle nada a él, su mente estaba tan distraída que ni siquiera sabía hacía donde caminaba, su mente estaba ausente, y su corazón roto, cada vez que recordaba esas líneas y resonaban en su mente, sus lagrimas luchaban por no surgir, intentaba controlarse, cuando  lo lograba de nuevo volvían a él necias, esas palabras en tinta que tanto daño le causaban, de nuevo luchaba contra sí mismo.
    Su interior colapsaba poco a poco y nadie se daba cuenta, solo él se dio cuenta de la verdad que había en esas palabras escritas, se había autodestruido tanto que ni él mismo notó cuanto destruía a los demás, se había vuelto una persona completamente inmersa en sus propios intereses, egoísta y un mártir  a la vez, una víctima que solo piensa que alguien tiene la culpa de sus desgracias, y como una vez le dijo al capitán, Eren era una mierda de persona ó al menos así se sentía en esos momentos, esa carta le había abierto los ojos, y ¡estaba bien! ¡Estaba bien saber la verdadera situación! Pero le hubiera encantado averiguarlo por sí mismo, y no por medio de la persona que más quería impresionar y hacerle saber que era el indicado para amar, esa carta le confirmó que no era su destinado, si no, un amor más en la vida del capitán.

Mi Juguete Favorito (RIREN) (LEVIxEREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora