Mi Juguete Favorito (RIREN) (LEVIxEREN)

Ultimátum

Jean se despertó más temprano que de costumbre, justo como lo había planeado, bajó rápidamente de su litera con intenciones de acostarse un rato entre las sábanas de Armin, pero cuando vió la cama vacía de Eren, no pudo evitar preguntarse dónde estaba, miró a su alrededor y cuando su vista se posó en la cama del capitán tuvo que ahogar un grito de asombro, su mirada fue rápidamente hacía Connie, se alivió un poco cuando lo vio perdidamente dormido, por su cabeza paso decirle de inmediato a Armin.

—Armin, hey despierta— Movió un poco el hombro del rubio, no espero mucho para que esté abriera los ojos, él al ver a Jean sonrió tallando sus ojos.

—Buenos días, Jean—

Jean se olvidó por un momento de la otra pareja y pensó que su chico se veía hermoso esa mañana, con el cabello revuelto y medio dormido se veía adorable. Acarició la mejilla del chico y dejo un beso en su frente, Armin jaló un poco su brazo invitandolo a acompañarlo en la cama.

— Aún es temprano, quiero dormir contigo un momento—

Era obvio que el mayor no se negaría a esa petición y sin pensarlo dos veces se acostó junto a él, tapó a ambos con la sábana, lo abrazó por detrás encajando perfectamente uno con el otro, Armin olía delicioso y estaba calientito, lo hacía tan feliz abrazarlo de esa manera, por un momento fantaseo con que estaban en una cabaña excluida de todo, solo ellos dos y la naturaleza, el mundo había cambiado y ya no había peligros ni nada mortal por que preocuparse, y estaban ahí abrazados sin ninguna preocupación más que el bienestar del otro.

Ese sueño a Jean le pareció lo más hermoso y lo añoró más que a cualquier cosa en que haya soñado, sentía como el rubio acariciaba esas manos entrelazadas de ambos, se sentía desbordar amor por los oídos con cada detalle, finalmente ambos cayeron dormidos después de un rato.

Jean aún dormía, parecía soñar, escuchaba unas voces lejanas, al principio no entendía mucho lo que decían, parecía como si Eren y Connie estuvieran hablando, luego se unía Sasha pero Mikasa la callaba, todo era tan confuso, sin esperarlo abrió los ojos y todos los murmullos se callaron.

Pensó que había terminado ese sueño tan extraño y trivial pero estaba equivocado, al principio no supo que hacer y tampoco los presentes, todos lo miraban expectantes y callados, se habían callado al verlo despierto. Jean miró a todos los que hablaban en su sueño frente a él y de inmediato recordó dónde estaba y con quién; quiso que la tierra se lo tragara y entró en pánico. Casi tan rápido como cayó en cuenta de todo, se alejó de Armin sentándose y pegando su espalda en la pared.

—¡Aah!— El tonto se había golpeado la cabeza con la cama de arriba.

—Jean, ¿Qué pasa? ¿Porqué gritas?—

El rubio se sentó y apoyo su peso en su mano mientras que con la otra cubría su boca, aunque no pudo terminar su bostezo, se quedó estático cuando vió a sus compañeros frente a él, la impresión hizo resbalar su mano donde había recargado su peso para poder sentarse, había estado cerca de la orilla y sin poder decir nada más, cayó todo su peso contra el suelo aterrizando con su nuca y su espalda alta.

A comparación del bicolor este soltó un quejido, cuando volvió a mirar a sus compañeros de igual forma entró en pánico haciendo que su azoramiento fuera más evidente.

—Chicos... ¿Q-qué hacen aquí?— su voz salió con trabajo y con nerviosismo, mirándolos desde abajo.

Mikasa fue la que ayudó a Armin a levantarse.

—¿Y cuando planeaban decirnos de esto? — fue Connie quien preguntó desconcertado.

— Armin no está obligado a contarnos nada chicos— Abogó Eren por la pareja, vio que Jean miraba a otro lado intentando ocultar su rostro rojizo y Armin no sabía ni siquiera que decir. — Esto es algo que solo les concierne a ellos.