«Vaya, May tenía razón», pensó Lee.
—¡Marie! —exclamó la hermana menor, de nuevo—. Te hemos estado buscando todo el día, ¿en dónde te habías metido?
Ella estaba sentada en una roca, de espaldas, contemplando el arroyo que cruzaron ayer. Creyeron que no las había escuchado, pero respondió.
—Hola. —Lee se percató de inmediato de que ella temblaba, no de miedo ni de ira; estaba agitada. Ahora más que nunca le urgía saber todo lo que pasó con ella y los demás. Pasaron casi ocho horas desde que había salido a la caza de Eddy y el otro sujeto. Podrían haber ocurrido miles de cosas entre medio.
—¿Los atrapaste? ¿Dónde están? —agregó para disimular su asombro. Sentía una ligera envidia hacia Marie, pues según los indicios, parecía que había tenido una tarde estupenda persiguiendo al malo como si de una heroína se tratase, mientras ella y May se habían pasado medio día pegadas a la sala de estar de casa y otro medio día vagando por el bosque y el barrio, sin hallar nada de nada. Pero lo que más le molestaba era saber que lo tenía merecido. Marie fue la única astuta que esquivó los chorros de pegamento del enmascarado.
—¿Qué sucede, Marie? —preguntó May, mientras le ponía una mano en el hombro.
Está claro que algo la mantuvo lejos de casa durante toda la tarde, pero ¿qué? Marie se dio la vuelta lentamente. Tenía una ligera sonrisa de resignación y la vista hacia abajo. Parecía sumamente conmovida.
—Sé quién lo hizo —aseguró con un hilo de voz. Las dos hermanas se miraron, muy extrañadas.
Una vez más, los Eds habían logrado escapar de él. Una vez más, habían logrado salirse con la suya. Kevin no sabía que era más decepcionante, si perderlos una vez, dos veces, o además de ambas, ser humillado por ellos. Pensaba que al haber capturado a Ed ya había ganado, pero de nuevo algo tuvo que salir mal. Si había algo que deseaba era volver a ver la cara de Eddy para enterrarle de una vez el mazo que llevaba en su mano.
Le había prometido a Nazz no usar nada que pudiera ser mortal, como lo era ese mazo, y de verdad quería evitar decepcionarla, pero ojos que no ven... Y hablando de Nazz, no volvió a verla por ninguna parte. Desde que perdió de vista a ese par de infelices ladrones, Kevin no había vuelto a saber de nadie. La última vez que la había visto fue en la persecución, pero al parecer en algún momento ella se quedó muy atrás. Desde entonces, estuvo vagando por las calles del barrio en busca de alguien con quien hacer algo.
Le había costado un poco de trabajo ignorar sus insinuaciones, en parte porque el también deseaba un tiempo de calidad con ella, pero sabía que si se desviaba del objetivo, que era Eddy, éste se les escaparía como se les acababa de escapar ahora.
Levantó la mirada hacia el nuboso cielo oscuro. Otra noche estaba transcurriendo. Ya deberían ser las diez de la noche y el traidor seguía por ahí, prófugo. Debería estar ahora mismo en un lugar muy bien oculto, o quizá en movimiento, alejándose más y más del barrio, y eso sería lo peor. Lo único que le daba esperanzas era saber que Eddy no tenía otro lugar a donde ir allá fuera, a menos que tuviera otro hermano más aparte del simio que trabaja en ese parque de atracciones... Tenía que reconocer que cuando están en una situación extrema, los Eds eran más rápidos que nadie. Ellos corren como si no hubiera un mañana, y mientras eso siga así, no tendría oportunidad de atraparlos. Si tan solo fuera más rápido....
«¿Rápido? ¿Qué tanto?»
Solo lo suficiente. Kevin apretó el mango del mazo con más fuerza. Su puño adquirió un tono rojo. Deseaba poner ese mazo en el lugar que le correspondía, pero no podría hacerlo si primero no tenía la cabeza fría. No servía de nada ver con que arma les daría hasta morir si primero no los alcanzaba. Cada vez que pensaba en la velocidad, recordaba los programas de carreras de autos y motocicletas que tanto le apasionaban. Como no tenía más de trece años, no tenía permitido usar otro vehículo aparte de su bicicleta.
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El ladrón de Peach Creek [Ed, Edd & Eddy][+13]
FanfictionLas pertenencias de todos desaparecen misteriosamente. Doble D interrumpe su trabajo para investigar los pasos del responsable, sin saber que éste se encuentra fuera de su alcance, y al mismo tiempo está mucho más cerca de lo que cree. ►Los personaj...