Capítulo 22: Maratón (1/3)

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—Y bueno, ¿me pueden decir ahora qué pensaban hacer?— Pregunté, enarcando una ceja mientras sonreía.

Billy suspiró, mientras el resto de los chicos intercambiaban una mirada cargada de nerviosismo. No podían ocultármelo. No los conocía muy bien, pero sabía cuando se traían algo entre manos.

Ben jugueteó con sus manos, dando un paso al frente y sentándose a mi lado. Se descolgó su mochila del hombro y la abrió completamente, mostrándome que en su interior habían varios papeles y lápices, junto con una linterna gruesa.
Sacó lo que supuse era un mapa, y lo extendió a mis pies. Nuevamente era un dibujo del sistema del alcantarillado de Derry. Lo único que aquello anunciaba era problemas.

—La última vez no pudimos llegar ahí, pero estamos más que seguros que esta es su guarida. Solo necesitamos llegar sin detenernos. Podremos vencerlo.— Me explicó Ben, señalando con su dedo el lugar de unión de todas las huesudas alcantarillas. Suspiré y mi piel celó instantáneamente. Temía que todas nuestras ideas solo fuesen pasos en falso. Habíamos intentado mil cosas, y solo era un fracaso tras otros, ¿qué hacía qué esto fuese diferente?

Y entonces, como por arte de magia, o tal vez de instinto, un recuerdo se encendió en mi cabeza como una bombilla. Recordé el día en que Billy me ayudó a salir del hospital y fui a la biblioteca. El miedo, era nuestra salida y defensa. Era su arma al mismo tiempo.

Inmediatamente me puse de pie de un salto—. Chicos, necesito decirles algo.— Anuncié emocionada ante mi descubrimiento.

Ellos me miraron con confusión y curiosidad.

»—¿Recuerdan qué cuándo llegué aquí ustedes me dijeron qué Eso utiliza en nuestra contra nuestros peores miedos?— Todos asintieron, sin comprender en absoluto mi alocada habladuría—, vale, y nos ataca exactamente con eso. ¿No es así?

Nuevamente asintieron, pero sabía que en el fondo no entendían mi punto.

Avancé por el arroyo, siendo seguida por ellos—. Escuchen, el miedo, como todos los sentimientos, puede ser controlado. Si en medio de todo el frenesí que Eso nos causa, logramos controlar nuestro propio terror y hacerle frente, él perderá su poder sobre nosotros. Y entonces podemos vencerlo, ¿entendéis? Solo tenemos que reprimir nuestro miedo y ser nosotros quien le ataquemos a él. Solo es una teoría que se me ocurrió, pero podemos ponerla en práctica hoy...— Dije, mirando fijamente la entrada a la alcantarilla. Era nuestro boleto a la salida de este horripilante juego.

Oí un chillido detrás mío—. ¿Tenemos qué entrar de nuevo? Yo digo que no es una buena idea.— Replicó Eddie con voz temblorosa.

—¿Qué otra opción tenemos? ¿Esperar hasta qué uno de nosotros muera o hasta qué le rompan el otro brazo a Richie?— Respondió Beverly a la defensiva.

—Gracias.— Soltó Richie con ironía.

Me volteé, presenciando como todos esperaban mi aceptación para comenzar el plan. Simplemente no tenía palabras para describirlo, pero me alegraba inmensamente estar de vuelta con ellos.

Agarré la mochila de Ben y saqué la única linterna que contenía, encendiéndola de inmediato.

—Andando.— Ordené, infligiéndome valor para guiarlos.

Todos asintieron, y entonces nuevamente miré la entrada, reprochándome a mi misma de si era una buena idea.

Porque, vamos, la mayoría de mis ideas son pésimas.


















El agua maloliente y repleta de basura ya nos llegaba aproximadamente a las rodillas, lo cual era completamente asqueroso. Arrugué la nariz asqueada y seguí caminando, mientras sostenía nuestra única luz con fuerza.

Rotten: It/Eso [Bill Skarsgård]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora