Capítulo 19.

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El verdadero amor es como no sentir miedo cuando estás frente al peligro, porque simplemente lo quieres demasiado.

Eran exactamente las diez de la mañana, y yo aún no podía controlar la emoción que bullía en mi interior. Corría de un lado al otro de mi habitación en busca de la ropa perfecta, casual, pero bonita. Era un total dilema lo que tenía en mi cabeza, y lo peor; faltaba muy poco para que él llegara.

Después de tantos días de total angustia, Jack decidió que debíamos dejar eso atrás, y simplemente tener un día fuera de la desesperante rutina. Era una sorpresa que me tenía completamente sobre ascuas.

Me puse un pantalón corto para evitar el calor, y una blusa levemente holgada. Después de algunos días, ya no requería vendaje para la herida de mi estómago, la cual estaba despareciendo satisfactoriamente. Era como si la cortadura nunca hubiese estado ahí.

Me vestí rápidamente y un bocinazo fuera casi me hace trastabillar. Era él.

Suspiré y tomé mi bolso repleto de cosas que creía necesarias, y entonces salí de mi habitación pitando, como una princesa de antaño que espera ansiosa el regreso de su príncipe.

Bajé y atravesé la estancia aceleradamente, pero allí ya estaba Annie esperándome con los brazos cruzados. Rayos.

—¿Llevas dinero, suéter, comida?—. Preguntó en un segundo. Últimamente actuaba más demandante y sobrepotectora por la mayoría de accidentes que había atravesado. Supuse que si mi cita no fuese con Jack, no me habría permitido salir.

—Sí, ¿ya puedo irme?— Ella suspiró y asintió. Le di un beso en la mejilla y se rió. Al instante salí al cálido clima de Derry, dirigiendo mi mirada a aquel hombre que estaba enloqueciéndome a cada segundo que pasaba.

Él saltó del auto y caminó hacia mí, con su típica sonrisa anhelante. La imité y corrí, tirando mis cosas para abrazarlo. Reí mientras me apegaba, ya que parecíamos un par de adolescentes con las hormonas revolucionadas. Pero era inevitable, estaba loca por él.

Sus manos acunaron mi rostro, besándome sin precedentes. Dulcemente, como si temiera lastimarme al hacerlo. Lentamente las bajó a mi cintura, apretándome contra su cuerpo levemente.

—Hey... Annie debe estar mirándonos desde la cocina. No creo que le haga mucha gracia que me manosees a mitad de la calle.— Me burle, y él sonrió.

—¿Entonces eso significa qué puedo manosearte en privado?— Cuestionó risueño y enarcando una ceja. Me separé con una sonrisa y le golpeé suavemente el hombro.

Jack tomó mi bolso, que permanecía en el suelo y lo alzó, poniéndolo dentro del auto. La curiosidad era mucha—. ¿Adónde vamos?

Él sonrió—. No, preciosa. Ni lo intentes, es una sorpresa.

Puse un puchero y él se acercó —. Si sigues haciendo ese gesto será imposible no decírtelo.

Le sonreí tiernamente, plantándole un pequeño beso en los labios.

—Larguémonos de aquí...— Le susurré, rozándole el pecho juguetonamente. Rápidamente asintió, yendo al lado del conductor. Me subí a su lado, y entonces sonreí, este seria un día memorable.














En aquel instante, en que salimos de los confines de Derry, di un suspiro cargado de alivio. Aquello significaba que tal vez estábamos a salvo de Eso, y simplemente estaríamos alejados de su maldad por un rato, el suficiente para divertirnos y disfrutar de nuestra propia compañía.

Rotten: It/Eso [Bill Skarsgård]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora