2| Capítulo 10.

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→Omnipresent point of view.

Desde el inconveniente producido en lo recóndito de las alcantarillas de Derry, las horas habían pasado siendo realmente despiadadas. Varios miembros de la policía del pueblo –siendo alertados por los médicos que atendieron a la rubia moribunda– dieron un largo interrogatorio a los presentes en el incidente, cuestionándole a cada uno de ellos el hecho que llevo al estado actual de Sky Rogers, una mujer ya conocida en el pueblo como tal. “El club de perdedores” se abstuvo de contar algo relacionado al accidente, ya que todos comprendían que era un secreto que se llevarían a sus tumbas. Igualmente –sabían dentro de ellos– que relatar la existencia de un payaso lunático que los acechaba desde niños sería una fábula poco creíble. Podrían meterse en aún más problemas, dado que era algo bastante grave.

Mientras todos los integrantes del pequeño grupo esperaban ansiosos noticias sobre Sky, ella se preparaba silenciosamente en la habitación del hospital. El doctor que estuvo a cargo de su caso desde su ingreso le relató que su embarazo estaba fuera de riesgo, por lo cual podría volver a su casa de inmediato. El aviso había sido dado únicamente a ella, por lo cual nadie se esperaba el verla salir caminando tranquilamente en la sala de espera.

Jack, quien no había descansado en absoluto desde que ella llegó a emergencias, sintió un alivio inmenso en el pecho al observarla de manera radiante. Estaba cansada, ambos lo sabían, pero no se rendiría. Esa era ella.

Al verse, él corrió a su encuentro, elevándola en sus brazos cuidando de no lastimarla. Sky se sintió aún más tranquila, pero sin poder evitar pensar en la amenaza que había recibido. Sus ojos buscaron con lentitud la mirada de la persona a la que temía, pero no hubo rastros de ella. Lentamente, se relajó, pero sin poder despejar el sabor de la traición permanente en su boca.

—Me alegra que estés bien.— Susurró Jack, dándole un tierno beso en los labios a la rubia. Ella sonrió abrazándole.

Mientras tanto, los demás se acercaron a la pareja, entre ellos Bill, mucho más confundido de lo que estaba hace minutos. Verla siempre le causaba un revuelo extraño de sentimientos que no podía controlar.

—¿Cómo te sientes?— Preguntó Richie con una sonrisa, al mismo tiempo que la rubia se separaba de Jack. Richie plantó un beso en su frente, a la vez que los demás empezaban a platicar.

—Fue... una locura, ¿verdad?— Susurró Beverly, sin saber que más decir al respecto. Tenía bastante curiosidad sobre lo que Sky había presenciado en el subsuelo, pero no era capaz de preguntárselo. Era demasiado pronto, y los ánimos de todos se encontraban por los suelos.

—No es el momento pata hablar de eso.— Refutó con decencia Bill, ganándose la mirada de Sky. Ella, hasta ahora, no había dicho una palabra.

—Debo irme.— Fue lo único que dijo Sky unos segundos después, sorprendiendo a todos.

»—No he visto a Annie desde que llegué. Debe estar preocupada; sigan sin mí, ¿vale?— Repuso rápidamente. La verdad era que su madre adoptiva nisiquiera sabía sobre su presencia repentina en el pueblo; Sky únicamente quería darse un respiro. Estaba harta de echar a perder los planes del grupo por su torpeza, o eso pensaba al menos. Necesitaba un tiempo para reconsiderar lo que tramaba.

Ellos asintieron, por excepción de Jack y Bill. Cuando los integrantes originales del grupo se alejaron a la puerta delantera del hospital, Jack acarició los brazos de Sky, erizados al máximo por el frío que sentía dentro.

—¿Estás segura?— Preguntó el castaño. No le hacía mucha gracia el hecho de dejarla sola, más en su estado tan delicado, pero pasando de eso, la conocía mejor que nadie. Sabía que en ciertos momentos ella requería estar sola, no solo para pensar, sino para volver a ser la chica extrovertida y feliz que él amaba.

Rotten: It/Eso [Bill Skarsgård]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora