Rotten: It/Eso [Bill Skarsgård]

Capítulo 25 (Especial)

→Billy

No podía sentir mi cuerpo. Era como percibir apenas pequeños choques de energía debajo mío, lo que supuse eran los pasos corriendo de Víctor. Le había oído, cada cosa que había dicho, y ahora comprendía que Sky valientemente se había arriesgado por mí..., no solo por mí, por todos los demás.

Ella... Era alguien sumamente especial en mi vida. Su llegada a Derry había sido imprevista, pero hoy agradecía que hubiese llegado justo cuando más la necesitábamos. No solo por derrotar a aquel monstruo, sino por ser alguien tan incondicional y hermosa. Su sonrisa, junto con su pésimo sentido del humor nos habían alegrado los días. Ella, a pesar de no ser más que una chica a quien todos veían con malos ojos, significaba más para mí que para cualquiera; era como mi familia.

Y ahora, me necesitaba.

—¿Bill? Hey, despierta.— Replicó quien supuse era Víctor, dándome palmadas suaves en el rostro. Rocé una superficie plana y abrí los ojos; el cielo estaba nublado y frío. Me incorporé con pereza y vi a mi alrededor, estábamos en el pastizal que rodeaba el arroyo, alejados de la entrada del alcantarillado. La respiración se me aceleró.

—T-Tenemos que volver. ¡S-Sky sigue allí dentro!— Le grité a aquel tipo, quien permanecía temblando cobardemente. Era una horrible persona, pero necesitaba la mayor ayuda que pudiese conseguir.

—Ella no quiere que volvamos, ¿lo entiendes? Es peligroso, no podemos volver.— Dijo con voz chillona. Le miré con asco, preguntándome como había llegado a ser tan imbécil al tenerle miedo. Lo empujé, haciéndole caer en el agua.

—Púdrete.— Dicho eso, me encaminé para salir del pastizal, yendo en busca de los demás Perdedores para salvar a Sky.

Ella nos había salvado un montón de veces, de impensables maneras. Era nuestro turno de devolverle el favor.

Había permitido que Eso me arrebatara a Georgie de la peor manera. Y ahora, no permitiría que también me la quitase a ella.

—

Ben extendió el mapa por milésima vez en mi mesa. Lo había visto tantas veces que comenzaba a memorizarlo.

Señalé el centro, y todos me miraron.

—S-Sky está aquí. E-Ella me salvó, y a-ahora nos necesita.— Susurré.

—¿Y cuál se supone qué es el plan? Sky nos dijo que lo vencíamos solo superando nuestros temores. Hasta ahora cada uno de nosotros lo ha hecho...— Empezó Beverly hablando. Y Richie la interrumpió.

—Y no ha pasado una mierda. Seguimos con ese monstruo detrás.— Se quejó enojado.

Lo pensé un poco, y tenían razón. Cada uno de nosotros ya no temíamos lo que antes nos atormentaba, ¿y ahora qué sucedía?

—Uno de ustedes no ha vencido sus miedos verdaderamente.— Dedujo finalmente Jack, mientras nos observaba con los brazos cruzados en una esquina del garaje.

Después de salir del pastizal y contactar a cada uno de los chicos, fuimos a su casa para conseguir su ayuda. Nos habíamos topado con la puerta abierta, y más adelante, él estaba tirado en el suelo, inconsciente y en un charco de sangre. Sky me había relatado de las muchas veces en que Eso se había hecho posesión de su cuerpo, por lo cual ahora lo había usado y dejado allí, sin conocimiento de su identidad o hechos anteriores a caer desmayado. Tuvimos que orientarlo, y ahora, después de relatarle la travesía y paradero de Sky, no dudó un segundo en ayudarnos –aunque antes de eso estuvo a punto de hacerlo por sus propios medios–. Debía admitir que aquel tipo quería Sky, y aunque no quisiera admitirlo, me hacia sentir orgulloso que ella lo hubiese escogido. Era un tipo duro, pero con ella, eran el complemento perfecto.

—¿Qué? No es cierto. Todos nosotros hemos hecho lo necesario para vencerlos, incluso Sky.— Refutó Richie.

Sky...

Recordé que unos días antes de esto, ella me relató sobre sus padres. Los verdaderos.

La mayoría no sabía que Annie era su madre adoptiva, y solo nosotros conocíamos sobre el accidente que la había dejado huérfana. Ella aún lloraba al contarlo, no lo había superado en absoluto.

Claro... ¡Eso era!

—S-Sky no ha superado la muerte de sus padres; ese e-es su mayor temor.— Solté distraídamente, ganándome la atención de todos.

—Pero, ¿cómo es posible? Es la más valiente de todos nosotros.— Replicó Eddie.

—A-Aún no lo sabe, ¿s-si? Es como cuando crees que h-haz superado la m-muerte de una m-mascota o algo así. N-No lo recuerdas todo el t-tiempo, pero al hacerlo, lloras y-y te lamentas, p-porque aún duele. E-Ella no se ha curado.— Expliqué vagamente, tratando de hacerles entender mi punto.

Todos guardaron silencio, y entonces Beverly dio un quejido sonoro.

—Yo propongo que vayamos allá abajo, peleemos contra esa cosa y le hagamos saber a Sky que ese es su miedo aún. Puede notarlo y dejarlo pasar; tal vez eso nos ayude a derrotar a Pennywise de una vez por todas.— Dijo Stan, siendo el más sensato de todos nosotros.

—¿Y si no funciona?— Preguntó Mike.

—No tenemos otra opción.— Opinó Ben. Todos asentimos, procediendo a guardar en mochilas individuales todo lo necesario para salvar a Sky.

Me acerqué a Jack, quien permanecía impasible aún en el rincón. Parecía livianamente preocupado.

—L-La salváremos. Lo prometo.— Aseguré, como si fuese un súper héroe salido de un cómic.

Él no se inmutó. Pero, de un momento a otro, sonrió con levedad—. Sky siempre dijo que eras bastante valiente... No me decepciones.

Se despegó de la pared, dirigiéndose a la puerta del garaje. La subió y todos lo miramos, mientras nos veía aún impasible y sin una gota de temor.

—Andando.— Ordenó con voz ronca.

No lo decepcionaría. Ni a él, ni a Sky, quien sabía que ahora nos esperaba allí abajo.