Capítulo 14 Una Noche Loca

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(...)

Siento un cosquilleo en mi mejilla, es como si me estuvieran rozando una pluma. Sonrió sabiendo quien es, abro poco a poco los ojos, mi sonrisa se borra al darme cuenta de que todavía es de noche. Mis ojos arden, me quedó estática sin moverme un milímetro, me siguen sobando la mejilla, ahora me doy cuenta que me están sobando las yemas de los dedos de una mano. El tacto es un pequeño roce provocando cosquillas. Miro de reojo veo una sombra, mi respiración se hace cada vez más pesada, mí miedo crece. Poco a poco ya no siento el rose, pero la sombra sigue allí.

-¿Qué quieres de mí?- susurro una lágrima se desliza de mis ojos, esto parece la típica historia de terror.

-No me gustara verte sufrir de tal manera- su voz me hacía conocía, aún así no recordaba de donde.

-¿Ha qué te refieres?.

-Yo te protegeré.

Ya no sentía nada, todo era silencio en la penumbra, mí corazón parecía haber corrido un maratón. Me di la vuelta lentamente y ya no estaba, estaba sola por completo.

...

-Yo las llevaré hoy al colegio- dice Marco mientras se sienta en el comedor.

-¿Y Aaron?- pregunto.

-Salió temprano dijo que tenía que hacer algo y que no podía venir por ustedes.

-Ya veo- Elif y Tess bajan las escaleras ha carcajadas, Elif toma del brazo a Tess mientras bajan las dos caen al suelo. Tess cae justo en las nalgas de Elif y yo exploto en risas.

-¡Por Dios niñas pongan cuidado casi se matan!- exclamó, Claudia.

-Quítate Tess, poquitas nalgas que tengo y tú me las terminas de aplastar- dice Elif.

-¿Tú tienes nalgas? Pensé que era una segunda espalda- contestó Tess. Yo sigo riendo como foca agonizando, ellas cuando quieres pueden ser las mejores amigas pero cuando se levanta con el pie izquierdo, son una maldita pesadilla, parecen endemoniadas.

-Superalo, Anais te vas ahogar- dice Elif sacudiéndose en polvo de sus Jeans.

-Vámonos niñas llegaran tarde- Dice Marco.

-Pero mí desayuno- chilla Tess.

-Vamos, te daré algo para que compres- contesta Marco.

-Yo también quiero dinero- digo en tono burlón. Marco pone los ojos en blanco, gira en sus talones y va directo a la puerta principal. Las tres compartimos sonrisas.

-Adiós, mamá.

-Adiós, Claudia, lindo día.

-Adiós Anais, adiós niñas.

Salimos de la casa, un viento frío me golpea el rostros haciéndome estremecer. Miro para todos lados, sintiéndome observada y es que esa sensación tan malditamente incomoda no se me quita. Entro al auto en el asiento de atrás junto a Tess, Marco prende en auto y se pone en marcha. Miro por la ventanilla, a pesar de que el pueblo es muy pequeño es acogedor. No tengo que caminar mucho para ir algunas parte, ha comparación de Baldío que tenía que caminar unas veinte manzanas para encontrar una tienda. Lo único que no me gusta es el clima de horrores, porque de verdad que parece que el pueblo quedara en una cordillera. Según Aaron hace tiempo éste pueblo tenía un clima templado ni muy frío, ni muy caliente. Pero con el tiempo cambio, la población disminuyó y se volvió un segundo polo norte.

-Niñas, Claudia y yo tenemos que salir del pueblo esta noche, Aaron las cuidara- habla Marco.

-¿Por qué?- preguntamos en trió.

Me observan #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora