Capítulo 16 Vampiros

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Derek me sujeta fuertemente, sale de la habitación y baja las escaleras. Todo está patas arriba, incluso hay algunos muebles rotos... ¿Qué le diré ha mí padre?... Salimos de la casa cerrando la puerta tras de nosotros, me sujeta con firmeza mientras nos dirigimos ha su auto. Hago una mueca por que de verdad duele como el demonio. Abre la puerta del copiloto y me carga hasta acomodarme en el asiento, se acerca ha mí para ponerme el cinturón, tanta cercanía me intimida. Rodea el auto con una velocidad sobrehumana apenas si lo logro ver y sube al conductor, es donde me percató de la herida. Tengo tres hermosos rasguños en mí pierna, estoy segura que eso dejara marca, mis jeans está manchados del liquido escarlata Empiezo ha ver borroso, creo que perderé el conocimiento.

-Anais no te duermas- la voz de Derek resonó en mis tímpano- te lo advierto Anais te duermes- abro mis ojos como platos y me esfuerzo para no perder en conocimiento y es que de verdad la pérdida de sangre me dejo débil.

Después de unos diez minutos Él toma la carretera saliendo del pueblo, frunzo el ceño... ¿Ha dónde piensa llevarme?... Conduce unos diez minutos, hasta que se desvía por un sendero y sigue conduciendo subimos una colina y en la punta se visualiza una casa, que digo casa una mansión. Parpadeo varias veces, porque de verdad estoy haciendo mucho esfuerzo para no desmayarme. Él entra por un camino de piedra hasta llegar ha la entrada de la casa, es de tres pisos, las paredes y el suelo de mármol, al igual que muchos ventanales polarizados. Trató de no quejarme en lo absoluto pero es imposible, algo cae del techo. Ó mejor dicho alguien, es Líz salta y cae como el gato de pie.

Que no me allá traído ha una casa llena de vampiros... Se dirige ha nosotros. Rápidamente Derek sale del auto y con una velocidad impredecible llega hasta ella antes de que logre llegar. Dice algo que no logro escuchar, todo pasa lento no creo que resista por mucho. Veo como Lízzeth abre sus ojos como platós, viene hacía mí y por un momento temo y quiero alejarme. Pero es imposible es cinturón me lo impide, ella abre la puerta yo la miro y mí cara debe de reflejar terror puro, ella hace una mueca de desagrado.

-Tienes razón, Derek- dice ella- su sangre es muy olorosa y los chicos se están alimentando- pero ¿qué carajos quiere decir?.

-¿Y tú?¿ya te alimentaste?- pregunta Derek... ¡Hola estoy aquí!¡y muero lentamente!.

-Sí.

-Bien llevala ha tú habitación limpiala yo hablaré con los chicos ¿crees poder controlarte?.

-Sí, claro, ve.

Líz me quita el cinturón, me toma entre sus brazos... ¿Cómo puede tener tanta fuerza? ¡Oh claro! Es un jodido vampiro... Hago una mueca de dolor y me muerdo el labio para no gritar, ella toma impuso y salta hasta la ventana del segundo piso, suelto un grito ahogado por la sorpresa. Entra ha una habitación muy amplia, pero no me da tiempo de mirar nada con una velocidad sobre humana me lleva hasta el baño y me deja en la bañera.

-Quitate los Jeans- me dice de inmediato yo abro los ojos como platos- Anais por favor- insiste ella... Bueno por lo menos no me tengo que desnudar frente ha un hombre.

Me quito los jeans con mucha dificultad, ahogo gritos y jadeo de vez en cuando. Lízzeth abre la llave dejando que caiga agua tibia ha mí herida de inmediato grito... ¡Mierda! Arde, como el infierno. Ella sale, pero sólo lo hace como por diez segundos, por que de inmediato vuelve usando su velocidad vampírica, con ella trae un botiquín de primeros auxilios.

-¡Mierda! ¡El muy hijo de perra uso sus garras!- exclama ella.

-No me digas, gracias por aclararlo- digo con obvio sarcasmo.

Ella saca algo del botiquín, creo que es hizodine y algodón. El agua cae en las tres hermosas marcas que dejo el condenado vampiro de mierda, se acerca ha mí y me hace estirar la pierna para que ella pueda tener acceso ha mis heridas... ¡Oh no! Sangré, Vampiros, igual a nada bueno.

Me observan #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora