Capítulo 33 Bruja

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-Entonces irás a España- dije cerrando la puerto del auto, eran aproximadamente las doce de la noche y habíamos acabado de llegar a mí casa.

-Ese es mí objetivo, pero no quiero dejarte sola Anais depende de lo que me sigan informando mis contactos veré si ir ó no- contesto y solté un suspiro.

Al frente de nosotros estaba mí casa en completa oscuridad, mí padre y hermanos ya debían estar durmiendo. Macristen les había informado que llegaríamos un poco tarde, un escalofrío me recorrió me sentí mareada y por un momento breve se me fueron las luces, me sostuve del auto para no caer, no se sintió como un mareo normal. Era como una visión ó premonición, Alguien estaba en la casa, esperando mí llegada.

-¿Anais estás bien?- preguntó mi tía.

-No... Creo que alguien está en la casa- susurré, mí tía me miro y de inmediato se dirigió adentro.

-Acompañame Diego.

-Sí, claro espera un momento pero hazlo sentada para que no te canses- contesto el niño- ni loco que estuviera entraría allí con los indicios de que alguna criatura nos está esperando del otro lado.

-No te preguntó sí quieres, sólo sigueme- ordeno con firmeza Mey.

De mala gana Diego la siguió yo fui detrás de ellos, al llegar a la puerta metí la llave con mucha cautela, me sentía mareada, con miedo y nerviosa. No sabía si era el psicópata de Daxson el que me esperaba ó otra criatura más letal que un vampiro, se suponía que mis hermanos estaban acá... ¿Y sí le había hecho daño?

Entre y lo primero que vi fue la sala de estar al lado de la puerta el interruptor, cuando ese pequeño espació se iluminó pude notar que no había nadie, pero se seguía sintiendo la tensión en el ambiente, alguien estaba dentro de la casa tal vez estaba escondido en algún lugar esperando para atacar. Seguí caminando mí siguiente objetivo era el comedor, mire a Mey y en ese instante Diego iba a decir algo, pero Macristen le cubrió su boca con la mano, ella asintió dándome a entender que alguien estaba allí.

Dentre al pequeño salón y en la oscuridad se podía admirar la silueta de alguien, estaba sentado ó sentada encima de la mesa. Encendí la luz y de inmediato vi de quién se trataba, era una mujer de aproximadamente la edad de Mey, tenía un vestido negro apegado a su figura, sus labios color escarlata y su cabellera dorada caía en rulos por sus hombros y espalda. Estaba con la pierna izquierda subida encima de la derecha, me sonrió macabra mente dejándome ver su dentadura blanca.

-Hasta que por fin te dignas aparecer- habla burlona.

-¿Quién eres?- pregunte.

-No me digas que tú tía no tuvo la gentileza de hablarte de mí, tengo que hablar muy seriamente con Macristen que mal educada se volvió.

-Alejate de ella Betzzaveth- intervino mí tía.

-Uh, pero mira a quien tenemos aquí- dijo poniéndose de pie- y estas con el crió- ella miro a Diego.

-¿Qué quieres?- pregunté.

-Así que si sabes quien soy.

-Como no voy a saber quien eres, la traidora de la hermandad que vendió su alma al Diablo por un poco de poder- dije asqueada.

-Pero no lo mires de ese modo- finge estar dolida- no sólo es poder, es respetó, que te tengan miedo es una sensación muy placentera. ¿Por qué ser una cazadora cuándo podrías ser la brujas más temida por la hermandad?¿por qué molestarte protegiendo a personas que se matan entre sí?.

-No trates de justificar tus actos Betzzaveth sólo eres una traidora, una más que se lleno de codicia y avaricia- contesto mí Tía.

-Tal vez tengas razón- dice ella pensativa- por eso vengo a proponerte un trato- ella vuelve al lugar donde estaba sentada.

Me observan #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora