Capítulo 17 Descubriendo Secretos

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-Se ve tan tierna durmiendo como para encajarle los colmillos- empiezo ha escuchar voces que no son conocidas para mí oído.

-¡Ay por el amor ha lucifer!.

-¿Cuánto lleva durmiendo? que sueño tan jodido, Tremendo manjar y no poder beber ni un poco- una alarma se enciende dentro de mí.

-¡Se pueden callar los dos!- esa voz de mujer si la conozco.

-¡Joder Líz! ¿Acaso estás en tus días?.

-Derek- ella no termina lo que iba ha decir- ¡joder, Maldición, maldición, maldición!- ella lanza impropiedades, aún sigo con los ojos cerrados.

-¿Qué pasa líz?- la hermosa voz de Derek... Esperen, ¿que carajos acabe de decir?.

-La herida está sangrando de nuevo.

-Llamare ha papá- no conozco esa voz.

Ahora sí me asuste, abro de inmediato los ojos. La luz los estaba cegando y tuve que parpadear varias veces, líz estaba de pie junto ha la cama, Derek ha su costado. Los que conozco como Patrick y Jasper están bajo el marco de la puerta. Me incorporo recostando mí espalda contra el respaldo de la cama, mí pierna duele como el mismo infierno. Mantengo mí mirada agachada, no fue otra de mis alucinación está vez todo fue real.

-No fue un sueño ¿verdad?- digo rompiendo el silencio de sepulcro.

-No Anais- contesta Líz suelto un suspiro cansino.

-So... Son vampiros- afirmó.

-Sí Anais somos vampiros- contesta Derek, levanto mí vista para mirarlo ha los ojos- entiendo como te sientes.

-Ese era su secreto.

-¿cómo dices?- dicen confundidos Patrick y Jasper

-Siempre supuse que escondían algo, sus misteriosas desapariciones, sus auras desprendían algo que ensendia mí curiosidad- aclaro.

-Lo siento- contesta Líz.

-Lo que me atacó supongo también es un vampiro.

-Es más que eso- una voz de ninguno de los presentes, un hombre entro por la puerta, ya lo había visto antes arquee una ceja y lo mire con intriga- Hola Anais- saluda el hombre- ya nos habíamos visto antes un placer volver hacerlo- el me estira su mano derecha y yo la estrecho- chicos nos dejarían ha Derek y ha mí solos con ella por favor- abro mis ojos como platos no me quería quedar sola con ellos.

-No te harán daño Anais- aclara Líz y en un pestañeo todos desaparecen.

-Me presento Anais soy el Doctor Benjamín Cranwel- si él mismo doctor que me atendió semanas atrás.

-Ya nos habíamos visto.

-Así es.

El me quita la sabana de encima, dejando al descubierto mí pierna vendada improvisadamente. Me muerdo el labio mientras él quita la venda, sigue doliendo y mucho. Cierro los ojos y apretó los párpados... ¡Mierda! Si que duele... El me pone gaza, hizodine, me limpia y desinfecta. Yo no quito en ningún momento mí vista de él, aún existe la posibilidad de que me puedan atacar.

-¿Qué me ataco?- preguntó ha ninguno de los dos en especial.

-Una cazador- Dice el señor Cranwel- hace muchos años vivimos en paz y los diferentes clanes, no Cazamos humanos ni bebemos su sangre, sólo sangre de animal.

-Firmamos un tratado con los cazadores de demonios, una ley inquebrantable, muchos vampiros no estuvieron de acuerdo- prosigue Derek.

-Así que se esparcieron por el mundo, sin formal parte de ningún clan, cazando humanos y bebiendo su sangre, aquellos vampiros son condenados si se les atrapa.

Me observan #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora