Capítulo 38 California

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-¿Derek está casado?- pregunté.

-Se iba- contesto en ese momento me volvió el alma al cuerpo.

-¿Qué sucedió?.

-Anais lo vampiros no se divorcian, cuando ellos escogen una persona para contraer nupcias tiene que ser para la eternidad, a menos claro que alguna de los dos muera, como en éste caso Renata murió ó bueno la asesinaron.

Me quedé mirando a mí tía estupefacta, es decir, era demasiada información en tan poco tiempo. Me sentía culpable jamás le había preguntado a Derek nada de esto, ni siquiera había tenido en cuenta el nombre de Renata nunca me importo y jamás se me paso por la cabeza que ella había sido prometida de Derek, tal vez él algún día quiso contármelo y yo simplemente no le tome importancia.

-La asesinaron- dije en un susurro casi inaudible.

-Derek vivía a las fueras del pueblo junto a Renata, era el príncipe pero nunca le importo su cargo, era feliz con lo que tenía jamás tuvo que pedirle nada a su padre. Renata ella paso a ser miembro de la corte imperial vampírica, por ser la próxima esposa de un príncipe- escuchaba atenta sin perderme ningún detalle- Renata escogió a Derek, pero hay que resaltar que ella no era una vampira sangre pura, era convertida, cuando ella murió Derek se convirtió en otra persona, frívolo, ególatra, manipulador y renunció a su cargo como príncipe. Muchos culparon al rey Louis.

-¿Crees qué Louis mando a Daxson asesinarla?- es decir, no conocía al tipo pero no lo creía capaz de tal atrocidad hacia su hermano.

-Sinceramente sí- un escalofrío me recorrió- el hombre desde que es rey ha hecho cosas desagradables no lo dudaría.

Ahora lo comprendía, no sólo yo sufría sino también las personas al mí alrededor, me concentre tanto en mí, en mis problemas, mis miedo he inseguridades. Me olvide por completo de los que me apoyaban, olvide que ellos también tenía sus problemas... ¡Dios he sido tan egoísta!... No le devolví el "Te amo" a Aaron por egoísmo, por estúpida.

...

-Anais- escuchaba mí nombre pero era lejano como un eco- Isis sí mueres en los sueños morirás afuera.

Las voces me torturaba la cabeza mientras corría lo más rápido que mis pies me lo permitían, estaba en un bosque extenso y frondosos. Con grandes árboles que crujían al son en el que el viento los movía, mis respiración estaba acelerada, mi corazón desenfrenado... ¿de quién estaba huyendo?.

-Ana busca el libro.
-Anais corre.
-Isis el cuadro.
-Morirás.

Sentí un ardor en mí brazos que de inmediato me hizo salir de mí sueño, me sobresalte, mí corazón parecía haber corrido un maratón y mi respiración estaba acelerada. Mí cuerpo cubierto por una fina capa de sudor, hice una mueca al sentir un fuerte dolor en mí brazo... ¿pero qué carajos?... Tenía una gran cortada en él y la sangre empezaba a salir. Fruncí el ceño, aún seguía en el avión sólo que me había quedado dormida, estaba recostada en el asiento, me incorporé notando que ya era de día y que el hermoso sol mañanero de Europa me estaba recibiendo.

-Anais ¿cómo te hiciste eso?- preguntó mí tía mirando mí brazo.

-No lo sé acabó de despertar- conteste.

-Una caminante de sueños- respondió Vladimir.

-¿Qué...?- preguntamos mí tía y yo.

Me observan #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora