Esos ojos rubí lo miraban fijamente, lo observaban como si pudiera ver a través de él.
Le causaba un escalofrío en todo su cuerpo, pero aún así no podía apartar la mirada.
¿Dónde lo había visto? Pensó antes de desmayarse.
-Kacchan -susurro antes de ser sostenido por unos fuertes brazos.
El parque era su sitio favorito, podía jugar como cualquier niño, uno normal. Era hijo único y heredero de una prestigiosa empresa de transporte, no sonaba nada de mal pero él era un omega.
A su corta edad aprendió la diferencia de estatus que existía y él, estaba en la última parte. Pero aún así, nunca sintió el rechazo por parte de su familia, por lo contrario sus padres lo alentaban a mejorar cada día y a ser mejor persona.
Un niño de cabellos rubios se acerco a él con una sonrisa, sus madres eran amigas de la preparatoria o eso había escuchado. Jugaron gran parte de la tarde, entre risas las horas pasaron con rapidez.
Kacchan era su único amigo, jugaban a diario, aunque el pequeño tenía un temperamento explosivo, a Izuku le agradaba estar a su lado, sin embargo sin previo aviso el dejo de ir a jugar con él.
Se había quedado solo, sin nadie con quién disfrutar los días soleados y alguien con quien compartir su alegría.
Su cuerpo empezó a reaccionar, sus párpados poco a poco se abrieron mostrando una habitación estilo japonés que no era suya.
-¿Donde estoy? -murmuró con cierto dolor de cabeza al enderezarse.
Miro con más detalle a su alrededor, las paredes era de un café claro al igual que el suelo, estaba en una enorme cama que tenía un edredón verde oscuro.
Antes de poner sus pies sobre el piso de tatami, alguien entró a la habitación alarmando al pecoso.
- Despertaste -dijo animadamente- ¿Cómo te sientes? -preguntó acercándose al peli verde.
- Un poco confundido -le respondió al pelirrojo.
- ¿Puedes levantarte? -preguntó acercándose- El jefe quiere verte -mencionó.
¿Jefe? En que se había metido, pensó. Solo hace unas horas se dirigía a la universidad y ahora se iba ver a quién lo había secuestrado.
Se levanto con nerviosismo y siguió al pelirrojo.
Camino por la mansión estilo japonés con algunos toques modernos, veía a varias personas con traje ir de allá para acá. Era ridículamente enorme, pasaba puerta por puerta y aún no llegaba, a cada minuto se ponía más nervioso.
Su escolta se detuvo, abrió la puerta y le indicó que pasara. Respiró profundamente y se adentro a lo desconocido.
Era una oficina iluminada por la luz del sol, no le sorprendería que este fuera el lugar donde se desvaneció anteriormente.
Varios retratos adornaban la pared, un gran escritorio estaba frente de él, además de una silla que se giro, quedando la persona que estaba en ella con la mirada fija en él.
- Has despertado -mencionó levantándose de su asiento.
- ¿Quien eres? -preguntó el pecoso intentando ocultar su nerviosismo pero esa mirada lo ponía aun más nervioso.
- ¿Acaso no me recuerdas, Deku? -dijo el rubio cenizas acercándose aun más al peli verde que se encontraba confundido.
¿Deku? Sólo había una persona que lo llamaba así, ese apodo se lo había puesto por ser un inútil, sin embargo el también le había puesto uno.
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Muérdeme [COMPLETA] [KatsuDeku]
Fanfic[Omegaverse] Vivir en un mundo entre alfas, betas y omegas era difícil, sin mencionar llevar una vida normal siendo el último de la cadena, lo cual era arduo, pero sin importar los prejuicios Izuku pudo establecer una vida relativamente normal. Sin...