Sus ojos estaban fijos en las llamas de la chimenea, la tenue luz del fuego eran la única iluminación en su oficina. Kirishima se había retirado hace más de una hora, pero él seguía en la misma posición.
Su mente vagaba por los recuerdos de aquellos días, su infancia sólo en esa enorme mansión que denominó hogar por varios años. Era tan solitario y monótono, no había ningún otro niño, solo estaba rodeado de adultos y de un constante monitoreo de lo que él hacía.
Pero un día eso cambió, su madre estaba entusiasmada de que conociera al hijo de su amiga Inko, por lo que había escuchado, este era un par de años menor y lo denominaba una ternura.
Llegaron a una mansión ubicada en una área exclusiva de la ciudad, al entrar en el hogar saludo a la mujer que su madre presentaba como Inko. Detrás de ella y abrazando a las piernas de su madre, se encontraba un pequeño Izuku, el cual tenía algo de recelo con la gente que veía por primera vez.
Desde que lo vio algo en su interior se estremeció, un vacío que llevaba años en su pecho se lleno de aquella sonrisa y esos singulares ojos esmeraldas.
A su temprana edad quiso tenerlo a su lado, esas arrebatadoras ganas de protegerlo, verlo sonreír y darle todo el mundo si era necesario.
Al pasar los años, su amistad había surgido sin inconvenientes, con frecuencia se reunían a jugar en la casa del pecoso o en el parque, en donde de vez en cuando otros niños se unían.
Pero esos días de paz acabaron cuando la mansión principal fue atacada esa noche, por más que suplicó que no quería irse de la ciudad, su madre lo hizo entender que no era lo suficientemente fuerte pasa soportar el peso que iba a caer en sus hombros muy pronto.
Con tristeza y angustia, se prometió a si mismo volverse fuerte, que volvería algún día y reclamaría a Izuku como suyo, ya que él había notado que eran parejas destinadas.
Con el pasar de los años y al crecer su influencia dentro de su familia, periódicamente enviaba a un subordinado a averiguar y reportar el estado del peliverde. De vez en cuando Kirishima le traía fotografías, aunque mostraba disconformidad su sonrisa decía lo contrario.
Un día mientras entrenaba con Aizawa, le reportaron que una presencia desconocida empezó a seguir los pasos de Deku. Al cabo de unos días, este fue secuestrado, en donde termino lastimado y con varias cicatrices en su brazo.
Se sintió culpable, pudo haber evitado aquel suceso, por lo que descargo su ira en los secuestradores. Los había buscado por una semana, cuando ya los tenía en la mira, salió a flote su arduo entrenamiento.
Pero la situación solo haba comienzo, con el pasar los años se reportaron varias desapariciones de omegas, sin importar si eran adinerados o no. Varios eran vendidos en el mercado negro como incubadoras, juguetes sexuales, entre otras cosas desagradables.
Un mal presentimiento afloro y al sentir como Izuku corría peligro, ordenó vigilarlo en donde notó que alguien lo seguía.
Uno a uno aquellos sujetos iban cayendo, pero por más que intentaba obtener información de quien los enviaba, estos no soltaban una palabra.
Tomó una decisión drástica, secuestrarlo y llevárselo a su mansión.
Tal vez no fue la mejor idea pero mientras mantuviera a él pecoso seguro, todo estaría bien. Sólo tenía que atrapar a quien quería a Deku para que este volviera a su vida normal.
Quería que Izuku se quedara a su lado, pero ¿Qué clase de vida le daría? Una donde peligrara a cada segundo donde no podría llevar una vida normal como la había tenido todos esos años.
No quería encerrarlo en una jaula de oro, si él quería irse cuando fuera seguro para él, lo permitiría.
Bebió el último trago de licor y se encaminó a su habitación, dormir un par de horas no le haría mal.
El día domingo lo paso encerrado en su habitación, Kaminari le traía las comidas y le preguntaba cada vez si se encontraba bien, por lo que solo respondía con monosílabos. Quería estar un momento solas, pensar en todo lo que estaba ocurriendo a su alrededor y en su interior.
Era perturbador notar que le gustaba su secuestrador. Para ser sincero, Katsuki siempre le había gustado, desde que lo vio por primera vez sintió una atracción hacia aquellos ojos rubí.
Pensando el el rubio ceniza, se quedo dormido.
Se levantó antes de que sonara su alarma, tomó una rápida ducha, se vistió con cuidado por la herida de su brazo y salió rumbó al vehículo para que Shinshou lo fuera a dejar a la universidad.
Sólo le quedaba una semana de clases, un último examen y un informe que entregar, y sería libre.
Camino con tranquilidad por los pasillos hasta que alguien lo tomó del brazo asustándolo.
-¡Ochako! -nombró sorprendido.
- Izuku -lo miró- Creó que tienes algo que contarme -sonrió arrastrándolo hacia la cafetería.
El lugar estaba prácticamente vacío, sólo un par de personas bebían algo de café y hablaban sobre fin de semana.
- Escúpelo -dijo su amiga sentándose con un café en la mano.
- ¿Que cosa? -dijo Izuku mirando hacia otro lado.
- Sobre tu novio -recalcó tomando un sorbo de la taza- No te dejaré ir hasta que me cuentes.
- Kacchan no es mi novio -dijo sonrojado y nervioso.
-Así que se llama Kacchan -sonrió la castaña.
-Sólo es un apodo -murmuró pasando su mano por su café.
-Tengo todo el día -se acomodó en el asiento esperando que su amigo empezará a hablar.
- Es un amigo de mi infancia, nuestras madres eran amigas -relato captando la atención de la chica- Estoy viviendo con él hasta que mi mamá regrese -bebió para calmarse.
- ¿Te gusta? -preguntó provocando más nerviosismo en el peliverde- Espera, ¿Lo hicieron? -menciono causando que su amigo se atorara con la bebida caliente- ¡Oh por dios! ¡Ya no eres virgen! -gritó en donde las pocas personas que habían en el lugar voltearán a verla.
- Silencio -dijo sonrojado a más no poder- Es complicado -dijo pasando sus manos por su cabello.
- No lo es -aseguró su amiga- Es simple, sólo que tu lo estas complicando -suspiro y miró a su amigo.
- El me gusta -dijo sonriendo- Desde que éramos pequeños, pero no podría decirle y si no siente lo mismo -la miró con tristeza- No podría mirarlo a la cara otra vez.
- Eso no lo sabes -tomó las manos ajenas dándole ánimo- Ármate de valor y saca todo lo que tienes en tu corazón -habló con convicción- Si ese idiota no tiene sentimientos por ti, el se lo pierde -dijo con una sonrisa.
- Es más fácil decirlo que hacerlo -comento bajando la mirada.
- Deja la negatividad -alentó hasta el pecoso levantó su cabeza y sonrió- Tendré que buscarme un novio luego -suspiro mirando por la ventana- Tu tendrás a ese tipo, Todoroki tiene a su novia y yo aquí sola -tomó un sorbo de café- Seré la solterona del grupo -dijo en forma dramática.
El pecoso se puso a reír ante las palabras de Ochako, su amiga sabía cómo ayudarlo y a su vez alentarlo, a veces pensaba que lo conocía mejor que el mismo.
Pensó que tal vez lo mejor era decirle a Katsuki lo que sentía por él.
Continuará...
Hola mis lectores!!! 🙌🙌🙌 luego de horas intentando que las ideas fluyeran, salio este cap. Por fin sabemos porque katsuki se llevo a Deku😨😨😨😨
Espero que les haya gustado el cap 🙆🙇, no olviden darle a la estrellita si fue asi 👌👌
👉👉Antes de despedirme, les recuerdo que publique una historia ▶▶[DekuKatsu] Passion and Desire◀◀ para que lean su prólogo si les interesa, porque publicare el primer cap el viernes (si no se me olvida)
Sin nada mas que agregar, nos vemos pronto 😘😘😘👻
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Muérdeme [COMPLETA] [KatsuDeku]
Fanfic[Omegaverse] Vivir en un mundo entre alfas, betas y omegas era difícil, sin mencionar llevar una vida normal siendo el último de la cadena, lo cual era arduo, pero sin importar los prejuicios Izuku pudo establecer una vida relativamente normal. Sin...