Sus pisadas seguían a las del pelirrojo, después de aquella escena su rostro no había cambiado su color carmesí. Todavía podía sentir esos ojos mirándolo con deseo.
¿De dónde saco semejante idea de tentarlo?
Lloraba internamente, eso fue estúpido e inapropiado, si Katsuki seguía teniendo el mismo temperamento explosivo y dominante era cuestión de tiempo que reclamara lo que él había propuesto.
- Esta será tu habitación -mencionó Kirishima sacando al pecoso de sus pensamientos.
Con algo de duda entro a la estancia, enseguida se maravillo por lo linda que era. Las paredes eran de un verde pastel, la cama de una madera oscura que contrastada con el edredón verde oscuro con tonalidades café; tenía un escritorio, armario, hasta un televisor, supuso que la puerta del lado derecho era el baño.
- Espero que sea de tu agrado -comento el pelirrojo con una pequeña sonrisa- Alguien vendrá a buscarte en una hora para enseñarte la mansión -dijo antes de retirarse cerrando la puerta.
Izuku arrastro su equipaje hasta la cama y se sentó en ella.
- Podría ser peor -murmuro para sí mismo.
Saco sus pertenencias acomodándolas en el armario, luego de su mochila extrajo su computadora, algunos libros y cuadernos, además de su celular, dejándolo todo en el escritorio.
Repuso su leve cansancio recostándose en la mullida cama, miro el techo pensando en lo que haría de ahora en adelante.
Su madre no volvería en un par de meses, podrían ser mas, ir a la policía tampoco funcionaría, escapar tampoco era una opción, ya que Kacchan logro encontrarlo la última vez.
Pensó en quedarse donde algún amigo, pero al recordar la advertencia del rubio ceniza se retractó.
Lo más lógico era permanecer ahí, soportar, aguantar hasta que pudiera volver a su hogar.
El sonido de la puerta lo distrajo, lentamente se levanto y se dirigió a abrirla.
- Hola -saludo un rubio con una sonrisa- Tú debes ser Midoriya.
- Si -dijo dudoso el peliverde.
-Soy Kaminari Denki y vengo para enseñarte la mansión -comento sin desaparecer su sonrisa.
Se veía amable, pensó el pecoso por lo que salió de su cuarto para seguir a su guía.
Los largos pasillos parecían interminables, no podía negar que la residencia era hermosa. Aquellos toques modernos a la estructura estilo japonés no eran extravagantes por lo que no opacaban su esplendor.
Llego a un pequeño jardín interior, los últimos rayos del sol llegaban a la copa de un hermoso árbol de cerezo que estaba floreciendo, sin dudarlo se acerco y tomo una foto con su celular.
- Es hermoso -comento mientras miraba la fotografía en su teléfono.
- El jefe hace un par de años mando a traerlo -menciono Kaminari a su lado- Por ese lado está el comedor -apunto hacia la dirección.
Izuku escuchaba y memorizaba los caminos, no quería perderse en la enorme estructura la que parecía no tener fin. Mientras el rubio le enseñaba las dependencias, se percató que Kirishima se dirigía a donde estaban ellos.
- Eijirou -nombro su guía- ¿Ocurre algo? -pregunto acercándose al pelirrojo.
- Katsuki quiere ver a Midoriya -comento mirando al pecoso.
- ¿Para qué? -pregunto el aludido algo dudoso de la actitud del rubio ceniza.
- No me lo digo, solo me ordeno venirte a buscar -respondió Kirishima.
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Muérdeme [COMPLETA] [KatsuDeku]
Fanfiction[Omegaverse] Vivir en un mundo entre alfas, betas y omegas era difícil, sin mencionar llevar una vida normal siendo el último de la cadena, lo cual era arduo, pero sin importar los prejuicios Izuku pudo establecer una vida relativamente normal. Sin...