La penumbra de la noche caía sobre él, en sus manos tenía un arma y sin dudas ni compasión, jalo el gatillo.
El sonido retumbo en la habitación. Lo tenía claro desde hace años, no le importaba derramar sangre si esto era para proteger y asegurar lo que tenía.
- Ya te encargaste de él -dijo Eijirou a sus espaldas.
-Tampoco sabía nada -murmuro con enojo- ¡Todos estos hijos de puta no sabían nada! -gruño mirando a su camarada con ojos llenos de furia.
- Hey -hablo el pelirrojo- Cálmate un poco -dijo intentando de tranquilizar el ambiente.
-¡No me calmare! -se acerco al contrario tomándolo por la ropa- Sabes lo que está en juego -hablo transmitiendo las consecuencias si fallaban.
- Lo sé -respondió cambiando su faceta amigable por una seria.
El rubio ceniza con un gesto ordeno a los demás que limpiaran el desastre que se había convertido aquella estancia, mientras caminaba hacia la salida no dejaba de tener un mal presentimiento.
Respiro profundo al estar en el exterior, saco un cigarrillo y lo encendió.
Había salido una hora despues de dejar a Deku durmiendo a arreglar estos "asuntos". Sin embargo, su otro motivo, era para alejarse del celo de Izuku. Sabía que no podría controlarse la próxima vez que estuviera cerca de aquel cuerpo, incluso ahora sentía un llamado a volver a tocar esa suave piel.
Luego de su encuentro con el pecoso, pasó un largo rato bajo la fría agua de la ducha, pero solo le bastaba recordar aquellos gemidos y el sabor de esos suaves labios para que un calor abrasador recorriera su anatomía.
Termino su cigarrillo y subió al vehículo donde Shishou abrió la puerta trasera para que entrara.
Sus parpados poco a poco empezaron a abrirse y una sensación de vacío lo abordo. La lámpara que estaba sobre la mesa de noche era la única iluminación en su cuarto.
- Despertaste -mencionó una voz amable a su lado- ¿ Cómo te encuentras? -preguntó acercándose a la cama.
El menor al intentar acomodarse sintió un dolor en su parte baja, recordando lo ocurrido hace una hora.
- Yo... -dijo tapándose la cara con las manos e intentando suprimir su sollozo y su perplejidad.
Se sentía inepto, desde que le llegó su primer celo había combatido la necesidad de su cuerpo de unirse con otro. Pero solo bastó con que Katsuki estuviera a su lado para permitirle entregar y recibir las ráfagas de placer que tanto añoraba.
Saco sus manos de su cara y con temor las acerco a su cuello.
- No te marco -dijo Kaminari acercándole un vaso con agua y unas pastillas- Son para el dolor de tus músculos -respondió a la interrogante en la mirada ajena.
- Gracias -pronunció avergonzado tomando el medicamento.
- Espero que no te tomes a mal la siguiente pregunta -se sentó en la cama, a los píes del peliverde- ¿Tomas anticonceptivos? -pregunto viendo el miedo a flor de piel.
- Si -respondió bajando la mirada- Desde hace unos años -apretó el vaso con ambas manos.
- Midoriya -nombró el rubio -No te estoy juzgando, sé por experiencia propia que cuando el celo comienza es imposible controlarse -mencionó con una tranquilizadora sonrisa.
- ¿Eres un omega? -preguntó sorprendido.
- Si -respondió este con una pequeña risa- Y marcado -comento revelándole la marca al pecoso, quién al pensarlo un poco dedujo la pareja.
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Muérdeme [COMPLETA] [KatsuDeku]
Fanfiction[Omegaverse] Vivir en un mundo entre alfas, betas y omegas era difícil, sin mencionar llevar una vida normal siendo el último de la cadena, lo cual era arduo, pero sin importar los prejuicios Izuku pudo establecer una vida relativamente normal. Sin...