Capitulo 2. "¿Tu eres Marie?"

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Día 2.

Me desperté a causa del movimiento de la cama por los saltos de Clary.

-¡Despierta Marie, Despierta! -dijo aún saltado sobre la cama, me irritaba que no me dejarán dormir por lo menos unos minutos más.

-Largarte Clarissa. -la llame por su nombre completo, ella odiaba que la llamarán así, pero realmente yo estaba molesta de que me haya levantado tan temprano, hoy que era sábado.

-¿Qué no dijimos que nos levantaríamos temprano para ir a correr? -preguntó mientras bajaba de la cama y se paraba enfrente de mi ya con su atuendo deportivo, ella siempre era muy organizada, le gustaba que todo quedara en orden y que siempre estuviéramos a tiempo en todo; Ella en las noches cambiaba...cambiaba en todo sentido, durante el día era una santa palomita organizada y bien presentable y en las noches era más intensa.

-¿Qué hora es? -pregunté tallandome los ojos.

-Son las 7 de la mañana. -respondió mientras abría las cortinas, pronto el sol me dio en la cara lo que hizo que arrugara mi cara.

-Bien, ahora me cambio. -dije poniéndome de pie.

Saqué de mi closet unos jeans deportivos junto una playera azul deportiva con unos tenis perfectos para hacer ejercicio. Agarre mi cabello en una coleta, y lave mi cara ya que lucía tal y como una momia.

Baje rápidamente y corrí a la cocina por una botella de agua.

-Tardas horas. -Clary se quejó mientras esperaba en la puerta.

-Hay no tenemos prisa, cálmate. -solté una risita mientras ambas salíamos del departamento.

-Luego llega más gente al parque y no me agrada que haya tanta. -comentó mientras entrábamos al elevador.

Fueron 10 minutos los que duramos en el auto mientras Clary conducía hacia el parque, había estado pensando en comprarme un auto ya no quería que Clary fuera mi chofer aunque trabajemos juntas, pero aún así quiero tener mi propio auto para andar de aquí a allá cuando lo necesite. Cuando llegamos al famoso parque no había tanta gente, realmente era muy lindo este parque tenía un hermoso pasto, árboles frondosos y muy altos, juegos para los niños, bancas para sentarte, aparatos para ejercitarte entre otras cosas.

-Uhmm... Voy a hacer un poco de estiramiento, te alcanzo luego. -le informe a Clary, ella asintió y comenzó a correr.

Mientras estiraba me daba la oportunidad de respirar profundo y exhalar, quería suficiente oxígeno para mis pulmones.

-De todas las personas jamás creí encontrarte a ti aquí. -burlo una voz acercándose a mi, no podía creer que el estaba aquí.

-Harry...-susurre mientras lo miraba, el lucía una ropa deportiva, tenía audífonos puestos y una bandana en su cabeza deteniendo sus rizos para que no cayeran a su frente, el estaba totalmente sudado, era muy ardiente.

-Soy yo. -rió, y yo comencé a trotar, el al minuto me siguió-

-Uhmm.. No creí encontrarte aquí. -comente, no se porque me sentía nerviosa con la presencia de Harry, ayer lucía tan segura, bueno quizás fue el efecto del alcohol que me hace más fría, valiente y segura, este encuentro me encontró bajo guardia ahora más que nada quería que Clary estuviera conmigo.

-Mucho menos yo, pero creo que es el destino. -sonrió o al menos lo pude notar, ya que mi mirada se fijaba al frente.

-Uff...sobre todo eso. -rodé los ojos, el soltó una risita.

-¿Apocó no te acuerdas lo que pasó ayer? -alzo una ceja, por dentro sentí como hirvió mi sangre, el trataba de persuadirme debía dejar los nervios afuera y ser igual de fría como anoche, el punto es que el se enamore de mi, que yo este arriba y no me quede abajo de Harry.

Quince diasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora