Capítulo 25
Ryan y Selena estaban sentados a la mesa, en casa de ________, jugando a las cartas. Jugaban con cacahuetes, y esto no quiere decir que las apuestas fueran muy bajas, sino que realmente apostaban cacahuetes, porque ________ no tenía fichas. Esta estaba repasando sus notas y fotos, pero la distraían las risas procedentes de la otra habitación. O tal vez la causa de su falta de concentración era otra: aún no había hablado en serio con Justin. Era extraño, la transformación de Justin parecía progresar muy bien, y el artículo que ella había pensado escribir sobre este tema, en cambio, era un desastre. A pesar de no conocer la versión de Justin sobre su cita, ________ estaba decidida a no obsesionarse por lo sucedido. Al fin y al cabo, aquel era un buen final para el artículo. De hecho, justificaba su escritura. Tenía que dar gracias por cómo habían terminado las cosas y ponerse a escribir.
Pero la verdad era que no podía avanzar. Sin una fecha fija de entrega, le costaba concentrarse. Ahora mismo tenía ganas de levantarse para picar algo, o llamar a Justin, o encender la tele, o simplemente echarse unos minutos y cerrar los ojos. Para ser honesta, hubiera querido incorporarse a la partida de cartas, que parecía divertida.
________ oyó a Selena golpear la mesa con la mano y exclamar «¡Gin!». Ryan le daba pena. Toda una infancia jugando a las cartas en Encino le había demostrado que Selena era invencible. En una ocasión se había llevado el dinero, las joyas y las muñecas Barbie de todo un batallón de girl–scouts.
________ se sonrió recordándolo y luego hizo un esfuerzo para seguir trabajando en el artículo. Pero era inútil, y con un suspiro se dijo que no podría escribir nada hasta que no hablara con Justin y descubriera qué pasaba con Demi.
¿De verdad era tan difícil encontrar a Justin? ¿La estaría evitando? Cosas más raras habían pasado. Puede que a Justin le gustara de verdad Demi. ________ sabía que aquel sería un tema difícil de tratar, pero ella pensaba que Demi no estaba a la altura de Justin, que no era lo bastante inteligente. Y él hacía tanto tiempo que no salía con nadie que quizá confundiera sexo con amor. ________ se dijo que tendría que abrirle los ojos, muy amablemente pero con firmeza. Claro que también tendría que asegurarse de que él no dañara ni ofendiera a Demi.
Pero también podía suceder que la relación entre ellos funcionara y que lo correcto fuera mantener la nariz fuera de aquel asunto. Después de todo, muchas amistades se rompían cuando la gente se enamoraba y se casaba. Había ocurrido con los Beatles, aunque ________ no recordaba muy bien con cuál de ellos. Quizá cuando Paul se casó con Linda.
¡El matrimonio! La idea de quejón se casara con Demi era tan ridícula que ________ no sabía si reír o llorar. ¿Por qué pierdo el tiempo con estos pensamientos absurdos?, se dijo. Aquello no debía de ser más que una atracción pasajera que acabaría en pocos días.
________ miró los post–its pegados por todas partes y suspiró al pensar que tendría que guardarlos. No; los dejaría donde estaban.
Oía a Selena que hacía sonar los cacahuetes que había ganado mientras Ryan barajaba las cartas.
—¿Has adelgazado? —oyó preguntar a Ryan.
Ryan y Selena parecían llevarse muy bien últimamente. ________ sonrió. Cuando él quería, podía ser encantador.
—Sí, creo que sí —respondió Selena, concentrada en su juego.
Luego se produjo un breve silencio. ________ contuvo la risa. Si Ryan pretendía distraer a su amiga, no iba a conseguirlo. Selena era la única chica que ________ conocía a quien no le preocupaba su peso.
—Gin —dijo Selena.
—¡No puedes tener gin! Si solamente hemos pedido una carta.
—Gin —repitió Selena, implacable.