Capítulo 24

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Liam

Mi cabeza punzaba y la herida en mi hombro dolía haciéndome maldecir a medio mundo. La superficie sobre la que estaba recostado era fría y dura, no tarde en deducir que estaba en el suelo. Los recuerdos de la noche anterior me golpearon con brutalidad y en el justo momento que abrí los ojos, una enorme cantidad de agua iba en mi dirección. Estaba en el suelo, mojado y con una herida de bala en el hombro, era sin duda la mejor manera de despertar. Una risa se hiso presente y supe al instante que había sido Catherine, pase mis manos por mi cara con fastidio y me levante de mi lugar como pude, debía lavarme la herida o se me infectaría. 

— Tu estas loca, verdad. — Hable con disgusto y mi voz estaba más enronquecida de lo normal. — Que rayos es lo que te pasa, maldición. — Intente acercarme hasta ella, pero se apartó de mí.

— Ni se te ocurra acercarte a mí, eres un imbécil y te mereces cosas mucho peores que esto. — Lanzo la cubeta que tenía en sus manos hacia mí y no logre esquivarla, por lo que esta me golpeo en el estómago.

— Ahora qué demonios fue lo que te hice, solo recuerdo que me curaste la herida y nada más. — Me excusé y puse la cubeta sobre la barra tras de mí.

— Eso es lo único que tu diminuto cerebro recuerda. — Hablo con ironía y sus manos se cerraron en puño. — Entonces no recuerdas que me besaste, no recuerdas como me tocaste y que terminaste quedándote dormido. — Golpeo mi hombro con su puño mientras su cara se tornaba de un intenso color rojo.

Me quedé en silencio mientras los recuerdos de lo sucedido pasaron por mi mente como flashes y me maldije a mí mismo por haberme quedado dormido en ese momento. Camine hasta donde ella estaba, pero se apartó alejándose notablemente de donde yo estaba y su mirada hacia mi emanaba un inmenso odio.

— Debes entender que yo tenía una herida de bala en el hombro y había perdido mucha sangre, no seas inconsciente Catherine. — Camine lentamente hasta quedar tras ella. — Además, si lo que te molesta es tener gemidos acumulados puedo solucionarlo sin problema. 

Pase mis manos por su abdomen haciendo que su espalda se pegara a mi torso y lleve mis labios a su cuello haciendo que diera un leve respingo, sentí como sus músculos se tensaron bajo mi agarre y lleve mi mano libre hasta su entre pierna para comenzar a jugar con mis dedos sobre la zona.

— No Liam, basta. — Su voz salió en un hilo y se safo de mi agarre al instante de mí. — Esto no está bien, nunca lo estuvo. — Me miro con los ojos cristalizados. 

— Pero anoche no pensaste en eso y tampoco las ocasiones anteriores. — Pasé mis manos por mi cabello mojado y al momento sentí una punzaba de dolor en mi hombro.

— Ahora es diferente, tu no lo entiendes porque eres un idiota. — Me reí por un momento y camine hasta donde ella estaba, en el justo momento que levante mi mano para tomar su barbilla, la puerta se abrió y ella se apartó. 

— Amor, ya traje las cosas que me pediste. — Un chico rubio y alto entro por la puerta, cargando unas cajas junto con unas cuantas bolsas.

— Como es obvio que yo no soy tu amor, debe ser a Cathe a quien estas buscando. — Miré a la chica y me reí con ironía. — Bueno, yo los dejo solitos muchachos. 

— Liam, espera. — La chica me llamo a mis espaldas y me gire levemente para verla. — Él es Alexandre, mi novio. — Me explico como si los hechos no lo hicieran por sí mismos. — Era primo de Luke y se ofreció a ayudarme en la cafetería, así que mañana abriremos la cafetería de nuevo para que llegues temprano.

— En primera, es el primo de Luke no era y en segunda, que caso tan interesante. — Tome mi barbilla con mis dedos índice y pulgar y mire al rubio. — Su primo es asesinado y el aprovecha para ligar. — Una risa carente de humor abandono mis labios y me gire por completo totalmente fastidiado. — ¿Qué has hecho tu por saber quién lo hizo?

Los Demonios De Mi PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora