Los Demonios De Mi Pasado

Especial

Jason Lawson

4 años atrás.

— Buenos días dormilón, debemos irnos ya. — Su aliento choco contra mi mejilla y de manera automática una sonrisa se dibujó en mi rostro.

Era algo increíble despertar de esa manera y anhelaba seguir haciéndolo por el resto de mis días. Me gire en dirección a ella y la rodeé con mis brazos para después jalarla haciendo que su espalda quedara sobre el colcho y yo sobre ella.

— Qué opinas si hoy no vamos a trabajar y nos quedamos aquí justamente así. —Rose la punta de mi nariz con la suya y por consecuencia se rio tiernamente. —Te preparo tu comida favorita, ponemos películas de acción y disfrutamos de nuestro amor.

—El jefe nos matara si faltamos, además nos falta muy poco para cerrar el caso Guzmán y necesitamos atar los cabos sueltos para que las piezas que tenemos embonen correctamente. —Jalo de mi cuello y unió nuestros labios con pasión. — Se lo competitivo que eres y sé que no querrá que nadie más se lleve el crédito por esta gran hazaña. — Completo una vez que se separó de mí y una sonrisa traviesa domino sus facciones.

— Tienes razón, pero yo decidiré como, cuando y donde celebrar nuestro triunfo. — Me quite de encime de ella y baje de la cama.

— Es un trato. — Se levanto y me dio un beso casto en la mejilla para después dirigirse a la ducha.

Karol Gryson, la chica por la cual despierto todas las mañanas. La conocí el primer día que llegué a la estación de policía, yo era el estúpido novato y ella era la hermosa detective que me trataba como la mascota de la estación, pero eso no me importaba es más era algo que me encantaba con tal de estar cerca de ella. No me daba cuenta de que al mismo tiempo que la seguía iba aprendiendo todas y cada una de sus técnicas, lo que me ayudo a resolver un gran caso de venta de drogas en menos de un año y pude obtener mi nombramiento como detective, adicional a eso pude tener una cita con la chica de mi vida.

Desde el momento en que me dio entrada a su vida supe que era a su lado donde deseaba pasar el resto de la mía.

(...)

— Si el jefe se da cuenta de que llegaron tarde los colgara de la asta de la bandera de la estación, al igual que a mí por manipular la hora en la que checaron su entrada. — Reclamo el rubio mientras tecleaba en su computador. — No sean tontos y revisen si no viene alguien para acá.

— No seas dramático, ni que estuviéramos buscando secretos de estado Nolan. — Se burlo Karol y se asomó discretamente por la puerta del pequeño cuarto. — Pero apúrate, el jefe viene caminando justo por el inicio del pasillo. — Exclamo y salió del reducido espacio.

— Y ella a donde cree que va, acaso nos dejara hundirnos solos. — La voz del rubio mostraba total preocupación.

— Fue a ganarte tiempo torpe, ahora tu sigue con lo tuyo mientras yo veo que no vengan. — Asome mi cabeza para notar como Karol le mostraba algunos expedientes al jefe con la esperanza de que se detuviera, pero no tuvo éxito en ello.

— Nolan apúrate, están a solo 15 metros. — Sus ojos no se apartaron del monitor de su computadora y siguió tecleando a toda velocidad. — 10 metros. — Parecía que sin importar lo que le dijera no me haría caso. — 5 metros. — Solo era cuestión de segundos para que el jefe entrara por la puerta. — ¡Nolan!

— Ya te escuché. — Cerro la ventana y al instante otras tantas se esparcieron por la pantalla. — ¿Cuál es la dirección que me dijiste que quieres que busque? — Exclamo justo en el momento que la puerta se abrió.