Capitulo 27

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Liam

Podía ver como movía sus manos de un lado a otro, mientras se aferraba a las sabanas que lo cubrían. Verlo consciente me llenaba de felicidad, pero en el momento que mis ojos conectaban con la venda que cubría sus globos oculares todo se me hacía totalmente difícil de creer.

— ¡Mamá! —Un grito salió de su garganta inundando la habitación.

— Tranquilo, yo iré por ella. —La voz de Catherine se hizo presente y la venda en la cara del morocho comenzó a humedecerse.

Cathe había salido de la habitación dejándome a solas con Zayn, pero yo no tenía ni la más mínima idea de que decirle o que hacer. Permanecía estático, solo mirándolo como se movía con cierta desesperación palpando cualquier cosa que estuviera a su alcance.

— Se que estas aquí.—Sus voz abandono sus labios en un momento inesperado.—También sé que no eres alguien que sea bueno con las palabras, pero las palabras a mí me sobran. —Se rio de su propio chiste, pero esta finalizo con un tono amargo.

— No es necesario que tú digas nada

— Yo sé que no es necesario, nunca lo es, pero aun así lo hare. — Miro hacia un lado y luego hacia otro como si estuviera desorientado. — Pero acércate a mi lado porque sinceramente no sé dónde mierda estas. — Una sonrisa se colocó en mis labios y camine lentamente hasta quedar junto a la camilla.

— Aquí estoy. — Presione levemente su antebrazo con mi mano y el alzo su cara a donde supuso que estaría la mía.

— No tengo la más mínima idea de cómo te vez, pero apestas por lo que podría deducir que te vez del mismísimo asco. — Una sonrisa burlona se posó en sus labios y cruzo sus brazos sobre su pecho. — Se perfectamente que te sientes culpable, lo que no entiendo es porque si tú nunca sentías culpa.

— Y tampoco llegue a tener algo parecido a un amigo, aunque seas peor que un grano en el trasero. — Dije de forma inconsciente y una pequeña risita abandono los labios del muchacho.— Sigue hablando antes de que me arrepienta de lo que te acabo de decir.

— Esta bien, te decía que sé que te sientes culpable pero no tienes porque, tú no eres culpable de nada.— Coloco sus manos a sus costados y las restregó contra la sábana.— Yo era totalmente consiente de que estaba poniendo mi vida en juego por el simple hecho de seguirte, sabía bien que tarde o temprano nos encontrarían porque no tuviste el más mínimo cuidado en tapar tu huellas.— Me reprendió mientras una sonrisa de lado tomaba posesión de sus labios. — No sé cuál es la historia de tu vida, pero solo un corazón totalmente herido puede llevar a alguien a hacer todo lo que tu hiciste y no te culpo por nada de lo que paso.

Su voz era sincera y en otro momento podría haber visto sus ojos llenos de comprensión. Sabía bien que nunca podría contarle mi historia o por lo menos no del todo. Me quede en silencio, no había nada que pudiera decir que superara sus palabras.

— Hijo mío.— La singular voz llena de amor de Trisha se hizo presente y yo me aproxime hacia la salida del cuarto.

Sabía que no era mi culpa desde antes que él me lo dijera, pero aun así pensar en el estado en que se encontraba y la situación de su familia, me ponía mal. No poder valerse por sí mismo debía ser un asco y yo en su lugar preferiría estar muerto, pero me hacía sentir bien el hecho de que su familia aún lo tuviera con vida y a su lado. Tal vez el hecho de que yo prefiriera morir antes de depender de alguien se deba a que yo no tengo a nadie, pero en el caso de Zayn es diferente porque tiene a su familia que daría todo por él.

Sin darme cuenta ya me encontraba saliendo del establecimiento y me detuve justamente en el estacionamiento, miré a mi alrededor para asegurarme de que todo estuviera tranquilo y sin más, me senté en una jardinera cercana a la entrada del lugar. A lo lejos podían visualizarse a familias caminando por las aceras y compartiendo algún diálogo, la madre mostrando amor a sus hijos y el padre dando una figura imponente en protección de su familia. Ese tipo de cosas son las que no recordaba con mucha claridad y definitivamente no sabía cuál sería mi actitud en dado caso que yo tuviera una familia. Me reí para mis adentros por el erróneo pensamiento, yo no estaba hecho para tener una familia, no podía amar a nadie más porque ni siquiera me amaba yo mismo.

Los Demonios De Mi PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora