Capítulo 14

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Liam

Cada vez que pensaba que todo era solo parte de mi imaginación, terminaba ocurriendo algo que me hacia cambiar de opinión. Después de que se presentara el fuerte estruendo similar al sonido de un disparo, Zayn se levanto de un brinco del sofá y empuño un arma que yo ni siquiera sabia que el tenia consigo. Su mirada estaba llena de pánico y el señalaba con el arma a todas la direcciones posibles, el no podía verme por la oscuridad que había en las escaleras, pero yo podía verlo con un poco de claridad gracias a la luz de la calle que se colaba por la ventanas. Baje lentamente las escaleras y una vez que fui un poco visible, levante mis manos para que el morocho notara que yo estaba desarmando.

Una vez que logre que se tranquilizara un poco, le conté sobre los episodios paranormales que había sufrido, sus facciones no eran nada descriptibles mientras el color de su rostro iba y venia, al principio me miraba como si de un loco se tratase hasta que le comente lo que paso justo antes de que el despertara. Ninguno de los dos pudo dormir en toda la noche por lo que se me ocurrió ir al café más temprano de lo usual pero no tuve otra opción más que llevar al muchacho conmigo.

Eran apenas las 4:26 am y yo ya me encontraba estacionándome mi auto frente al establecimiento donde trabajaba. Cuando entramos le di al chico ordenes sobre lo que tenia que hacer y sin ninguna protesta acato mis ordenes, yo mientras tanto me puse a lavar los trastos se me había hecho una pequeña costumbre desde la broma de Thom. Un vago pensamiento llego a mi memoria recordándome que desde que llegue a trabajar al café Thom tenia todas la intenciones de cambiar los focos, pero nunca había tiempo ni oportunidad de hacerlo. Una vez que termine de lavar los trastos fui hasta la parte más arrinconada de la cocina, la cual se usaba como una pequeña bodega, comencé a mover la cajas hasta que encontré una con bombillas nuevas. Lleve la caja hasta la parte de enfrente y después regrese a la cocina por una cuantas velas, regrese y me puse a acomodarlas en algunas mesas para después encenderlas. Una vez que todas la velas quedaron en orden, baje el interruptor que da paso a la corriente eléctrica y fui cambiando las bombillas, Zayn se acerco rápidamente a mi y comenzó a ayudarme por lo que terminamos antes lo que había imaginado.

Una vez que acabamos de hacer toda la limpieza correspondiente, me dirigí a la cocina y comencé a poner granos de café en la maquinas correspondientes.

— ¿Puedo hacerte una pregunta? — El morocho se recargo en la entrada de la cocina.

— Ya la estas haciendo. — Tome las tazas del estilador y comencé a apilarlas.

— Seré breve y directo, ¿porqué no volviste a inhalar cocaína si sabias que eso era lo único que te hacia sentirte tranquilo. — Jamás pensé que me preguntaría eso.

— Entendí que no necesito muletas para vivir. — Apoye mis manos sobre la barra y di un suspiro. — Debo ser capaz de controlar mi vida y todo lo que hay en ella.

— Entonces consideras que esto es una muleta. — Saco de uno de sus bolsillos un paquete pequeño de cocaína y comenzó jugar con el entre sus dedos.

Las palmas de mis manos comenzaron a pica y una capa de sudor helado empezó a cubrir mi cuerpo. En estos momentos sabia que lo que estaba ante mis ojos era real y que no desaparecería solo, justo como la vez que encontré un paquete en mi auto. Mi garganta se cerraba cada vez más y en mi boca no había ni una sola gota de saliva, deje una tazas en la barra y me acerque al fregado para después abrir la llave permitiendo la salida del agua, moje un poco mis manos y después las puse justo sobre mi rostro mientras intentaba calmarme.

Alfa. — Susurraron contra mi oído y el poco autocontrol que me quedaba se fue totalmente a la mierda.

— Cállate. — Me gire sobre mis talones y camine hasta donde el chico estaba parado, si mirada estaba plasmada de confusión pero no me importo. — Te advertí que no volvieras a llamarme así. — Puse mi mano sobre su cuello y lo levante de su lugar.

Ni siquiera sabia de donde había sacado la fuerza suficiente para levantarlo, el intentaba de mil maneras zafarse de mi agarre y en un acto de desesperación lanzo el paquete de cocaína contra mi cara, este reventó al impactar y cubrió gran parte de mi, mientras otro poco se esparció en el suelo. Solté al chico al instante y comencé a sacudirme con desesperación, el morocho cayo al suelo quedando de rodillas, pero al momento se incorporo y se abalanzo contra mi dándome un puñetazo justo en la mandíbula, caí al suelo y el chico aprovecho para comenzar a golpearme. Como era obvio y de manera involuntaria, termine inhalando la cocaína, todo se torno borroso y ya podía ver nada con claridad, ni siquiera sentía los golpes del chico.

De un solo golpe me quite al chico de encima y me levante para ir tras el, lo levante del suelo tomándolo de su camisa y alce mi puño dispuesto a molerlo a golpes en ese mismo momento. El chico forcejeaba y se quejaba, pero al momento que alzo su mirada pude ver el miedo impreso en ella, por primera vez en mi vida no pude seguir, no sabia si era el remordimiento o ese pequeño golpe de conciencia que intentaba recordarme que había cambiado y que debía aprender a manejarme a mi mismo.

Lo solté y me apresure a salir de allí, camine hasta mi auto y abrí el maletero de este, me quite mi chaqueta y la arroje dentro de este. Busque entre mis cosas con la esperanza de encontrar un camiseta limpia pero no tuve éxito, lo cual me recordó que debía ir a una lavandería pues mi ropa limpia comenzaba a agotarse.

Sin otra opción, cerré el maletero de golpe y regrese al local, cuando entre me encontré al chico limpiando el desastre que habíamos causado anteriormente, me acerque al fregador para después lavar bien mis manos y mi cara, con la intensión de quitar los restos de polvillo blanco. Tome un trapo y comencé a ayudarle, una vez que terminamos tome dos tazas y serví un poco de café en ellas, sin decir un sola palabra le extendí una de las tazas al chico y el la tomo.

— Porque volviste a llamarme Alfa. — Mis manos comenzaron a temblar pero intente relajarme y tome un poco de café.

— Yo no lo hice. — Esas palabras fueron suficientes para que un escalofrió recorriera mi espina dorsal.

— ¿Estás seguro? — Mi voz comenzó a fallar y puse la taza que estaba en la barra junto a mi.

— Si, lo estoy. — La cara del chico cambio una vez que entendió la situación.

Por más que quería, las palabras ya no salían de mi boca, el sonido de la puerta trasera siendo forcejeada inundo la habitación. Camine lentamente hasta la puerta y el morocho me siguió, extendí mi mano y cuando estaba a escasos centímetros de la manija la puerta se abrió de golpe dejando ver a Catherine quien cargaba unas cajas, un suspiro se escapo de mis labios y Zayn entendió que todo estaba bien.

— No me piensas ayudar idiota. — Por un momento me había olvidado de lo fastidiosa que era su voz.

— Buenos días Liam, podrías ayudarme por favor. — La corregí mientras ella me mataba con la mirada.

Tome unas cajas para después dárselas al chico e indicarle a donde las llevara, tome las demás cajas y lo seguí. Cuando regresamos a donde estaba la niña mimada lo primero que vimos fue como inspeccionaba el lugar, me podía imaginar que era lo que diría pero no tenia ni idea de como detenerla.

— ¿Porqué trajiste a este maleante aquí? — No se contuvo ni un poco y su mirada escaneo a Zayn quien solo presiono su mandíbula.

— El es Zack

— Zayn — Me corrigió

— Es lo mismo, hablare con tu abuelo para que lo deje trabajar aquí, un poco de ayuda no nos haría mal. — La confusión era obvia en el rostro del chico.

— Mi abuelo no lo aceptara — La superioridad con la que hablaba me fastidiaba bastante.

— Yo me encargare de eso. — Le guiñe un ojo y la poca seguridad que tenia se esfumo.

Hola pequeñas criaturitas de la creacion, ¿cómo están?
Espero que les guste este nuevo capítulo.
No se olviden de comentar que le está pareciendo.
Subí una nueva historia con Zayn, la encontrarán en mi perfil, espero que les guste.

Y si le gustan las historias de Ángeles y sobre todo de Harry les recomiendo pasarse por el perfil de She0499
NO SE ARREPENTIRÁN

Los Demonios De Mi PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora