Capítulo VII

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N/a:

La canción de hoy, sinceramente, es una de mis favoritas más allá de que sea un cover. Me encanta

¡Disfruten de la lectura!

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Más protegido que nunca.
Así se sentía un Yoongi de ahora 13.

La tormenta había dejado varios destrozos en la ciudad, así como, un montón de gente quedó en la calle.
Yoongi podía oír bien los murmullos de desconocidos retumbando por todo el orfanato.

Parpadeó un instante antes de caer en cuenta de lo que había ocurrido esa noche.

La frazada los envolvía a ambos, al tiempo de que la suave respiración de Nam, chocaba en sus cabellos, alborotándolos...

-Hyung...- susurró el pequeño, sonrojándose aún más al sentir los fuertes brazos de Nam envolviéndolo.
El mayor lo estaba protegiendo, así como lo había hecho en la noche.

En cuanto sus manos se encontraron, el rayo más grande que fue notado en la ciudad en muchos años, iluminó el cielo.
Le temía a las tormentas más que a nada en el mundo.
Rompió en llanto frente al mayor, quien, sin temor alguno, abrazó por la cintura al chiquillo.

Sus manos se paseaban por su espalda, al tiempo de que notaba como el niño, daba un saltito para envolverlo con sus piernas.

En el rostro de Nam, no hizo más que aparecer una sonrisa.
Y, es que, aunque sonara egoísta y cruel, le encantaba ver a ese niño con las mejillas embebidas en lágrimas, claramente, cuando él no era el culpable de ese llanto.
Sin embargo, allí estaba, abrazando a Yoongi. Envolviéndolo.

Trataba por todos los medios posibles que el pequeño se calmara, lográndolo al acariciar sus cabellos.

Nam se sentó en el suelo, y no dudo en abrir los brazos, como alas, y brindarle la calidez que Yoongi necesitaba.

Cuando el llanto cesó, se encontró con la belleza de un ángel que dormía entre sus brazos, y nunca antes se sintió tan dichoso.
Se dejó embelesar por él, callendo en los brazos de Morfeo...

Ahora, que Yoongi recordaba todo con claridad, creyó nunca había tenido tanta suerte antes. Era él el que había encontrado a un ángel, una vez más.

Sus manos se movieron antes de que pudiera detenerlas, tomó el rostro del mayor y delineó sus facciones con detenimiento.
Fue tarde cuando el muchacho lo miró...

Yoongi apartó sus dedos de las mejillas del mayor justo en el momento en el que iba a delinear sus gruesos labios.

-Buenos días, bebé...- la voz de Nam sonó ronca y preciosa a los oídos del menor, quien, se sonrojó aún más ante el apodo que le brindaba.

-B-bu-buenos d-di-as.- respondió nervioso.

-¿Te sientes mejor?- preguntó nuevamente el mayor, a quien poco le importó que sus piernas estuvieran entumecidas y su espalda contracturada. El pequeño asintió, bajando la mirada a sus manos, jugando con sus dedos. Lo notaba nervioso, y, por un momento imaginó que pasaría si él mismo fuera el culpable de esos nervios.

Nam suspiró levemente, antes de desenvolver al niño, dedicándole una cálida sonrisa.

Yoongi, en ese instante, pidió al cielo que ese momento no se hubiese acabado nunca. Sin embargo, allí estaba él. Se irguió, mostrando su bonito pijama ahora a la luz del día.
De colores celestes y decenas de ositos negros.

Una nueva sonrisa brotó de los labios de Nam antes de sacudir ligeramente los cabellos de Yoongi entre sus dedos.

-Eres adorable...- y sonó más como un cumplido a un comentario cualquiera de parte del moreno.

Las mejillas del pequeño se volvieron rojas a más no poder antes de salir corriendo de allí, avergonzado y feliz.
Su ángel...
Su ángel le había hecho un cumplido y el no podía más de la emoción.

Nam lo vio correr escaleras arriba. Sus piecitos apenas aparecían bajo los pantalones del pijama.
A pesar de estar aún creciendo, se notaba a la legua de que ese chiquillo no crecería mucho más, y, ese minúsculo detalle causó aún más ternura en el más alto.

Con cierta pereza, se levantó del suelo, haciendo sonar sus huesos de forma diligente. Dobló la frazada y la dejó caer en su hombro.
Cuando salio de aquel improvisado escondite, bostezo con ganas.
Se dirigió al gran comedor, notando como no había nadie allí. Todos los niños ya habían desayunado, más, en el centro de una de las largas mesas, un objeto rectangular envuelto en papel de regalo y un pequeño pastel de cumpleaños.

Pasitos sonaron detrás de él, viendo al único pequeño que estaba por allí. Yoongi le sonrió al pasar, ahora ya vestido de forma casual y no con su pijama.

Miró el pastel y una sonrisa triste se formó en sus labios.

Cuando Nam miró mejor el pastel, un manojo de velas, un mensaje en letras de color oscuro y una simple cobertura de merengue.

"Feliz cumpleaños, Yoongi. ¡Pide un deseo!"

Nam se sentó a su lado acariciando con parsimonia sus cabellos negros. El pequeño parecía querer llorar...

-Deseo que usted siempre esté conmigo, Hyung-

Las palabras salieron de corrido, sin tartamudeos, ni llanto. Miró directamente al mayor antes abrazarlo.

Nam sonrió maravillado ante el alma pura de aquel niño de ahora trece años.

-Siempre estaré contigo, bebé...- respondió el mayor, depositando un casto beso en la frente de Yoongi.

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La razón por la que el capítulo anterior fue tan corto es que, en vez de guardar, le di al Publicar XDDD
Que sad mi laif (?)

Espero que les haya gustado!❤

Mila

"My Little Sin" (NamGi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora