Capítulo XXI

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Hola bebés ~

Por favor, lean la notita de abajo!

Disfruten del cap.⭐

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Los largos cabellos rubios se mecían al compás de la suave ventisca, aquel Domingo por la tarde.
Un vestido de rojo delineaba la silueta de aquella mujer.
Las piernas, torneadas y perfectas, relucieron ante los ojos de más de una anciana que oraba en la iglesia.

Los labios carmín se estiraron en una sonrisa, mientras que, los tacones hicieron ese insoportable ruido sobre los pisos de madera.
Se acercó amablemente a un monaguillo, tomándole por el brazo, deteniendo su marcha.

-¿Sabes donde esta el Obispo Im?- su voz, aunque se mostraba dulce, no podía soltar más veneno.

El pequeño, señaló con el dedo hacia una puerta de madera, al final de un pasillo. La mujer soltó su brazo y continuó su camino, importándole poco el pisar al niño.

¡Como los detestaba!

De su cartera, un pequeño frasco. Se echó un par de gotas en los ojos antes comenzar a llorar.
Tocó la puerta entre hipidos, recibiendo un "Adelante" desde el interior.

-Vaya, Señorita Oh...- el Obispo se detuvo al ver a la mujer llorar. Se levantó de su asiento y la guió hacia un asiento libre de su despacho. -¿Está usted bien?-

La Señorita Oh negó con la cabeza, llevando una mano a su boca.

-Oh, Jesús... Lamento molestarlo de esta manera, Obispo, pero me temo que esto...- Un leve llanto interrumpió su discurso. -Esto es importante...-

El Obispo acercó una silla para sentarse junto a la mujer. ¿Qué era aquello que tanto le hacia llorar?

-Es sobre el Padre Kim...-

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-¡Nam byung!- dijo el pequeño Jungkook, corriendo a abrazar al moreno de ojos cafés, quien se sonrió y lo tomó en brazos.

El pequeño niño de cabellos azabaches, le había agarrado cariño enseguida al mayor, volviéndose un niño muy curioso por todo lo que hacia él.

Yoongi miro aquella escena sonriendo. Sus cabellos, ahora celestes como el mismísimo cielo, le hacían ver completamente adorable.
Le causaba gracia ver el apego y la admiración de aquel niño hacia su... ¿Pareja?

Bueno, aun no tenia claro que eran, pero sinceramente, quería disfrutar de aquella creciente felicidad que le envolvía.
Su corazón se sentía tan cálido, que no podía recordar otro momento así a lo largo de su vida.
Continuó su camino, balanceando la canasta de compras, oyendo como aquel par, se divertía a sus espaldas.

Tomó todo lo necesario para preparar la cena de esa noche. Porque si, Nam pasaba más en la casa de los hermanos Kim, que en la Iglesia misma.

"My Little Sin" (NamGi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora