Capítulo XV

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Hola amores ~
Ha pasado un tiempo⭐
Espero que estén de puta madre!~
Lxs amo!!


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Sus ojos intentaron acostumbrarse a la luz tras un par de parpadeos.
Sentía la garganta seca, el cuerpo pesado y el inminente dolor.

Una vez más vió aquella hermosa ilusión, mirando sus manos, curándolas, sin percatarse de su mirada.

Fue entonces cuando se percató de que no se trataba de una ilusión...

Su corazón se agitó, ¿Qué hacia el mayor allí?
Cerró los ojos cuando Nam desvió su mirada hacia él, el tacto del nombrado llegó a su rostro, al tiempo de que pasaba un paño con agua sobre su frente. Yoongi estaba sudando, solamente por los nervios.

Nam, al verlo de aquella forma, sentía la necesidad de mimarle y protegerle de sobre manera. Le quería, le quería tanto...
El menor, notó por su parte, un par de labios posarse en su frente.

No se pudo contener, abrió sus ojos de par en par, mirando al mayor, quien se sonrojó de sobre manera al notar que lo habían descubierto.

-Yoongi...- murmuró y se sonrió, al ver que el muchacho ya se encontraba mejor. -¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes?-

-Mejor...- respondió, mordiendo su labio inferior. Hizo fuerza de voluntad y se enderezó en el sofá. -¿Qué haces aquí, Hyung?-

NamJoon le explicó qué es lo que había ocurrido, viendo como el joven transformaba sus labios en una fina linea.

-¿Qué querían esos chicos?- preguntó finamente el moreno, en el silencio de la madrugada.

-No debería meterse en esos asuntos, no son de su incumbencia.- contestó el rubio antes de ponerse de pie, tambaleando, demasiado débil como para caminar por si solo.

-Yoongi, claro que es de mi incumbencia, pasó a serlo desde el momento en el que te vi sangrar.- rezongó Nam, notando la mirada del rubio volverse distante.

Yoongi mordió su labio inferior, antes de apartarlo ligeramente, empujando su pecho.
Se levantó del sofá, entre tambaleos y se arregló la ropa frente a uno de los gigantescos espejos de la casa de su Hyung. El rubio dió por el hecho el que, Jin hyung le había curado, al tiempo de que Namjoon, no apartaba su mirada de la suya.

Suspiró al ver su reflejo, sus adicciones le estaban llevando a la ruina.
Encendió un cigarrillo y se giró hacia el moreno, quien lucia una bonita camisa negra y unos pantalones de vestir, del mismo color.

Namjoon sintió un tirón dar justo en su corazón y en otra zona que él mismo, creía olvidada...
Ver a aquel chiquillo actuando como un rebelde, despertaba en él unas increíbles ganas de tomar sus manos y dejarse llevar por sus más básicos instintos.

Yoongi era eso.
El niño que despertaba un animal en él. El niño que le alborotaba la respiración y el corazón.

El niño que lo hacia salir de su camino de Dios y de la Bondad.

El rubio no era capaz de descifrar realmente aquella mirada que le era brindada.
Las pupilas del moreno se mostraban negras, su mirada se tornaba brillosamente oscura. Y él mismo, deseaba que no fuese una mala pasada de su imaginación.

-Dime en que andas metido, Yoongi.- su voz sonó rasposa, tan baja, que la piel del rubio se erizó.

-Yo... No.. No pued- comenzó a tartamudear Min, antes de notar como más manos de Namjoon tomaban las suyas.

El moreno simplemente se dejó guiar por sus deseos, se dejó guiar, ignorando la pequeña vocecita de la Razón...

Fue tarde cuando el menor notó sus manos a cada lado de su rostro, su cuerpo entero vibró ante la anticipación.
Nam inhaló profundamente, dejando escapar el oxígeno retenido con lentitud, embriagando el doble a Yoongi, quien soltó su cigarrillo.

Sus respiraciónes se entremezclaron, y sus miradas vagaron sobre el rostro contrario.

-Dime en que estás metido, Yoongi.- repitió Nam, apoyando levemente su frente en la del más bajito.

Yoongi dio un respingo al tiempo de que comenzaba a temblar.
El dueño y señor de sus fantasías estaba allí, frente a él. Con su perfume natural y el delicioso aroma a menta fresca saliendo de sus belfos.

Belfos, que no tardaron en llevarse toda la atención de Yoongi.
Los añoraba tanto...

-Nada, hyung.- mintió, y Namjoon lo supo, pero, se rindió ante el menor.

El saber el Porqué no era lo importante ahora.
Ahora, lo único que necesitaba con cada fibra de su ser, era el degustar de aquella boca que alguna vez, fue suya.

Yoongi fue quien dio el enorme paso de ponerse en puntas de pie y probar la boca del mayor. Y Dios Santo, que bien sabia y cuán dulce era aquel pecado. Porque si, Nam era su pecado, ese al que no dudaría ni un segundo, a dar todo lo que tenia.

Al moreno no le sorprendió aquella actitud, es más, la ansiaba. Mordió su boca ante su desobediencia.

-Dios, si nos observas ahora, no te guíes por el pequeño detalle de que ambos somos hombres. Mira dentro de nuestros corazones y recuerdos.
Juzganos como dos amantes.
Por favor...- y como una plegaria, los pensamientos de Nam se dejaron inundar, por el delgado cuerpo que ahora sus manos sostenían por la cintura, pegándose a él.

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Lamento la ausencia, mis amores ;-;

Acabo de mudarme ;----;
Estuve bastaaaaaante tiempo sin internet, y, por otro lado, he estado buscando trabajo, por lo que el tiempo se verá recortado.
Sin embargo, no lxs olvido.
Los amo

Mila

"My Little Sin" (NamGi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora