Yo no debería estar aquí. Yo no debería ser a la que encierran en este sitio. No dejo de repasar en mi mente las palabras del juez: <<Condenada a cuatro meses en la institución correccional Harbor's Rocks>>. Preferiría pasarme un año entero recogiendo basura a pasar cuatro meses en un reformatorio. ¿Y todo por qué? Por defender a mi amiga de su abusivo novio. A esto es lo que llaman justicia: el que hace el bien es al que mandan a un reformatorio.
Mis padres tienen que empujarme cuando me dejan en la puerta, no quiero entrar. No, no y no.
- Skyler –dice mi madre-, solo serán cuatro meses. No lo hagas más difícil.
- No lo hago difícil –le discuto-, es solo que no soy yo a quien deben encerrar.
- Lo sabemos, hija –habla mi padre ahora-, pero la justicia no nos ayuda tanto como debería.
Razón no le falta. Desde que supimos que iban a juzgarme sabíamos que esto no iba a salir bien, y así fue. Y mis padres me dan la razón siempre que digo lo que pienso al respecto. ¿Pero qué puedo hacer? Nada. Si no entro en este reformatorio puedo acabar en la cárcel. Inspiro hondo, <<no hagas esto más difícil a papá y mamá>>, y los abrazo.
- Puedo seguir yo sola.
- ¿Estás segura?
- Lo prefiero.
Mamá me sonríe y me alborota el pelo al acariciarme la cabeza, desde que me lo corté así le encanta hacer eso, y asiente.
- Entonces nos veremos la semana que viene.
- Sí.
Me abrazan una vez más y salen del edificio. Yo me giro y miro adentro.
En cuanto entro hay una mujer tras un mostrador. Se pone en pie con una sonrisa; lleva el pelo cano recogido en un moño con un lápiz y gafas sobre la punta de la nariz.
- Debes de ser Skyler Jones. Te esperábamos.
- No viene mucha gente nueva por aquí, eh... -intento bromear.
- No tanta como la gente piensa.
- No es un lugar en el que te apetezca estar, y más cuando tenemos una playa casi paradisiaca justo ahí enfrente.
La señora sonríe de nuevo. Es de esas sonrisas tranquilizadoras, agradables. Te reconforta cuando no quieres reconfortarte.
- Mira, hay gente que se pasa aquí mucho más tiempo que tú, lo tuyo será un suspiro comparado con otros. Así que mientras no incumplas ninguna norma ni te metas en líos... esto no será más que una casa normal y corriente con muchas normas. Es todo.
- ¿Muchas normas? ¿Como cuáles?
- Las principales se refieren a ser puntual a las clases, comidas, actividades... cualquier cosa. En tu habitación encontrarás un manual con todas ellas, tus horarios de clase y trabajos.
- Dígame que al menos podemos ir a la playa un día a la semana –digo suspirando.
- Está totalmente prohibido salir de estos muros. Si salís se os puede alargar la condena de dos a seis meses.
- ¡¿Seis meses por salir a la playa?!
- Por incumplir las normas. Ahora déjame enseñarte tu dormitorio. Como supondrás, chicos y chicas duermen en alas separadas. Chicas al ala izquierda u oeste, como prefieras llamarlo, y chicos al ala derecha o este.

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Closed. I hate u
Teen FictionSkyler es condenada a pasar cuatro meses en un reformatorio en alguna parte de Tasmania por haber intentado hacer el bien. Allí se encontrará en un lugar que no es lo que esperaba: ventanales preciosos, jardines cuidados, gente que sonríe demasiado...