Capítulo 11

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Cuando termina el almuerzo me comunican que tengo una visita. Sabía que Jay-Jay no me fallaría, pero me pone nerviosa tener que enfrentarme a una Bethany que ni siquiera quiere verme. Nadie de esta mesa sabe quién es Jay-Jay, mucho menos que es él quien ha venido a verme. Así que cuando me levanto para ir a reunirme con mi visita, lo único que hacen es mirarme con curiosidad hasta que desaparezco. Sé que luego volverán a someterme a un interrogatorio, lo que no sé es si les responderé.

Al llegar veo a Jay-Jay mirando por la ventana hacia el pasillo, sonríe al verme levanta una mano para saludarme. Mi cara debe decir lo que estoy deseando preguntarle porque se aparta a un lado y me muestra a Beth, sentada en uno de los sofás de espalda a mí.

Camino hacia la puerta y Jay-Jay me da un apretujón antes de poder evitarlo. Luego me deja en el suelo y me dice:

- Os dejaré solas. Si me necesitas estaré ahí fuera.

Asiento y él se va. Y yo camino hacia dentro de la habitación.

- Hola, Beth –digo. Bethany levanta la cabeza y me saluda sin ninguna gana. Aunque más bien parece querer evitarme, me recuerda a los días en que sonaba su móvil y se asustaba pensando que sería él. Ahora resulta que él soy yo. Me siento frente a ella, con una mesa de café de por medio-. No esperaba que Jay fuera capaz de traerte.

- No dejas de llamar y él se presentó en mi puerta. No me quedaba más remedio que venir y decirte que pares.

- ¿Que pare el qué, Bethany? ¿Intentar ayudar a mi amiga?

- No necesito tu ayuda.

- Sí que la necesitas. Siempre has necesitado que te salven de ese capullo.

- Ese capullo, como tú lo llamas, solo perdió el control. Como tú. Nunca querría hacerme daño.

Esto que ha dicho no me suena bien. El mundo empieza a darme vueltas.

- Casi te manda al otro barrio, Beth. Estuviste ingresada sin poder moverte, ¿acaso no lo recuerdas?

- Me acuerdo perfectamente, pero él me quiere.

- Sí, te quiere para follarte y luego dejarte tirada como a una perra. Es un misógino de mierda que no sabe tratar a una mujer, que odia a las mujeres. ¡Por Dios, Bethany! ¡Estoy aquí por salvarte de él! ¡Me han encerrado por salvarte la vida, joder!

- ¡Nadie te pidió que lo hicieras!

- Y entonces qué, eh. ¿Dejo que te mate delante de mis narices?

- Tal vez así no estarías aquí –dice llena de rabia. Nunca le ha gustado que estemos en contra de él por mucho daño que le hiciera. Él siempre ha sido y será el hombre de su vida. Una vida que no llegará ni a los cuarenta años-. Mira Skyler, ese hombre me quiere. Lo sé y lo siento.

- ¿Cómo? ¿Cómo lo sabes? ¿Lo sientes en cada paliza? ¿Te golpea con amor? Eres una idiota. Podrías salvarte y prefieres seguir en las zarpas del lobo.

- Es completamente normal que a veces se enfade.

- Claro, claro que es normal que una persona se enfade. Lo que no es normal es que tu novio te mande al hospital cada semana. ¿Cómo no puedes verlo, Beth? ¿Cómo puedes estar tan ciega?

- Bueno –dice con los ojos llenos de lágrimas-, el amor es ciego, ¿no?

- Y tú una idiota. ¿Por eso estabas tan feliz la vez que te vio Jay-Jay? ¿Porque habías vuelto a verle, verdad? Supongo que si estás aquí y no en el hospital es porque después del polvo no hubo paliza. ¿O la hubo antes y el polvo solo fue para calmarlo?

Closed. I hate uWhere stories live. Discover now