- Señorita Skyler Jones –retumba la megafonía-, tiene una visita urgente. Diríjase a la sala de visitas.
¿Visita urgente? El profesor me da permiso para salir, y lo hago aún dándole vueltas a la cabeza. Esto es muy raro.
Llego a la sala de visitas y dentro solo hay una persona a la que me cuesta reconocer. Cuando consigo reconocerlo, casi me caigo al suelo.
- Dios mío –murmuro-. ¿Jay?
- ¿Qué te has hecho en el pelo?
- Oh, Dios mío –vuelvo a repetir riéndome-. ¡Estás aquí!
Corro hacia él y lo abrazo. Jay me aprieta y da vueltas sin soltarme, mis pies no tocan el suelo en ningún momento hasta que me deja en él.
- En serio, ¿qué te has hecho? –pregunta revolviéndome el pelo, ahora me saca varios centímetros, se cree King-Kong y yo una simple muñeca a la que puede despeinar.
- ¿Cómo es que estás aquí hoy?
- Tú misma lo dijiste: siempre consigo lo que quiero. Soy un encanto –y sonríe dejando los dientes a la vista.
- Sí, ya. Dejaste de ser un encanto en cuanto cumpliste los diez años.
- Mira, justo el momento en que tú dejaste de crecer, eh.
Oh, no. No ha dicho eso. Le doy un puñetazo en las tripas.
- La próxima va a tu entrepierna. Estoy a la altura, ¿no?
- Vale, vale –se ríe-, no volvamos a gastar el tiempo peleando. Mejor pongámonos al día.
Jay me cuenta cómo han sido estos años en Sidney, la cantidad de cosas que ha hecho y cuánta gente conoce ahora. Me cuenta también que ha vuelto porque, aunque todo aquello era genial, echa de menos nuestra pequeña ciudad costera y su tranquilidad y pocas cosas que hacer, como él lo ha llamado. Yo, por mi parte, le he contado cómo me va por aquí y que la universidad me ha dado la oportunidad de comenzar el curso sin ningún problema.
- Creo que me tomaré un año sabático –confiesa Jay-. Después de todo, estoy bastante cansado de Sidney como para ahora ir a Hobart. Además, ni siquiera sé qué quiero estudiar.
- ¿Y qué harás en ese tiempo?
- Viajar, tal vez. Hay muchos sitios en nuestro propio país que no conocemos.
- Me gusta el plan –admito.
- Podrías venirte conmigo, pasar los días juntos como en los viejos tiempos.
- El problema de ese plan recién inventado, Jay, es que yo sí quiero ir a la universidad.
- Quién iba a pensar que nuestra fierecilla querría tal cosa.
- Oye, que soy tan normal como tú. Solo dices eso porque el pelo me da aspecto de chica dura.
- Sí, debe ser eso –dice muy serio observándome, luego nos echamos a reír-. En serio, ¿por qué lo hiciste? Tu pelo molaba.
- Estás hablando de la chica de doce años. ¿Te gustaba o qué? –me río.
- ¿La verdad? Puede.
La risa se me corta y no puedo no mirar seria a Jay-Jay. Mi Jay-Jay. ¿Está hablando en serio?
- ¿Puede? Jay, ¿yo te gustaba?
- No sabría decirlo con seguridad, tenía doce años. Pero cuando mis padres me dijeron que me marchaba a Sidney... solo lloré porque no ibas a estar tú.
![](https://img.wattpad.com/cover/126926980-288-k88531.jpg)
YOU ARE READING
Closed. I hate u
Novela JuvenilSkyler es condenada a pasar cuatro meses en un reformatorio en alguna parte de Tasmania por haber intentado hacer el bien. Allí se encontrará en un lugar que no es lo que esperaba: ventanales preciosos, jardines cuidados, gente que sonríe demasiado...