Closed. I hate u

Capítulo 13

Cuando terminamos la clase del martes en la piscina, me quedo en las duchas del vestuario hasta que me quedo sola. Todo se queda en silencio y en calma cuando solo estoy yo y únicamente se oye el sonido del agua cayendo. Salgo del recinto cuando tengo el pelo completamente seco.

Solo quedan unos minutos para la cena, así que mientras me dirijo a la sala común, que es donde creo que encontraré a mis amigas. Pero entonces oigo la voz de Austin. Me asomo al pasillo de donde creo que viene su voz y lo veo hablando por teléfono. Esta es la primera vez que veo a Austin teniendo contacto con el exterior. Ahora que caigo, nunca ha dicho nada sobre su vida fuera. Nunca tiene visita ni nunca llama. Ni siquiera sé por qué está aquí.

Retrocedo sin hacer ruido, sin que me vea. De pronto no dejo de pensar en este vacío de información.

En la sala común, Hayley y Alana están viendo un programa de tartas con otras chicas y Terry. Lo veo extrañamente cercano a Hayley, cosa que me lleva a pensar que es posible que hayan mantenido la conversación que le dije a Hayley. Me siento junto a Alana, que apoya su cabeza sobre mi hombro al momento.

- Te has tomado ti tiempo, eh –dice.

- Sí, necesitaba esa ducha.

- Hoy nos han machacado, creen que somos superhombres o algo...

- Todavía están castigándonos por lo del fuego.

Ambas miramos hacia donde se provocó el incendio, no queda rastro de lo que pasó. Se han dado mucha prisa en arreglarlo, parece que es costumbre solucionar ese tipo de cosas.

Mientras miramos al lugar del microondas, Austin entra en la sala común. Choca los cinco con otro chico y se para a charlar con él. Alana ya ha dejado de mirar hacia allí, pero yo no puedo desviar la mirada. Lo que hace que Austin se dé cuenta de que hay alguien mirándolo y finalmente hace contacto visual conmigo. Sonríe, cómo no.

Al acercarse al sofá, coge un puf del rincón y se sienta junto al brazo del sofá donde estoy sentada, a mi izquierda.

- ¿Cogiendo ideas? –dice señalando la tele. Por un momento olvido qué programa es el que estamos viendo y tengo que mirar para recordarlo. Ah, mierda, sí, las tartas.

- En realidad acabo de llegar –digo-. Tampoco sé muy bien por qué están viendo eso.

Austin mira la pantalla unos segundos, yo lo miro a él. Hay algo extraño que no me deja apartar la mirada. De fondo oigo que la siguiente tarta es para una boda ambientada en el estilo steampunk, los novios quieren que el pastel vaya a juego. Austin vuelve a mirarme de pronto y me pilla desprevenida, siento que el corazón se me para del susto. Su cara está demasiado cerca, ¿cómo ha llegado ahí?

- ¿Dónde estabas? –me pregunta.

- ¿Qué?

- Has dicho que acabas de llegar.

- Ah, sí. Eh... seguía en las duchas. ¿Y tú? ¿De dónde venías?

- Tenía sesión con Margaret.

Mentira. Mentira. Mentira.

- ¿Y qué tal?

- Como siempre –se encoge de hombros.

Nos quedamos en silencio, miro al televisor. Ya han cubierto el primer piso de la tarta con una capa blanca de fondant. Luego el segundo. Vuelvo a mirar a Austin.

- ¿Sabes que seguimos castigados sin recibir visitas?

- Sí, eso he oído.

- Quería ver a mis padres y a Jay –digo intentando que él también me cuente algo, pero no me está saliendo muy bien.