—Ay —se queja mi hermano.
—Estate quieto, Tyler —le ordeno, agarrándole la barbilla.
Él suelta un gruñido, pero no vuelve a quejarse. Mancho de nuevo la brocha en el maquillaje y lo extiendo por su rostro con cuidado, aunque no logro evitar que vuelva a contraer el rostro en una mueca de dolor.
—¿Qué harás si mamá te descubre?
—No sé. —Se encoge de hombros—. Supongo que le diré que me lo hice jugando al baloncesto.
Suspiro. Paso el dedo para quitarle los restos de maquillaje y retrocedo un paso para obtener una mejor perspectiva.
—Listo —digo—. Apenas se te nota el moratón.
—¿De verdad? —Se asoma al espejo y se observa—. Oh... gracias.
Guardo las cosas en el estuche mientras Tyler sigue mirándose, sorprendido de que sus heridas hayan desaparecido tan mágicamente de su rostro. En ese momento, alguien llama a la puerta.
—Chicos, es hora de irnos —nos avisa mi madre.
Salimos del cuarto de baño y me dirijo a mi habitación para terminar de organizar algunas cosas. Cuando estoy lista, bajo las escaleras y llego al recibidor, donde me esperan mi madre y mi hermano. Me miro al espejo una última vez para asegurarme de que mi pelo no está hecho un desastre, y salimos al exterior. Hace un día magnífico y la temperatura es agradable, así que decido prescindir de mi chaqueta.
Cuando llegamos al instituto, nos sorprende la cantidad de gente que ha acudido al evento. Todos los años, una semana antes de la fiesta de Halloween, celebramos la Comida de Otoño, en la que todos los alumnos acudimos con nuestras respectivas familias. No soy muy aficionada a las cosas que organiza nuestro instituto, pero mi madre siempre insiste en que acuda, ya que «relacionarse con gente diferente es bueno», tal y como ella dice.
Tyler desaparece rápidamente en busca de sus amigos, así que mi madre y yo nos dirigimos a la larguísima mesa colocada en una zona despejada del área que rodea el edificio. Dejamos el plato de brownie que hemos estado preparando esta mañana junto al resto de dulces que han traído las demás familias y damos un paseo para echar un vistazo.
Me sorprendo de todo lo que han organizado este año. Han traído a malabaristas, magos y hasta un castillo hinchable para los más pequeños. También hay una pequeña tómbola, controlada por alumnos de penúltimo curso. La música se escucha desde todos los puntos del instituto, así que la gente baila y canta alegremente.
—Esto es genial —dice mi madre, asombrada. Asiento, porque reconozco que tiene razón.
—¡Amber!
Ella se gira y suelta una exclamación de sorpresa cuando ve a Isabelle, la madre de Harry. Ambas se abrazan y empiezan a decirse lo guapas y rejuvenecidas que están. Cuando me doy cuenta de que no pinto nada en la conversación, doy media vuelta y empiezo a buscar a Paige.
Hace varios años, mi padre también solía venir a la comida, pero desde que firmaron el divorcio y se fue a vivir al centro de Baltimore, está siempre demasiado ocupado. A veces le echo de menos cuando no le veo sentado en su sillón del salón, cortando el césped la mañana de los sábados o en la mesa mientras comemos. En demasiadas ocasiones, me he preguntado el porqué de la separación de mis padres. «Esto no funciona», fue la respuesta de mi madre. Pero ellos se querían, y yo lo sabía. Supuse que cuando dos piezas no terminan de encajar en el puzle, no se puede seguir con él.
Veo a Paige a lo lejos. Está rellenando su vaso de refresco mientras charla con una chica. Estoy a punto de llamarla y dirigirme a ella cuando me topo con el torso de alguien.

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Inside
FanfictionAllison y Harry, cuya amistad fue destruida años atrás, volverán a unirse para intentar resolver un misterioso asesinato que sacudirá sus vidas. No hay pruebas, y el pasado ha dejado una huella tan profunda en el presente que hará que todo resulte...