Los días pasaron, Agustín y Carolina terminaron ya de visitar a todos sus parientes que habían faltado a su boda.
Llegaron a su nuevo hogar por la noche. Al día siguiente.—¡Buen día!— saludo Agustín a Carolina entrando a la cocina—¿Cómo andas hermosa?— beso su mejilla.
—¡Hey! Bien ¿Y tú?— correspondió al saludo— Dime que te gusta el omelette porque eso hice— río la castaña y colocó el plato con omelettes en la mesa.
—¡Claro!— río Agustín babeandose por el plato ya sentado en la silla.
Agustín comía los deliciosos omelette que le había preparado su amada. Mientras Carolina bebía su té y mirada el periódico.
—¿Te puedo preguntar algo?— pregunto Agustín dejando su omelette de lado.
Carolina dejó el periódico de lado y asintió.
—¿No eres virgen?— pregunto el morocho confundido torciendo su cabeza. Había quedado confundido cuando la prima de Carolina dijo algo como que Carolina no era vírgen.
—¿Te importa?— río— ¡Claro que sí!
—¿A qué se debe la pregunta?— esta vez pregunto la castaña.—Por lo que dijo tu prima en nuestra boda— respondió Agustín y agarro el periódico.
—Solo es una bromista— sonrió.
La pava con agua comenzó a hervir y a sonar. Carolina se levantó de su asiento a apagar la pava.—Bien Agustín, dame mi omelette— tomo asiento la castaña con una expresión seria. Se dió cuenta que faltaba algo en su plato.
—¿Cuál?— río Agustín— ¿Este?— agarro el omelette de su regazos y le mostró a Carolina.
—¡Ough! Qué ingenua soy, al sentarme habré parado el plato con mi mano— río ella— ahora dámelo.
—Ven por el— la desafío a la castaña y comenzó a correr por toda la cocina.
Ella lo siguió—¡Dame Agustín! Tengo hambre— corría tras el haciendo puchero.
— Atrapamé si puedes— reía Agustín.
Agustín entro a la habitación corriendo con el omelette en mano.
—Vamos Agustín, esto se está poniendo ridículo— reía ella, entro a la habitación y se apoyó en el umbral de la puerta mientras observaba a su marido correr como raro por toda la habitación hasta que el se detiene a mirar la ventana.
—¿Qué pasa?— pregunto Carolina acercándose a el.
—Creo que está por llover, mira el cielo como está— seguía observando por la ventana. Carolina se adelanto y le quitó el omelette que tenía el en manos.
—Oye— El se dió vuelta . Carolina estaba en la esquina de la cama riendo.
—Eso es trampa— se acercó a ella y se cruzó de brazos mientras solo la observaba.
—Tu la hiciste primero. Tu comiste tu omelette calentito y yo lo tengo que comer al mio todo frío y sudado por ti— hizo expresión de asco la castaña— ¿Tú quieres? Por que yo no— siguió riendo.
Agustín lo agarro y lo dejo en la mesita de luz. Agarro a Carolina por la cintura, la dejo con delicadeza en la cama. Y comenzó a hacerle cosquillas.
—¡Basta ya!— bufaba y volvía a reír Carolina. Agustín solo reía.
(...)
—¿Qué hora es?— pregunto la castaña puesto su pijama frotando sus ojos.
—Cuatro de la tarde, dormilona. Menos mal que era una "pequeña siesta"— respondió Agustín y hizo comillas con sus dedos.
—Bien, ¿A dónde vas tan elegante y guapetón?— reía Carolina colocando bien el moño de su marido.
—El crítico va a visitar el almacén. Tengo que estar elegante— sonrió.
—Suerte— beso su mejilla.
—Gracias— respondió Agustín.
—¿Vas a ir ahora?— pregunto Carolina tomando asiento alado de el. Estaban en el frente de su casa sentados en las escaleras.
—Claro— la miró por varios segundos.
—¿Qué miras?— pregunto la castaña haciendo expresión rara.
—Sos muy linda hasta cuándo tenés todo tu cabello alborotado — acarició con su pulgar la mejilla de su amada.
Ella se sonrojó.
—Tambien me encantan tus mejillas sonrojadas— río y beso su mejilla— Hasta pronto. Vuelve entre un rato— y comenzó a alejarse
—Suerte— le sonrió y lo siguió.
—¡Agustín!— grito ella, Agustín se dió vuelta a verla.Ella lo abrazó y le dió un beso en sus labios.
(...)
Carolina Kopelioff
5 horas y aún no vuelve. Qué extraño. Debo admitir que me siento sola en esta casa sin el, antes era lo mejor quedarse sola en casa pero ahora quiero solamente estar con el.
No sabía que hacer y recordé que era hora de la cena. Preparé la comida:
Bife de carné con papas hervidas.—¡Hola!— grito el al entrar a casa. Por fin llegó.
—Hey hola, al fin volviste. Te extrañe— lo abracé, si realmente lo extrañe.
—¿En serio?— abrió sus ojos como platos y nos separamos del abrazo.
—Creeme que sí— reí.
—¿Cómo te ha ido sin mi presencia?— pregunto riendo.
—Aburrido. En mi casa era algo genial quedar sola. Acá es diferente, es aburrido— eleve mis hombros.
—Recuerda que ahora acá es tu casa— sonrió y besó mi mejilla— ¿Para algo son los hijos no? Para la diversión del hogar— comenzó a reír.
Solo lo miré seria.
(...)
Llegó la hora de dormir, otra noche mas junto a él. Sin nada más que hablar y dormir.
—Descansa, mañana será un día largo— me beso la mejilla. Ya estabamos en la recámara acostados.
—Tu también. ¿Por qué día largo?— reí ante su comentario.
—Olvide decírtelo— pegó su frente con la palma de su mano— Ruggero y Candelaria nos invitaron a un día de camping en el parque— sonrió.
—Esta bien— cerré mis ojos— Dulces sueños— apoye mi cabeza en su hombro, mientras el leía un libro.
—Dulces sueños hermosa mía.— beso mi cabeza.
Y nuestras noches eran así, no eran como esas noches con mucha pasión de los demás o al menos hasta ahora.
Esas noches eran las mejores, eran llenas de cariño y amor. Poco diálogo pero demostraban mucho esas palabras.Meta: 10 votos😳
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Prometemé [Aguslina] #Wattys2017
RomanceCarolina, una jovencita que aún no se ha casado. Sus padres, al ver que su hija no tiene idea con quién casarse, la obligan a casarse con un muchacho. Ella se opone totalmente pero igual tendrá que obedecer a sus padres. Al pasar el tiempo, ¿Seguirá...