Capítulo 13

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NARRA MUSTAINE

Rápidamente me enjuagué el jabón que tenía en los ojos, cerré la llave para poder escuchar mejor y me puse una toalla en la cintura.
Estaba inseguro sobre salir o no hasta que la puerta del baño se abrió sola.

-¿Tan grande y jugando con muñecas? -preguntó una mujer de cabello lacio, largo y ojos azules, sosteniendo la muñeca de Zoe.

-¿Qué mierda haces aquí? -intenté cubrirme el torso con las manos, pero en un movimiento desesperado terminé tirando la toalla que me cubría las piernas dejando al descubierto todo mi cuerpo.

-¿No puedo entrar a mi casa, entonces? -rio. Noté como su mirada se deslizaba desde mi mirada, hasta llegar a mi entrepierna.

-Pero no al baño, ¿no te enseñaron a tocar? -dije mientras me cubría de nuevo con la toalla-. Y no toques eso -le arrebaté la muñeca.

-Tranquilo, sólo venía a conocer a la visita -soltó con una mirada sugestiva.

Así me pongo yo cuando estoy ebrio, no puedo juzgarla... además está buena. Pero no puedo ser tan malagradecido con Ellefson, eso es demasiado incluso para mí.

-Ya que me conociste y todo, agradecería si te largaras.

-Creo que te conocí de más -guiñó el ojo-. Nos vemos abajo, un placer.

La mujer, quien supongo es la hermana de Ellefson, se fue y salí del baño con tranquilidad. Me acerqué a la cama y noté que había ropa ahí, tal vez la dejó la loca ésa.
Eran unos jeans y una camiseta negra lisa, no creo que esto le pertenezca a Ellefson. O tal vez tiene una doble vida; por un lado es un miltimillonario psicólogo  gris y por el otro lleva una vida desenfrenada con marihuana y prostitutas. Sería genial.

Me vestí, bajé y miré en el comedor a Ellefson, a su hermana y a un enano.

-Qué bueno que bajas, ella es mi hermana Jade y él...

-Es su hermanito menor -interrumpí-. Qué lindos.

-Lars Ulrich, idiota. El placer es tuyo.

-Un placer Ulrich, te pareces a mi prima, de doce años -reí.

-Con ese cabello no tienes mucho de que burlarte.

-Tengo cabello, pero no cara de princesita...

-Suficiente -interrumpió Ellefson-. Mejor vamos a comer, tengo mucha hambre.

Todos decidimos que era buena idea, así que nos dirigimos al gran comedor que era como para doce personas.

-¿Viven aquí ustedes solos? -pregunté.

-Sólo Jade y yo, así es -respondió Ellefson secamente.

Me quedé callado sin saber como continuar la conversación, todo estaba en silencio y el ambiente se sentía bastante tenso.
Lo único audible en la gran habitación era el ruido de las cucharas sonando contra los platos. Ah, y el enano ése, que al parecer no sabe masticar con la boca cerrada.
En fin, no presté mucha atención y me concentré en mi comida; era lasagna, creo. No me puedo quejar, estaba rica.
Terminamos de comer y me levanté de la silla.

-Muchas gracias, Ellefson, ahora tengo que irme o si no se pondrá más oscuro.

-No te vayas -Ellefson se paró rápidamente de la silla y limpió su boca con una servilleta-. Puedes quedarte aquí, aunque sea una noche.

-Sí, quédate Mustaine -soltó Jade y recibió una mirada de odio por parte de Lars.

-No quiero causar más molestias, ya hiciste demasiado por mí.

-Por lo menos hasta mañana que tu ropa esté seca -pidió el psicólogo.

-Está bien -voltée a ver a Lars y me burlé.

Killing Is My Business...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora