NARRA NEWSTED
-No sé, me quedé con ganas de saber. A mí también me gustan los tuyos -dijo el pelirrojo.
-Gracias, supongo -dije tratando de sonar lo más tranquilo posible, pero mi nerviosismo era casi palpable.
-¿Te doy miedo? -preguntó riéndose y acercando lentamente su rostro al mío mientras me miraba fijamente, hasta por fin, tocar mi mejilla derecha con su fría nariz.
-¡Claro que no! Y si no dejas de molestarme, vamos a terminar muertos.
-¿Además de asesino eres suicida? ¡Vaya! Esto sí que es nuevo -preguntó sarcásticamente mientras de reojo pude ver cómo arqueba las cejas pretendiendo incredulidad.
-Si sigues distrayéndome, vamos a chocar... ¿sabes qué? Es suficiente, será mejor que te bajes aquí, me estás haciendo perder la paciencia -dije sumamente tenso, mientras disminuía la velocidad hasta detenerme.
Lo más molesto fue verlo ahí, recargado en el asiento como si nada, cómodo y despreocupado. Este tipo es un sinvergüenza.-Es una maldita broma, niño, no puedes tomarte todo tan en serio. Relájate -tranquilamente sacó un cigarro del bolsillo de su chamarra, éste estaba húmedo y después de varios intentos se rindió de intentar prenderlo-. Se me está bajando la borrachera y tengo frío, comienzo a recuperar mis cinco sentidos y créeme que preferiría que un toro masticara mis testículos. Así que ahora deja de hacerte la víctima que a quien le patearon el culo sin puto motivo fue a mí.
-Acepto que fue culpa nuestra, o mía... como sea. Eso no te da derecho a comportarte como un puberto inmaduro haciendo bromas tontas...
-Algo tienen que pagar ¿no? -interrumpió- tú y tu estúpido Hetshit agradezcan que no fui a demandarlos con la policía de verdad -dijo subiendo cada vez más el volumen de su voz.
-Lo que digas -refunfuñé cruzando los brazos y volteando a ver hacia la ventana, como si de una discusión marital se tratara.
-Ay, ya, llévame y cállate.
Encendí de nuevo el motor con movimientos bruscos para que Mustaine se diera cuenta de que estaba enojado. Afortunadamente para mí, no habló durante todo el camino (que me pareció eterno, por cierto) y llegamos tranquilamente.
Se bajó del auto, aún tambaleando un poco, hizo como si yo no existiera e intentó entrar en su casa; "metió" la llave alrededor de diez veces, giraba y maldecía por que la puerta no se abría, hasta que después de mil intentos un golpe de suerte hizo que atinara.
Entró y me sentí más tranquilo, por fin podía irme a descansar, estaba agotado física y mentalmente ya que definitivamente fue un día muy largo.
Nadie murió hoy, o por lo menos no por mi culpa.
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Killing Is My Business...
Hayran KurguLa historia se desarrolla en California en el año de 1988. Un asesino anda suelto y es el deber de dos policías encontrarlo antes de que cace a la próxima víctima, pero mejor estar atentos, nada es lo que parece. -Es mi primer historia, espero que n...