4.- El Tiempo Se Detuvo... ¿Para mí?

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Una vez en el Palacio, las demás chicas lloraban, otras me daban su sentido pésame, era bien conocida la estrecha relación y el gran amor que las cuatro joyas nos teníamos... pero no me detuve, todo dentro de mi estaba en silencio, solo sentía el palpitar de mi corazón en todo aquel alboroto donde solo veía las reacciones mas no las voces... el tiempo se había detenido...

Subí por el ascensor con Shannon iba a mi lado. Al abrirse la puerta, el piso estaba acordonado con la cinta policial, los policías me impidieron el paso, pero Shannon me permitió el paso, todos los hombres me veían, justo como el día que fui a la oficina de Shannon, por su parte, las oficiales femeninas me miraban de arriba para abajo y fruncían el ceño, entre los hombres reconocí al idiota que disparo en el callejón hiriendo a Esmeralda.

La sala del piso estaba cubierta de gotas de sangre, los cojines blancos de igual modo tenían gotas de sangre, pero la escena primaria era la habitación roja... la de Rubí. Shannon tomo mis hombros y me indico esperar, quise decirle que no me iba quedar allí, pero el cuerpo no me reacciono... no encontré las palabras en mi boca. A los pocos minutos salió, se acercó y me contemplo con su rostro pálido.

-Creo que no deberías entrar a la habitación- susurro- no te lo permitirán...

-Debo hacerlo- susurre- ¿Quién fue?

-La escena es algo...- comenzó.

-Shannon por favor...- suplique- Zafiro murió casi en mis brazos, debo verla... debo despedirme... ayúdame... ella era mi familia, mi hermana... lo era todo para mi...

Pareció pensarlo por un instante, luego decidió que podía entrar, él se haría responsable de mí, solo me advirtió no tocar nada, y mucho menos alterarme en la escena. Una de las enormes puertas del cuarto estaba abierta y la otra semi abierta, y fue entonces cuando la vi... Rubí estaba en el medio del cuarto, con una soga en el cuello, su rostro mostraba las cicatrices aun sin sanar, y las vendas yacían en el suelo... su rostro era una inconfundible línea de cortes de un extremo a otro, y su cuerpo estaba bañado en sangre.

Avance hacia ella y la abracé mientras lloraba, aun no la habían bajado de la lámpara del techo, la cual amenazaba con caerse en cualquier momento... Shannon me tomo de la cadera, mientras los forenses intentaban soltar el nudo, ella cayó en mis brazos y me arrodille mientras besaba su frente, su rostro no se notaba, no se podía distinguir.

Finalmente Shannon se las maniobro para ponerme de pie y separarme del cuerpo, le pedía que me soltara, pero el solo me arrastraba hacia la puerta, y fue allí cuando la vi... era una doble escena, la razón por la cual una sola puerta de las habitaciones había sido abierta. No era una sola muerta, eran dos: Esmeralda también estaba allí, en la puerta, atravesada con una espada, muy similar a las que el palacio usaba en la entrada como decoración, su ropa estaba sangrando, y en su rostro la súplica...

Grite su nombre, en ese momento Shannon me saco de la habitación, no podía calmarme, no podía dejar de gritar y en cierto modo era inconsciente de ello, el me saco del piso, los demás oficiales estaban allí, cuando me vieron, apenas Shannon me soltó, caí de rodillas al suelo, las piernas me flaqueaban sin respuesta alguna... el tiempo se había detenido a mi alrededor, no escuchaba las voces a mi alrededor, y las lágrimas nublaron mi vista, Shannon coloco una rodilla en el suelo e intento ponerme de pie, pero solo arrojé mis brazos sobre su nuca y me eché a llorar en su pecho, el me abrazo y me consolaba, pero solo veía una y otra vez esa imagen en mi cabeza cada vez que cerraba mis ojos...

Logre ponerme de pie y sentarme en uno de los sofás que estaban en la sala, Johana subió y se sentó a mi lado, en sus manos traía una taza de té, la cual coloco en la pequeña mesita y me abrazo de forma maternal, Shannon tomaba mi mano y solo la soltó cuando tuvo que volver al trabajo.

Johana me ofreció un par de calmantes, y una vez que hicieron efecto, solo coloque mi rostro contra su pecho, oía su respiración y el palpitar de su corazón, una a una subieron las demás chicas, quienes habían sido mis compañeras una vez que había sido Cristal... todas me consolaban, sobaban mis brazos y piernas.

-Johana- susurre- ¿Qué ocurrió?

-Una tragedia- susurro- solo una tragedia pequeña...

-¿Quién las asesino?- pregunte.

Ella guardo silencio, estaba claro que no me lo iba a decir, Cuarzo se puso de pie y encendió la pantalla... las cámaras. Retrocedió video hasta llegar al asesinato del piso, no se escuchaba, pero la imagen era muy nítida, antes solía pensar que era un asco tener cámaras en las habitaciones, solía decir que solo un cerdo sádico disfrutaría al vernos teniendo sexo, pero ahora agradecía el hecho de que estuviesen las cámaras instaladas... me darían la respuesta que tanto anhelaba y la cual esperaba...

-Los oficiales no saben de la cinta... todavía... si quieres verlo- añadió entregándome el control- pulsa el botón de Play... allí está todo.

Reproduje la imagen y allí estaba, Rubí quitaba los vendajes de su rostro, lloraba al ver su rostro, rompió el espejo del baño con el puño cerrado mientras gritaba, por un momento desapareció de la imagen, cuando reapareció nuevamente, traía un par de espadas en las manos, saco todo tipo de mecatillos de las cortinas e hizo una especie de trenza, cuando la hubo colgado de la lámpara, Esmeralda entraba en la habitación, ambas forcejearon hasta que Rubí le clavaba una espada, atravesándola por completo, mientras la punta rompía ropa, piel, órganos e incluso la puerta, luego beso sus labios y se alejó de ella, dejándola morir... la pobre Esmeralda, quien siempre buscaba ayudar a los demás... luego de ello Rubí se colgó, y antes de morir estrangulada, se clavó y saco en el pecho de manera rápida la otra espada... esta cayo en el suelo, mientras la vida de ella poco a poco se iba, y la sangre bajaba por su pecho, creando un charco en el suelo.

Realmente era una chica perturbada quien había actuado de esa manera... la pérdida del rostro, hizo enloquecer a Rubí hasta el punto de acabar su vida, llevándose en su camino a la pobre Esmeralda. Muchas chicas del Palacio, comenzaron a hacer sus maletas, tomarían rumbos completamente diferentes...

En ese momento el tiempo se detuvo, pero... ¿Y para mí? Sin Zafiro, sin Esmeralda, sin Rubí, no tenía por qué seguir siendo Diamond, pero tampoco quería ser Andrea nuevamente... tenía las respuestas a mis preguntas justo delante de mis ojos, pero simplemente no me llenaban... solo había indecisión en mi cabeza...

Use la puerta de emergencia del palacio, una que iba desde el pasillo y llegaba directo a mi closet, todas las habitaciones la tenían, hice mi maleta y salí del palacio antes de que Shannon me viese, no quería tener que despedirme, deje a Diamond en el Palacio, ya no sería más esa mujer, ella moriría al igual que las otras joyas... ya no sería una prostituta de elite, de ahora en adelante seria Cristal, un prostituta de esquina... Es triste... es triste el ver el camino que había escogido, seguiría siendo prostituta... el tiempo se había detenido, justo para que eligiese una mejor vida para mí, pero en lugar de eso, decidí continuar la página, en lugar de reescribir el libro de mi vida... y fue entonces cuando el bar Araña me abrió las puertas... los clientes eran básicamente camioneros, obreros, funcionarios públicos... todos aquellos hombres que no frecuentaban el palacio, ahora las ganancias eran inferiores a las que hasta hace poco había tenido, pero al menos me alcanzaba para mi mesada diaria de drogas...

Paso mucho tiempo, de ello no tengo conocimiento: del tiempo. Cada cliente que pasaba por mi cama me hacía sentir más y más muerta, no conocería nuevamente a un hombre como el, como Shannon, y por ello me había alejado de el... el merecía una mejor mujer, una chica que no fuese una vulgar prostituta... por primera vez en mi vida pensaba en alguien que no fuera en mi... y en mis momentos de conciencia me agradaba no olvidarle...

Diario de una ProstitutaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora