4.- 5 Años de Bachillerato

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Con 12 años finalmente estaba en primer año, y eso me emocionaba mucho, aún conservaba el mismo viejo y feo uniforme, pero ahora mi camisa era azul, era fea, ancha y grande; pero era azul... con 12 nuevas materias y 12 nuevos profesores, muchos chicos cambiaron, podría decirse que maduraron, a su modo, pero lo hicieron; el incidente de "Cucaracha" aparentemente había quedado en el pasado y cada quien se concentraba en sí mismo.

Aunque creí que Marilyn y yo éramos muy buenas amigas, me di cuenta de que estaba equivocada, poco a poco nos fuimos alejando, hasta que Brandy llego y nos convertimos en muy buenas amigas; todo el tiempo hacíamos locuras y manteníamos siempre la risa, de igual modo vino Gabriela, y éramos un trio inseparable, incluso llevábamos puestos brazaletes de la amistad, que la misma Brandy se había esmerado en hacer para conmemorar nuestra amistad.

Ese año las bromas parecieron cesar del todo, solamente dos libros de texto fueron extraídos y robados de mi bolso y nunca los conseguí, pero eso fue todo... ERA LIBRE... al fin lo era... y estaba muy agradecida por ello.

Mi 2do año fue un respiro y un alivio, con 13 años, mis padres me cambiaron de liceo, mi hermana estaba en cuarto año de ciencia y me emocionaba finalmente cambiar de ámbito escolar, y en cierto modo me entristecía separarme de mis dos queridas compañeras... el nuevo liceo no era amplio, al contrario era más pequeño que el anterior, mi pantalón nuevamente era vergonzoso, pero al menos mi nueva chemise era más ajustada, mi cabello caía hasta mi cintura y mis excelentes notas me dieron otra reputación... ya no era Andrea "La Fea" ni Andrea "Cucaracha" por primera vez era Andrea Martínez, la chica callada, cuyas materias siempre eximidas, no merecían ser la burla de todos...

Las personas eran muy amables y nunca me pusieron en la cuerda floja a merced de sus comentarios y burlas, jamás hablaban de mi dentadura, mi cabello o mi uniforme y por primera vez, aquel pequeño gesto era un alivio y un descanso para mi... allí conocí a Amanda y a Carmen, junto con Ana ingresaban nuevas ese año escolar, no paso mucho tiempo para que nos hiciéramos muy buenas amigas, éramos igual que un cuarteto, siempre juntas, pero Amanda, la chica rubia de tez clara, alta y de increíble ingenio, era casi como mi "Tocaya", teníamos mucho en común y su ingenio y locura me hacían reír a cada rato, fue uno de los mejores años de bachillerato.

Mi madre cambio su aptitud, dejo de ser ruda y comenzó a beber, a veces llegaba a casa y la encontraba en el piso de la sala, borracha a más no poder... mi padre nos había abandonado el año pasado por una mujer, y por la cual había dejado su hogar, esposa y sus dos hijas...

A la edad de 14 años fui casi libre, mi madre pocas veces notaba mi presencia y mi padre cada vez más se alejaba de nosotras, gastándose el dinero de toda una vida de ahorros y sacrificios, en buenos hoteles, comida y diversión para su nueva familia, Griselda su mujer ahora era la prioridad sobre su sangre... aunque suene cruel, agradecía que todo aquello hubiese pasado, ya que su partida me regreso la libertad de ser la que yo quería y tomar las decisiones respecto a mi persona, pese a que el año anterior nadie había criticado mi aspecto físico, el recuerdo de mis antiguos compañeros aun me perseguía y acosaba.

Deseche el viejo y antiguo pantalón, busque uno a mi medida; corte y cambie el color de mi cabello (antes castaño, ahora rubio) y pase a ser más extrovertida... no había duda de que ahora todos me tomarían en serio, solo añoraba que mis antiguos compañeros me vieran, quería ver sus expresiones cuando supieran que había sido de Andrea "La Fea"... de Andrea "Cucaracha". Es increíble lo que un cabello arreglado y una ropa ajustada pueden hacer... en 3er año y por primera vez en mi vida escolar, era "La Bomba", era un sueño realizado, poder ser la chica más sexy y bonita, en contraste a la persona que hasta hace poco había sido; ahora todos querían tener que ver conmigo.

Lamentablemente, Amanda no cursaba mi sección, lo que dio pie a una amistad más estrecha con Carmen, ahora éramos inseparables y aunque Amanda rogaba y pedía casi a diario el cambio a nuestra sección, al final se adaptó a sus nuevos compañeros y poco a poco se alejó. Además de Carmen; Bruke, Anette, Ernesto, Camila, Lotti y la misma Ana nos volvimos inseparables y luego de eso se nos unió Winston; con ellos aprendí a fumar y un tanto a tomar, de vez en cuando nos jubilábamos de clases, o ellos me encubrían cuando yo lo hacía.

Siempre echábamos broma en la plaza que quedaba casi al frente de la institución, y de vez en cuando Amanda se nos unía; cuando finalizo el 3er año, todos lloramos, rayamos nuestras camisas y nos despedimos con la promesa de vernos constantemente, todos sabíamos que camino queríamos tomar y por mera coincidencia, nos cambiaríamos del "reten" (como solíamos llamarle en broma) y cada quien tomaría una institución nueva, y aunque los primeros meses fuimos inseparables los unos con los otros, finalmente nos separamos y no volvimos a hablar... irónicamente, Carmen, Ernesto y yo seguimos el contacto.

A los 15 años ingrese a un colegio de monjas, nuevamente de falda y camisa, añadiéndole un pulóver, siempre mantuve el contacto con mis dos viejos amigos; mi nuevo liceo era solo de féminas.

Aunque en un principio fueron muy agradables conmigo, nunca me sentí cómoda allí y mucho menos en confianza y creo que ello fue lo que me hizo ser rechazada y descartada instantáneamente... mi falda era más corta de lo habitual y por exigencia de la institución realice la confirmación, allí conocí nuevas chicas y me sentí la popular entre ellas nuevamente, y aunque no seguimos en contacto tan seguido, las redes sociales nos unen, aunque no nos escribimos las unas a las otras.

Siendo tan solo una joven quinceañera, caí en la anorexia, con gran esfuerzo logre apartar el cigarrillo y el alcohol de mi vida, con todas estas ideas en mi cabeza con relación a lo gordo que se hallaba mi cuerpo, aunque todos decían que estaba en la talla ideal, nunca permití que aquellas distracciones afectaran y disminuyeran mis calificaciones... se lo debía a mi infancia...

Con la edad de 16 años, mi cuerpo dejaba muy en alto mi autoestima, ya no era una niña y eso lo demostraba con la ropa sexy y ajustada que usaba, en las cuales resaltaba mayormente mi busto; mi mayor atributo. Ese año cambie la anorexia por la bulimia, hace dos años que mi hermana se haba graduado de bachiller, y con una hermana ausente y una madre borracha que ni notaba mi presencia era fácil tener mis desórdenes alimenticios sin que nadie lo notase y fue ese año cuando la conocí: cabello negro, ojos verdes, misma estatura... se sentaba en la fila contigua y me pareció que si le hablaba ella no me contrastaría... Daniela, ese era su nombre.

En un principio, sentí poco probable que entre las dos surgiera una amistad, quizás se debía a la traición que había sufrido recientemente por parte de Carmen, pero contra todo pronóstico de mi parte, la amistad surgió entre las dos, desde entonces ella dejo de ser tan solo una <<conocida>> como tantas otras, para convertirse en mi "Hermana", hacíamos todo juntas y cada día agradecía infinitamente al cielo el haberla conocido, por fin tenía una autentica y verdadera amiga, ella fue la única persona que realmente llego a conocerme y en quien pude confiar...

A su lado fue fácil ser un libro abierto, mutuamente nos ayudábamos y no existía lugar para las mentiras entre nosotras... ella era del tipo de persona que decía las cosas como eran sin esperar siquiera agradar a quien se lo decía a restar importancia a su puno solo por no quedar mal con alguien, de igual modo era una persona muy alegre y jodedora y la verdad eso me alegraba y me gustaba... nunca faltaban las risas y las bromas entre ambas.

Ella me presento a Maribel y, aunque en un principio fue tenso y raro el conocerla, no paso mucho tiempo para que brotara una amistad muy especial. Aunque Daniela poco sabia de mi pasado, sabía que tarde o temprano lo descubriría, ambas compartíamos el mismo tipo de locura, y fue muy agradable para mi último año con ella; desearía haber podido conocerla de tiempo atrás... ambas nos incluimos en las dedicatorias de las tesis de las otra. Personas como Ana, Amanda, Carmen, Bruke, Anette, Ernesto, Camila, Winston o Lotti salieron rápidamente de mi vida... la misma rapidez con la que Daniela entro en ella...

De forma extraña y reveladora, Daniela me abrió un mundo de posibilidades y sueños académicos en los cuales no pensaba desde hace tiempo... constantemente bromeaba sobre mi aspecto sexy y revelador o de "Prostituta" como solía decir, pero ella no sabía el miedo y el terror que yo sentía de volver al pasado y ser nuevamente Andrea "La Fea"... lo que ninguna de las dos sabia o podía soñar e imaginar siquiera es cuan cerca se hallaba esa broma de la realidad...

Fue cuando lo conocí... poco después de graduarme con honores... Frank Simmons, el hombre que cambiaría mi vida para siempre.

Diario de una ProstitutaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora