3.- Miguel

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A los 9 años comencé a interesarme en Miguel, el chico nuevo del salón, él era moreno, con enormes y vividos ojos negros, nuestras madres eran muy amigas, y contra todo pronóstico termine suspirando por él, recuerdo como las otras chicas solían criticarlo, pero yo lo defendía en la mayoría de las ocasiones que podía, justificando razones que quizás yo solo entendía y apoyaba.

Él era muy amable conmigo, me agradaba hablar con alguien decente y discreto conmigo, sobre los comentarios de las demás personas sobre mí.

Recuerdo que él fue mi primera ilusión como tal, y confundí su amistad con sus sentimientos, con el aprendí que tomar una mano no significa amor, que el reír por mis chistes no era más que simple cortesía y que un abrazo significaba solo afecto en lugar de protección y amor eterno...

Aunque eso lo aprendí mediante cada rechazo de su parte, hoy en día le agradezco las lecciones, claro que al principio lo odiaba y me odiaba a mí misma, por no ser lo suficiente atractiva para él, pero cada año, la vida me recordaba las mismas lecciones y aunque fueron muy dolorosas en su momento, de eso se trata la vida, y sobre todo... vivir.

Diario de una ProstitutaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora