27 de agosto del 2014.
Habían pasado exactamente una semana después de la muerte de Elisa, su padre, el señor Dilan Milano aún no entendía el por qué su única hija, la brillante chica con un futuro prometedor, una fundación de donaciones y más a su cargo, la chica popular de la escuela, la chica que sin necesidad de trabajar, lo hacia para donar su sueldo a una casa hogar y que ayudaba a quien más lo necesitaba, había terminado con su vida de una manera tan repentina y devastadora.
Sí, Elisa era más hermosa de lo que cualquiera pudiera imaginar, una encantadora mujer de cabello rubio y ojos azules, un azul profundo que te hacia sentir dentro de océano más puro, unos labios rojizos que en cada palabra que ella decía susurraban "Besame" el tono claro de su piel te hacia pensar que estabas frente al más fino mármol o mirando la fría nieve caer, su cabello, cielos, su deslumbrante cabello te hacían pensar que podías tocar los rayos del sol al pesar los dedos entre el, su voz te sumergía en una fascinante melodía al escucharla y por donde pasara dejaba su dulce aroma haciéndola difícil de olvidar y su presencia se metía lentamente en tu ser hasta querer ser parte de ella misma.
Así era Elisa.
Tres días después de la muerte de Elisa, su dolido padre se había encargado de reunir a las personas más cercanas a ella, en total eramos seis, el señor Trudo quien era el dueño de la tienda comercial en la que trabajábamos, sus dos mejores amigas y fieles seguidoras, Valería y Sophia quien eran sus confidentes, sus diarios, su amiga de la preparatoria, con la que estudiaba y convivía, su ex novio con quien estuvo por tres años y lo más extraño, yo quien la había conocido apenas después de 8 meses, pero podría asegurar que esos meses se sintieron eternos, yo conocí a Elisa.
La casa de los Milano era inmensa, varias veces atrás había entrado cuando los padres de Elisa no estaban, veíamos películas, teníamos sexo, mucho sexo, comíamos y antes de que llegaran sus padres yo partía con pesar.
Ahora me da pesar estar aquí cuando una semana atrás Elisa se había suicidado en el piso de arriba.
Mientras el señor Dilan y su esposa charlaban en el despacho con el señor Trudo, los demás esperábamos en la sala de estar, amablemente nos habían puesto el televisor, nos dieron acceso a la clave de internet, la mucama preparo bocadillos y llevo sodas, claro sonaba fantástico todo, salvo que estábamos ahí porque ellos querían saber todo lo que Elisa nunca decía.
Valería y Sophia se encontraban paradas frente al ventanal conversando lo más bajo posible, su ex novio Chad estaba sentado en uno de los sillones cambiando los canales del televisor, Camila, su amiga de escuela, estaba sentada al lado de él revisando su teléfono, yo por mi parte me encontraba parado al lado de una repisa donde había varios porta retratos de la familia Milano y su difunta hija.
Mi amada Elisa.
— Bien — Dijo Valería parándose frente al televisor para llamar nuestra atención — Los señores Milano quieren saber qué pudo llevar a Elisa a la muerte, pero a ninguno nos dijo que se quería suicidar, así que no diremos nada de lo que hizo Elisa.
— No planeaba hacerlo — Dijeron todos casi juntos.
— Nick? — Me pregunto Sophia seria — No dirás nada de lo que hizo Elisa, cierto? — Me miró con ojos serios.
— Bueno — Apenas dije — quizá sus padres merecen saberlo.
— Sí — Afirmó con vehemencia — Aunque un par de cosas te involucren a ti?
No pude decir nada.
— Si tuviera a Elisa en frente, le diría que siempre la quise — Dijo Chad con tristeza — Tú, Nick? Al final ella se quedo contigo.
— Le diría que — pause para pensar que seria lo último que le hubiera dicho — Que ojala nunca la hubiera conocido.
Todos me miraron escandalizados y asombrados a su vez.
— Por eso te dijeron que no te enamoraras de ella — Respondió Valería con una sonrisa mientras los demás asentían con la cabeza.
— Era una perra — Dijo Chad.
Pero yo no quería, no era mi intención, de haberlo sabido, de conocerla mejor, deseaba nunca haberla conocido y así no cargar con el peso de su muerte.
Quién iba a imaginar que esa bella mujer era el maldito diablo disfrazado de hermosura y tentación.
Y sí, también la deseaba muerta, tan muerta como lo estaba ahora.
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Conociste a Elisa?
Teen Fictionella no tenia ningún motivo para suicidarse, yo tenia miles de motivos para dejarla ir, lo hizo y su muerte ahora me persigue tanto como el recuerdo de cuando la conocí. Y todos me preguntan. Conociste a Elisa?