Capítulo Tres

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27 de agosto.

Actualidad.

Era el quinto cigarrillo que fumaba, esperar ya no se me hacia habito, estaba en una gran sala con chicos que prácticamente no conocía del todo, miraba por la ventana a un gran jardín vacío lleno de el pasto más verde, flores y arboles, sin olvidar que era la casa donde murió Elisa.

Estaba haciendo la acción más inconsciente que alguien pudiese hacer, Junto al gran ventanal estaba un mesa antigua de caoba donde estaba un florero con flores artificiales y tres porta retratos, uno de ellos tenía una foto de Elisa, lo hice hacia tras de tal manera que la foto daba hacia el techo y así poder usarla como cenicero, las cenizas de los cuatro cigarrillos pasados ya habían cubierto su rostro, al fin y al cabo ella ya estaba muerta y enterrada bajo kilos y kilos de tierra que gracias al cielo nunca podrá quitar.

Suspire profundo al mismo tiempo que deje el cigarrillo sobre las cenizas consumidas, di la vuelta para mirar a las otras víctimas que, al juzgar por su apariencia se sentían igual que yo, frustrados. Ahora todos estaban sentados cada uno en un espacio del sofá, mirándose constantemente, tornándose los dedos, moviendo los pies, haciendo cualquier cosa con tal de no pensar en la muerte de Elisa.

— Entiendo que estés nervioso — Me dijo Valería quedándose quieta — Pero no hay razón para que nos mates con tanto humo.

— Lo siento — Dije falsamente.

— Ya pensaron qué dirán? — Nos preguntó Sophia mirándonos con pánico.

Yo solté una risa burlona generando las miradas furiosas de todas.

— De qué te ríes Montalvo — Me preguntó Chad en tono de fastidio.

— Lo siento — Le dije parando de reír — Sólo me es gracioso que Elisa ya está descomponiéndose bajo tierra y ustedes aún lo tienen miedo.

En seguida de mi seca respuesta Camila se llevó las manos al rostro, Valería se levantó del sofá de golpe, cruzó los brazos en el pecho para asesinarme con su furiosa mirada, Sophia se tensaba en su lugar y Chad me miraba desde su asiento con el puño cerrado dispuesto a darme la golpisa de mi vida.

— No eras el único que la quería, Nick — Me dijo Sophia más tranquila — Pero no debemos decir nada de lo que Elisa hizo, sus padres sólo quieren saber si ella nos dio señales de que  pensaba quitarse la vida, no? — Nos dijo a todos — No más, así que sólo digamos lo grandiosa que era y ya.

— A ustedes les dijo algo de eso? — Nos preguntó Chad.

Todos se negaron.

— Nick? — Me preguntó Valería.

— No, con ella siempre discutía — Respondí.

— Bueno, aún así no diremos nada, verdad? — Nos dijo nuevamente.

Todos asintieron con la cabeza, menos yo.

— Nick — Exclamó Valería.

— Qué — Les respondí tajante — por qué no? Sus padres merecen saber quien era Elisa en realidad.

— Estás estúpido — Me dijo Chad molesto.

— No quieren proteger la reputación de Elisa — Les dije molesto — Quieren proteger la suya — Afirmé al instante que sacaba otro cigarrillos de la bolsa de mi chamarra y  tomé el encendedor  que estaba junto al “Portaretranicero” para encenderlo — No quieren que sepan que Elisa era la amante de Daniel Trudo — Dije riendo — Que era novia de Chad para ocultar la bisexualidad de ambos, que Camila no era más que una puta esclava para ella, que Sophia siempre la amó y quería cogérsela pero Valería fue más lista y se la cogió muchas veces en casa ella — Remate llevándome el cigarrillo a la boca para dar un jalón de humo y sacarlo de mi boca de forma presurosa — Ya no les importa nada de Elisa. Era una perra y está muerta — Di otro jalón de humo — Es maravilloso... Pero aún muerta nos está jodiendo.

Conociste a Elisa?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora