Capitulo 4

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Capítulo 4

El aeropuerto era inmenso pero con cada paso que avanzaba mi corazón anunciaba un temor extraño, sin embargo lo ignore, permitiéndome continuar.

-¿Usted es la señorita Rossetti? –Pregunto el encargado

-Si –Respondí

-Su vuelo sale en tres minutos, debe apurarse

-Pero debo esperar a mi prima

-El vuelo de su prima sale en una hora más

Por lo visto mi padre me había mentido, había dicho que me iría con ella. Yo no conocía Londres, no conocía ni un solo pelo de aquel lugar. Este sí que sería un infierno, muy grabado en mi pequeña mente.

Los asientos eran cómodos, muy cómodos para dormir un buen rato, por lo que decidí hacerlo.

Estaba todo obscuro excepto por aquella luz azul parpadeante que nublaba mi vista, la cual se acercaba a mi lentamente, pero iba acompañada de un ruido. Me di cuenta que me encontraba en las vías de un tren, por lo que no lo pensé ni dos veces y salte a la tierra que colindaba con estas vías impidiendo que aquella máquina de hierro se deshiciera de mí fácilmente, sin embargo, no me deshice tan fácil de esta, ya que paro justamente cuando yo me recuperaba del golpe. Era una estación vieja, al igual que el tren.

-¿Dónde estoy? –Pregunte pero un eco fue el único que respondió

“Justamente tenía que suceder hoy” pensé dentro de mi cabeza. No duro mucho aquel pensamiento, ya que una sombra atravesó aquel tren sin necesidad de bajarse. Era tétrica y producía escalofríos.

-¿Quién eres? –Cuestione asustada pero firme

Una carcajada no tardó en aparecer.

-Dime –Esta vez dije decidida, pero en un abrir y cerrar de ojos ya estaba en aquel suelo.

-¿Temes al amor? –Pregunto burlona aquella voz tétrica

-No te diré –Se podía notar en mi tono algo de furia

-La última vez que jugaste con el destino no salió nada bueno –Rió -¿No lo recuerdas?

-No

-Yo si –Respondió mientras se movía impaciente

-Refréscame mi memoria y recuérdame aquella vez

-Has jugado un buen partido de ajedrez querida –Decía serio –Pero no puedo permitirte jugarle al destino

-¿De qué hablas?

-El destino debe jugártela, esta vez yo me burlare –Se acercó a mi

-¿Jugártela? –Pregunte divertida

-No estoy bromeando, así que borra tu sonrisa –Me regaño –No me gusta jugar con niñas que se creen que pueden hacer todo sin que nada se los pague, puede que me burle dos veces

-Supongo que… ¿Te llamas destino? –Reí

-Y supongo que quieres una vida sin dolor –Rió esta vez él

-No puedes afirmarlo

-Tú no puedes afirmar que el destino y el amor no existen

-Si puedo

-Ya veremos –Dijo con una sonrisa ladina que mostraba al fondo oscuridad, no tenía ojos, muy apenas daba su rostro forma. –Me debo ir

-Recuérdame de una vez aquella vez que jugué contigo destino

-Tú eras la chica que moriría en aquella carrera, sin embargo no sé cómo me la jugaste y provocaste solamente un rasguño en ti

-Oh ya veo –Sonreí –Espero y esta vez puedas

-No lo dudes Abril –Dijo alegre –Te salvaste de aquella muerte, mas no te salvaras del amor

-Veremos

Fue lo último que dije y no volví a soñar, solamente dormí, descansando mi cuerpo.

Desperté después de 3 horas, había sido un sueño extraño, demasiado. Me puse a leer “Divergente” después de despertar, faltaban aun 4 horas y media para llegar.

Pasando el tiempo pude lograr acabar el libro y notar que estábamos llegando. Me había cansado ya.

-Pasajeros es hora de bajar –Nos mencionó la azafata en un acento popular ingles de aquellos lugares.

Al bajar me dirigí al baggage reclaim para recoger mi equipaje, pero cuando lo tuve en la mano marque a mi padre.

-Hola ¿Abril? –Respondió al otro lado del teléfono

-Hola… ¿Por qué el vuelo de Kay salió más tarde que el mío? –Cuestione

-Lo siento por no avisarte, yo también me acabo de enterar. Solamente que me entere un poco antes que tú, lo siento hija –Se disculpó –Puedes ir a comer o a pasear una hora, pero por favor debes ir  al internado si no te cancelo todas las tarjetas y no sé cómo te vendrás de nuevo a casa

-Está bien padre ya entendí –Respondí agobiada

-Te quiero…

-Yo también papa

Colgué y me dirigí al restaurante que encontré cercas, mi estómago me exigía comer y no me podía negar un minuto más, con la comida no se jugaba, era lo más sagrado para mí. Algún día me casaría con ella.

-Buenas tardes, ¿Qué va a pedir? –Pregunto el mesero

-Buenas tardes, ¿Venden lasaña? –No había visto aun el menú

-Claro, ¿Le servimos una señorita?

-Por favor, si es tan amable

-Y de beber ¿Qué le damos?

-Agua –Siempre había sido sencilla, no me gustaban comportarme como una rica, solamente en los carros me lucia

-En un momento se lo traemos

Aquel mesero se retiró, pero no tardo en volver con mi platillo

-Que lo disfrute

-Gracias

No tarde mucho en devorarme la comida, sabia deliciosa. Pague y me retire, necesitaba un paseo.

Al acabar de dar el paseo regrese al aeropuerto donde me encontraría con mi prima e iría a mi nuevo internado.

-Kay –Grite al verla y cuando giro para mirarme me hundió en un abrazo

-¿Lista? –Pregunto emocionada

-No mucho –Respondí con una mueca

-Te gustara, en serio no es nada a lo que piensas ni a lo que piensan nuestros padres

-Eso es peor –Reí

-Claro que no, podrás salir por las noches a tus carreras nocturnas siempre y cuando pagues la cuota de salida

Lo se es corto, no me asesinen :'C Tratare de subir todos los dias pero puede que haya dias en los que no podre subir por demasiada tarea o por examenes. Los quiero mucho y por favor no se olviden de votar, comentar y recomendar. En serio gracias por tantas leidas en tan poco tiempo :')

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