Capitulo 11

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Capítulo 11

“Lo único que tenemos asegurado en esta vida es la muerte y los impuestos, nada más. Y lo único que nos une a todos, nuevamente es la muerte pero en esta ocasión también la vida.”

-Abril, Theo no aparece –Me confirmo Drew –Abril, lo siento en verdad. No pensé que este juego llegaría a tanto

Mi cerebro trataba de procesar todo, me encontraba perdida.

-Debemos irnos al internado –Paso su mano detrás de su cabellera, mientras rascaba esa parte –Abril, por favor responde –Su voz se quebró y sus ojos contenían lagrimas que deseaban recorrer sus mejillas

Me pare de la banqueta sin tomar la mano que me tendía Drew. Una sola semana que lo había visto nuevamente y esta vez lo había perdido para siempre.

-Abril, creo que no estás en condiciones de manejar –Me tomo del brazo y detuvo mi paso.

No quería pensar en nada mas, ni tomarle importancia a nada. Deseaba con muchas ganas manejar, manejar sin un fin.

-¿En verdad murió? –Susurre pero en un tono que logro escucharme a la perfección

-Lo más probable es que si, aunque si no lo hizo, lo más probable es que los policías lo hayan tomado

-Prefiero que lo tomen los policías a verlo muerto –Solloce

-Abril, lo siento tanto. Por favor, perdóname yo tuve la culpa tal vez. Soy un estúpido

-Lo eres –Me zafe de su agarre y arranque rápido mi coche, pero cuando él iba a detenerme ya era tarde. Tenía el auto en marcha.

Acelere lo más que pude, regresando al lugar donde hace una hora había visto a Theo y Drew concursar. Baje la velocidad y detuve el auto. Al salir de este coloque la seguridad y tome mi andar hacia un grupo de gente, policías y ambulancias alrededor de un carro destrozado. No soporte más y esta vez mis lágrimas provocaron que se convirtieran en casi un rio, el cual no tenía tiempo ni lugar de cuando cesaría.

-Pobre muchacho –Murmuraron dos señoras

-Qué muerte más horrible –Susurro la mujer que estaba frente a mí –Aunque él solito tuvo la culpa

Abrí paso tratando de colocarme enfrente de toda la plaga de gente que se encontraba alrededor del cuerpo.

-Si, ¿Me escuchan? –El hombre bocinaba las palabras en el radio, estaba vestido con un traje de policía y por lo visto, era el mismo que me seguía. Cuando respondieron la afirmación, continuo –Tenemos una muerte, si no me equivoco la identidad del chico es Theo Svern. Según su credencial de identidad tiene 16 años. Es menor de edad el chico, pero lamentablemente por jugar un deporte extremo si es que así se pueden llamar a las carreras ilegales que realizan, pues ha sucedido lo que sucedió. Avísenle a sus padres y a la institución donde cursa.

Era evidente, Theo acababa de morir. Corrí nuevamente en dirección a mi carro, sin evitar llorar. Adiós Theo, siempre te eh amado…

Pasaba por todo tipo de calles, con una velocidad muy mínima. Las calles estaban vacías –barrios bajos, medios y altos –aunque a pesar de eso me detuve en los semáforos lo cual me provocaba más pensar en él

-Señorita Rossetti –Me llamo la atención la directora –Han pasado cinco días desde que no hemos sabido nada de usted ¿Qué le sucede? ¿Cree que puede irse como si nada y regresar cuando quisiera? –Se dirigieron sus manos nuevamente al escritorio pero esta vez con un golpe que retumbo en mis oídos, pero no ocasiono sacarme del trance –Ha hablado a su padre

-¿Qué ha dicho? –Fue lo único que pude decir

-Se ira hoy mismo del instituto. Arregle sus cosas y cuando tenga listo todo, saldrá de aquí.

-¿Quién le ha avisado? –Dije aun con la vista perdida

-Su prima

-Vale –Suspire y me marche, cerrando la puerta en un transcurso lento y tranquilo.

Camine por los pasillos, en menos de un mes me iba. No por mi conducta excelente, al contrario, por mi rebeldía.

-¡Abril! –Gritaron al fondo entusiasmados

-¡Déjenme por un ratico en su vida en paz! –Grite sin contener las lágrimas de rabia, y por lo visto, se alejaron.

Al llegar a los edificios de los dormitorios, subí rápidamente las escaleras.

-¡Tú! –Me señalo Tamsym

–Lo mataste –Susurro Rose

-¿Cómo te atreviste? –Escogió una de tantas preguntas que tenía en su interrogatorio hacia a mí, Tamsym

-Yo no fui –Susurre y una lagrima se derramo

-¡Eres una asesina! –Me juzgo Rose –Todo el mundo ya lo sabe, por eso te han expulsado

Sus palabras me afectaron pero no del todo, al fin y acabo yo no fui a quien les propuso concursar. Ellos lo hicieron. Pero una parte también, yo tenía la culpa. Solo le dije un te quiero y no me despedí de él.

-Has entrado por fin –Bufo mi prima

-¿Por qué lo has hecho? –Cuestione enfadada

-¿Qué? –Respondió despreocupada y mirándome como si fuese poca cosa, su actitud era muy diferente esta vez.

-¿Por qué? –Espete tirando el jarrón de vidrio que estaba en su mesa, el cual contenía flores muy bellas, por lo visto las acababan de traer ya que estaban frescas. Ella solamente gruño y corrió para ver si no habían muerto sus queridas rosas -¿Por qué le has dicho a mi padre? –Inquirí

-¡Porque cambiaste Abril! ¿Qué no te das cuenta? Mira lo que has hecho simplemente con las rosas que me ha traído Steve. ¡Te has pasado! Joder –Gruño y derramo dos lágrimas.

-Te importa más unas rosas que ¿Yo? Esto no es cambiar Kay Rossetti, tal vez lleves mi apellido pero tú has sido la que has cambiado. Prefieres que Steve te aconseje que le hables a mi padre porque él me odia. Oh y claro, para no perderlo, lo haces. Eres una tonta Kay –Grite –Tal vez lleves mi sangre y tal vez le hayas dicho a mi padre, pero créeme, gracias –Esta vez abrió los ojos como plato al agradecerle –por abrirme los ojos para ver qué tipo de tía eres. Y por lo visto, te has convertido en una sosa y plástica igual que Tamsym y Rose.

-¿Qué? ¡Me estas ofendiendo!

-¿Por qué? ¿Por estipular una verdad? ¿Por ser honesta y decírtelo a la cara? Yo no dije nada de tu novio tan idiota que tienes. Pero por lo visto, tú has hablado de más.

-Tampoco te permito que me faltes al respeto diciéndome chismosa –Me bofeteo fuertemente

No tarde en reaccionar ocasionando que, en un abrir y cerrar de ojos estuviese arriba de ella golpeándola. Sí, me deje llevar, pero estaba harta.

-Abril –Entro alguien que rápidamente me detuvo, cogiéndome de los brazos

-Suéltame –Espete tratando de zafarme, pero al estar alejada de Kay, me di cuenta que estaba demasiado golpeada. Y sin embargo al girar mí vista al gran espejo del cuarto, mi mejilla ardía de los araños que me había dado Kay.

-Por favor Abril cálmate –Me susurro Drew –Por favor –Sentí una lagrima, no mía, sino de él. Estaba cayendo por mi desnuda parte del cuello. Su olfato estaba pegado a mi cabello. –Abril, trata de tranquilizarte. Yo te amo… Lamento lo de Theo, pero debes superarlo.

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