Capitulo 13

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Capítulo 13

“No se puede olvidar aquello que se aferra a ti”

El camino fue pesado, no solo por el trayecto, los recuerdos agobiaron hasta agotarme. Mi padre no me había dirigido la palabra y por ultimo mi celular se había apagado a consecuencia de la baja batería.

Sin música, sin palabras y con mi amiga soledad fue difícil ver la hora de llegar a casa. Aunque al final no solo eso fue el impedimento de llegar rápido, hubo un suceso más que tiro mis esperanzas de llegar esa noche.

-Hemos chocado señor –Anuncio el chofer de papá

-¿Cómo? ¿Quién fue? –Cuestiono mi padre a punto de explotar la ira

-Creo que esta grave la persona que lo ha hecho. Su carro se ha volcado. –El chofer se encontraba preocupado. Pasó sus manos por el rostro hasta llegar al cabello y cuando su objetivo se cumplió, comenzó a jalar lentamente su melena no tan larga.

-Abril, quédate aquí –Por primera vez, de todo el camino, mi padre me hablo

Baje del auto, desafiándolo, sin hacer caso a su orden. Su internado no había servido, ni siquiera sus tarjetas.

Hice una señal cuando estaba a mitad de carretera, mi padre sin embargo, corría hacia mi dirección.

-Abril, ¡Vuelve! –Refunfuño

-No lo hare –Respondí tranquila al ver las luces de un auto aproximarse. Mi auto de salvación, era un taxi, estaba de suerte.

Llegue a casa y encendí las luces, mi padre y el chofer seguramente seguirían ayudando a la persona que manejaba el auto.

-¿Nana? –Llame mientras mis manos depositaban las llaves de la casa en la mesita de centro. -¿Nana? –Repetí. No tardo ni siquiera 1 minuto cuando ruidos comenzaron a aparecer.

Una sombra apareció frente a mí, era alta y un poco fornida. No era mi nana, era un… ladrón. Levanto su brazo derecho con un objeto y el izquierdo no dudo en ayudarlo para sostener aquel material que sujetaban sus grandes manos.

-Me dirás el número de la caja fuerte, la contraseña de la puerta negra del fondo y guardaras silencio mientras busco todo el dinero que guarda esta mansión. ¿Queda claro? –Dio instrucciones acercándose poco a poco a mí, pero cuando más se acercaba, podía notar mejor su rostro y su tez morena. Era casi de la edad de mi padre. Usaba barba y bigote, pero sobre todo, no tenía cabello, se lo había rapado.

-Si –Tartamudee -¿Pero… donde está mi nana?

-En la cama de 3 piezas, dormida.

-¿La has drogado? –Inquirí exasperadamente

-Un poco –Confeso el muy sínico

Camine delante de él, sintiendo una pistola en mi espalda. Cuando llegamos a donde se encontraba la caja fuerte, grito que la abriera, sus gritos fueron inútiles y cuando el ladrón

 Iba a reaccionar y dispararme… no lo logro, ya que estaba tirado frente a mí. Actué rápido y lo golpee, dejándolo inconsciente.

Corrí abriendo todas y cada una de las habitaciones, pero ninguna contenía a mi nana dentro.

Baje las escaleras más rápido que nunca, me dirigí a la cocina y cuando observe que el lugar estaba vacío fui a la sala, abriendo por último el inmenso closet de la casa.

-Nana –Mis ojos desataban lágrimas

-Mi pequeña –Me abrazo débilmente

No tarde en sacarla de ahí y luego de ello, salimos de la casa.

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