Capitulo 20

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Capítulo 3

 

“No te fíes del amor, puede darte una puñalada por la espalda” –Mariana Casas

-¿Quién era realmente mi padre? ¿Por qué mi madre le temía? ¿Qué escondían los dos? ¿Sería cierto? ¿En verdad ella era mi madre? –Me cuestionaba mi vocecita interna cada vez que podía.

La habitación se abrió, mostrándome a Drew.

-La hora de visita ha vuelto y por supuesto, no dude ni un solo segundo en venir a verte –Su voz sonaba tan tranquila que me dolía

Sonreí.

-¿No dirás nada? –Insistió, mientras se sentaba en el sillón de cuero que estaba a lado derecho de mi camilla, debajo de un cuadro.

Suspire rendida.

-¿Qué quieres que te diga? Pudiste haber pasado la mañana con tu… ¿Novia? –Sonaba mejor en mi cabeza que en voz alta.

-¿Por qué te comportas así? ¿Por qué no has podido madurar? Tan solo una vez en tu vida piensa en lo que sienten los demás. ¡No seas una egoísta! –Espeto

-Yo no soy egoísta –Me defendí con lágrimas esparciéndose, provenientes de mis ojos – Yo me enamore. Pero ¿Sabes? El amor es algo tonto. Se clava en tu corazón y aunque sea solo fantasma, se siente. ¡Me siento una tonta!

-Te amo –Susurro Drew

-Y yo a ti –Murmure muy despacio

-Repítelo, más fuerte. Que logre esa palabra difundirse por el mundo. Que no sea un simple peligro de extinción, que sea real. Quiero ser tu todo Abril. ¿Me explico? Estar contigo cada mañana que despierte, besarte. Escuchar de los problemas y resolverlos juntos.

-Yo también deseo eso Drew –Una sonrisa se formaba en mi faz y por lo visto no era la única, él también tenía una.

Se acercó lentamente y me abrazo, susurrándome al oído que lo malo había pasado. Que él se quedaría por siempre conmigo, era una promesa, de esas que nunca se rompen.

-Hoy mismo puedes salir de este hospital –Musito luego de terminar nuestro abrazo eterno.

-¿Es verdad? –Inquirí sorprendida y feliz

-No tienes nada grave.

Me daba emoción, este día había sido el mejor de mi vida. El mejor después de años. Lo extrañaba, me hacía tanta falta Drew.

El día paso rápidamente, mientras los papeles se llenaban yo me encontraba en la planta uno con todo y mis pertenencias. Mientras mi padre firmaba lo último que quedaba para ser yo libre, me ponía a pensar sobre todo. Desde las palabras que me había dicho mi madre hasta lo que ahorita estaba viendo. Su perfil destacaba a una persona segura de sí misma y valiente. Él era mi héroe, claro “era”, porque todo cambio desde que me entere de la verdad. ¿Qué tanto ocultaba el hombre que se disfrazaba de buen papá?

-Abril, todo está listo –Dijo sacándome de mis pensamientos. –Vamos –Tomo mis cosas y nos dirigimos al carro.

El trayecto fue corto, sin embargo, deseaba pasar esa tarde-noche con Drew.

-¿Papá? –Cuestione dudosa. Él lo único que hizo fue fijar su vista en mí, como en modo de respuesta -¿Puedo ir esta tarde con mi novio?

-¿Tienes novio? –Inquirió con una mezcla de sentimientos que no beneficiaban

-Desde la mañana. –Su cara demostraba más enfado –Lo conocí en el internado y hoy vino a visitarme, siempre fue dulce –Explique

Su rostro fue demostrando tranquilidad poco a poco.

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