Capitulo 13♥

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La boca de Isabella se abrió, luego la cerró.

—¡Oh, no seas ridículo!

—No soy ridículo. Mi padre quiere conocerte, y a mí me gustaría que vinieras.

—Seguro que sí —exclamó ella, con desagrado.

—Eres muy mal pensada, Isabella querida.

—Tal vez es la compañía que tengo.

— ¡Quizás prefieras estar con el hombre que te usó, y luego te desechó como a un zapato viejo!

Isabella palideció. Su labio inferior temblaba.

— ¡Dios! Lo siento, Isabella. Profunda y sinceramente. He dicho algo muy mezquino.

—Sí —contestó ella, con voz ronca, mientras las lágrimas ardían en sus ojos.

Isabella miraba sin ver el zumo de naranja, sorprendida del dolor que las palabras de Zayn le causaban.

Últimamente, casi estaba de acuerdo con su madre en que nunca había amado a Jake. Pero debió hacerlo, su traición la había hecho mucho daño.

Parpadeó varias veces y suspiró, levantando la mirada, sólo para sorprenderse por la culpabilidad que se reflejaba en el rostro de Zayn. Al parecer, se arrepentía sinceramente de lo que había dicho.

—Yo lo siento también, Zayn —declaró con sinceridad—. Esto no puede ser fácil para ti tampoco. Creo que deberíamos olvidar nuestras diferencias y empezar de nuevo, ¿quieres?

— ¿Lo dices en serio? —preguntó Zayn, mirándola.

—Por supuesto. Tú eres el padre de mi hijo. Deberíamos al menos tratar de ser amigos. También veo que es sensato que vaya a conocer a tu familia, aunque no puedo quedarme contigo durante todo el embarazo. ¿Lo entiendes?

—En realidad, no.

—No sería correcto. Yo no quiero depender de nadie. Debo abrirme camino sola.

—Eso estaba bien cuando eras sólo tú, Isabella —indicó él—, pero pronto tendrás un hijo. No tienes trabajo y supongo que tendrás pocos ahorros. Eres muy joven, no has tenido tiempo de ahorrar.

— ¡Tengo veinticinco años!

—Positivamente una anciana. ¿Y cuánto hace que trabajas? ¿Cuatro años?

—Algo así…

— ¿Ves? No se necesita ser un genio para adivinar tu posición financiera. Además, tengo una proposición que hacerte.

Eso provocó una mirada cautelosa, por parte de Isabella.

— ¿Oh, sí?

—Nada de eso —aclaró él—. Mi padre acaba de regresar a casa. He contratado a una terapeuta para que le cuide durante la recuperación, pero hay veces que necesita a alguien que le lea y hable con él, o sólo que lo acompañe.

— ¿Una dama de compañía, quieres decir?

—Sí, algo así. ¿Crees que podría interesarte? Es una buena solución. Papá conocería a la madre de su nieto y tú te sentirías un poco más útil de lo que obviamente te sientes ahora.

—Mmm — Isabella mordió su labio—. He solicitado el seguro social…

—No importa. Puedes cancelarlo, o yo pondré tus salarios en un fideicomiso para el niño.

—Preferiría cancelarlo.

—Naturalmente. Eres demasiado orgullosa, Isabella. Y demasiado honesta. Debes aprender que la vida es una jungla, y a veces el bueno sale perdiendo.

— ¿Estás diciendo que tú no tienes orgullo? ¿Qué no eres honesto?

Una sombra pasó a través de los ojos de Zayn, volviéndolos oscuros por un segundo. Pero pronto volvieron a ser de un alegre color avellana.

—Digamos sólo que soy conocido por perseguir lo que quiero, con obstinada determinación.

Isabella lo miró largamente.

— ¿Este trabajo es una excusa para seducirme de nuevo? —preguntó ella.

Zayn pareció sorprendido un momento, antes de recuperar su aplomo.

—No —repuso con firmeza y la miró a los ojos—. Créeme cuando te digo que no se repetirá lo de aquella noche, en Bradford.

Él parecía estar diciendo la verdad. Isabella se dio cuenta con cierto grado de sorpresa y decepción.

—La cena está lista —dijo su madre, a través de la puerta de alambre.

—Vamos —respondieron a coro.

— ¿Isabella? —dijo Zayn, tomándola de un codo.

— ¿Sí?

— ¿Vas a aceptar?

Ella trató de concentrarse en su propuesta, pero no podía porque el contacto con Zayn hacía que su pulso se acelerara.

—¿Isabella? —intentó Zayn, de nuevo.

Isabella levantó sus oscuros ojos y lo miró, esperando que él no pudiera leer su mente.

—Si confías en mí —añadió él, con suavidad—. No traicionaré tu confianza.

Quizás él pudiera contenerse, pero Isabella no sabía si ella era capaz de controlarse si él se insinuaba. No estaba segura de sí misma.

—¡Isabella! —llamó su madre de nuevo—. ¿Qué sucede? —su rostro apareció tras la puerta de tela de alambre—. Vamos, amor. ¡Y no te olvides de tomar las vitaminas!

Zayn sonrió, al ver la expresión apenada del rostro de Isabella.

—¿Bien? ¿Qué dices? ¿Lo intentarás por unos pocos meses?

Algo le advertía que era demasiado tiempo, demasiado peligroso.

—Un mes —se comprometió ella—. Entonces veremos…

Todavía mirándolo a los ojos, Isabella  habría debido ser ciega para no ver la profundidad de la satisfacción de Zayn. Su estómago dio un vuelco y apartó los ojos de él. ¿Qué había hecho?

—¿Qué te dijo mi madre? —preguntó Isabella, tan pronto como el coche se alejó de la vista de sus padres.

Zayn le dirigió una mirada de reojo.

—¿Cuándo?

—Cuando te llamó a la reja —Isabella miró a Zayn con suspicacia—. ¿No estará tratando de presionarte para que te cases conmigo, verdad?

—No seas paranoica, Isabella. Tu madre me pidió que no condujera deprisa, me recordó que tenía una preciosa carga a bordo.

—¡Oh, cielo santo! Esa mujer se está poniendo imposible. Sólo Dios sabe cómo será cuando tenga al bebé.

—Hablando del bebé, ¿te sientes mejor hoy?

—No —contestó ella—. Me siento fatal.

—¿De veras? Estás guapísima. Ese verde te queda muy bien.

Isabella se puso rígida, recordando cómo había discutido con su madre acerca de lo que se pondría esa mañana. Al final, hizo caso a su madre y se vistió como siempre lo hacía, sin andar ocultando su figura en tiendas de campaña y blusas voluminosas.

Pero ahora Isabella se arrepentía de haberse puesto un vestido tan escotado.

—Pensé que habías dicho que querías que comenzáramos de nuevo —le recordó Zayn—, que deberíamos tratar de ser amigos. Si ésta es tu idea de ser amistosa, entonces la gente de la ciudad es endiabladamente diferente a la del campo.

Atracción Irresistible♥ |Z.M|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora