Esas palabras hicieron que Isabella se sintiera culpable. Había estado tan enfadada ese día como el anterior, y no todo era debido a su malestar físico. Cuando Zayn apareció esa mañana, controlado, bien parecido y vestido de blanco, ella no había podido quitarle los ojos de encima. La única defensa contra el revoloteo de su corazón, eran las palabras agudas y el semblante irritado.
Isabella sacudió la cabeza. Su deseo por Zayn podía convertirse en amor si no estaba en guardia. Y ella no podía darse el lujo de enamorarse de un hombre que no la correspondía, un hombre cuyo corazón había sido dado a otra mujer.
Sin embargo, sus temores, justificados o no, no eran excusa para sus malos modales, y lo sabía.
—Lo siento, Zayn—se disculpó—. Pronto estaré de mejor humor. Este malestar desaparece generalmente a media mañana.
—Eso espero —le sonrió Zayn.
Guardaron silencio después de eso, la atención de Isabella pronto quedó atrapada por el paisaje. El camino era muy accidentado, pero Isabella no se mareó, como temía. De hecho, pronto se distrajo de su malestar, al observar las muchas y variadas vistas.
Las rocas se dividían en grandes desfiladeros, las distantes colinas estaban plagadas de arbustos e Isabella se estremeció al pensar en lo que sucedería si la maleza se incendiara.
— ¿Está muy seco, verdad? —comentó ella, al fin, preocupada.
—Sí. Mi padre dice que es la peor sequía desde los años cuarenta.
— ¿Qué edad tiene tu padre, Zayn? —preguntó Isabella.
—Sesenta y tres.
—Todavía es muy joven —murmuró ella, con suavidad—. ¿Y tú?
—Voy a cumplir treinta. Qué es esto, ¿un interrogatorio?
—Debería saber un poco acerca de tu familia antes de llegar, ¿no crees?
—Sí. Supongo que es razonable. Dispara, entonces.
— ¿Quién más vive en Bradford además de ti, tu padre y Josh? Supongo que tendrán algún empleado.
—Supones bien. Tenemos a Helga para cuidarnos —contestó Zayn, riendo—. Vino a casa cuando mi madre enfermó, antes de morir. Después, Helga se quedó, diciendo que nosotros no podríamos arreglárnoslas sin ella. Yo tenía doce años entonces. Josh sólo siete. Él ve a Helga como una segunda madre.
—¿Y tú? ¿Tú la consideras una segunda madre?
—¡No! Es una dictadora. Sólo Josh suaviza el corazón de esa mujer. Sería un excelente sargento en el ejército. Sin embargo, hace el trabajo de tres mujeres, así que no puedo quejarme. Mantiene la casa entera reluciente, lava, cocina y plancha, y todavía le queda tiempo para tejernos a todos los suéteres más horribles. Yo tengo un cajón lleno de ellos.
—Parece muy dulce —sonrió Isabella.
—Tiene buenas intenciones, supongo.
—¿Tu casa es muy grande?
—Demasiado grande, tanto, que hay partes de la casa que nunca usamos. Papá contrata a un equipo de limpieza una vez al año para limpiarla. Cuando terminan, cubren la mitad de los muebles de las habitaciones y luego las cierran.
—¡Dios santo! ¿Cuántas habitaciones tiene?
—Cuarenta y dos.
Isabella parpadeó, al ver el rostro divertido de Zayn.
—Me estás tomando el pelo.
—Desafortunadamente, no.
—¡Cuarenta y dos! —repitió ella, con asombro—. ¿Y Helga lleva la casa ella sola?
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Atracción Irresistible♥ |Z.M|
Fiksi PenggemarZayn Malik era el soltero más sexy que Inglaterra tenía para ofrecer. En la Fiesta Anual de Solteros y Solteras, el guapo Británico sabía a quién quería… ¡y la deseaba ahora! Isabella Loredo pensó que ella era una despabilada muchacha de Atlanta, pe...