Atracción Irresistible♥ |Z.M|

Capitulo 23♥

Zayn y Josh debieron recoger a Liam y a Louis en el camino, pues los cuatro hombres llegaron a la casa al mismo tiempo que Rebecca e Isabella. Una dama rolliza y agitada, corrió a saludarlos a todos.

—¡Oh, gracias a Dios, gracias a Dios! —seguía diciendo.

—Vamos, vamos, señora Black —le dijo Zayn, dándole golpecitos en la mano—. Cálmese.

Se volvió para dirigir a Isabella una mirada inquisitiva, pero la chica sólo sonrió, atesorando el maravilloso conocimiento de su amor por ella. Más tarde le confesaría su propio amor. No sólo se lo diría, se lo demostraría.

—¡Ahí está el helicóptero! —gritó Rebecca, señalando al horizonte—. Es un helicóptero con bomba de agua —explicó a Zayn—, pero el piloto no es muy experimentado. ¿Crees que podrás ayudarlo?

—Seguro. No he hecho eso antes, pero no debe ser muy difícil.

El helicóptero aterrizó en medio de una nube de polvo. Liam, Louis y Josh subieron y Zayn se sentó al lado del piloto, gritando a Rebecca que recogiera unas bebidas frías y que las llevara en el jeep.

Rebecca encogió los hombros, con resignación. A los pocos minutos, había llenado dos neveras portátiles con hielo y refrescos, negándose a permitir que Isabella le ayudara a llevarlas hasta el jeep.

—Tú no deberías cargar cosas pesadas —declaró con firmeza.

—¿De dónde sacan al agua de la bomba? —preguntó Isabella, mientras Rebecca se colocaba detrás del volante.

—De la presa, supongo, aunque no hay mucha agua ahí. Tal vez del río.

Isabella frunció el entrecejo.

—¿Pero eso no es peligroso? El río no es muy ancho, y hay árboles a lo largo de la ribera.

—¿Peligroso? ¿Para el legendario Zayn Malik?

—He oído que lo llaman así antes, pero no sé lo que significa.

—Significa, tontita, que estás enganchada al más loco y aventurero vaquero de helicópteros. Zayn se enorgullece de poder volar lo suficientemente bajo, para abrir rejas, asomándose afuera de la cabina. Puede reunir desde el helicóptero cualquier cosa que se mueva en cualquier clase de terreno, no importa lo escarpado y abrupto que sea: ganado, caballos broncos y búfalos. Es una leyenda en la llanura por su destreza y valentía —le dirigió a Isabella una mirada irónica, mientras iniciaban el camino.

Una especie de miedo se apoderó del corazón de Isabella. Zayn podía ser muy hábil, pero él mismo había admitido que no había hecho antes esa clase de trabajo. ¿Y si cometía un error? ¿Y si el helicóptero se estrellaba?

Isabella se sintió más enferma de lo que nunca se había sentido. Su enfermedad aumentó, una hora más tarde mientras ella y la señora Black estaban juntas en la terraza trasera de la casa, desde donde tenían una vista de primera, de lo que sucedía, tanto en las lejanas dehesas como en el aire. El helicóptero había cargado agua de la presa un par de veces, pero era obvio que no era suficiente. El fuego seguía creciendo. Ahora, el helicóptero se dirigía al río. Isabella sabía quién estaba en los controles.

—¡Oh, Dios, no! —gritó, cuando la máquina rozó las copas de los árboles en su descenso cuando el helicóptero se inclinó peligrosamente, las aspas del rotor casi tocaron la superficie del agua, antes de que la nave se enderezara y se elevara de nuevo.

—No puedo seguir mirando —murmuró en voz baja.

Pero lo hizo, con el corazón sangrando en su pecho, mientras observaba a Zayn hacer un viaje tras otro hacia el río, y regresar luego al fuego. Al fin, las llamas murieron, sin dejar nada más que una nube de humo negro. La señora Black se volvió a abrazarla cuando, aun a la distancia, escucharon los gritos de triunfo de los hombres.