Miró la fotografía de nuevo, y apenas pudo suprimir una carcajada. Pues Jake no sólo estaba muy pasado de peso, sino que se estaba quedando calvo. En menos de un año, parecía diez años más viejo. Ella había mostrado la fotografía a Zayn, quien la miró, y luego a Isabella.
—¿Y se supone que me parezco a este? —preguntó.
—Hubo una vez —repuso ella, tratando de mantenerse seria.
Cuando Zayn estalló en una carcajada, ella lo hizo también pero de alivio más que de burla, pues ahora Zayn podía poner a descansar el fantasma de Jake, de una vez por todas.
El padre de Isabella abrió las puertas corredizas, y asomó la cabeza.
—¿Es esta una reunión privada, o puedo pasar?
—Por favor, acompáñanos, Lionel —lo invitó Zayn, con efusividad—. Trae a Anabell haremos una foto familiar.
Lionel parecía tímido.
—Sí, pero antes pasen. Tu madre dice que se está haciendo tarde, Isabella, y que deberías abrir los regalos del niño.
Todos se reunieron en una enorme sala, de la moderna y aireada casa, e Isabella se sentó sobre el sofá de cuero blanco, para empezar a abrir los regalos y tarjetas que estaban sobre la mesita del café, mientras todos la miraban. Niall seguía filmando. Isabella decidió ignorarlo, y comenzó a rasgar las envolturas.
En cuanto a las tarjetas, la primera que cogió fue la de Josh. El joven, que se había comprometido con Rebecca el mes anterior, había enviado sus disculpas por no poder asistir, ya que estaban en temporada de esquila. Había enviado por correo una hermosa oveja de juguete. La tarjeta tenía una notita de Rebecca.
—¿Qué quiere decir ella —preguntó Zayn— con que ha estado nadando con mucha frecuencia últimamente?
—Yo… pues… le dije que el único modo de ser buena en algo, era practicándolo.
—Pero si Rebecca es una fantástica nadadora, si nosotros solíamos ir a… —su voz se desvaneció, y la miró con suspicacia. Ella se ocupó con otro regalo para distraerse.
—Aquí hay uno de Helga —anunció, palpándolo, antes de abrirlo—. Me pregunto qué será —era bastante voluminoso, pero suave.
—Tengo la horrible premonición de que Helga ha estado tejiendo de nuevo.
Isabella rasgó el papel y todos se quedaron mirando. Era, suponía, una alfombra de alguna clase, tejida en la más espantosa combinación de colores que había visto. ¿A quién podía ocurrírsele combinar el color malva con naranja, negro, rojo y morado, en una serie de cuadros, sin seguir un patrón regular? En la tarjeta estaba la siguiente explicación:
Comencé esto antes de saber si tu hijo sería niño o niña, así que me decidí por los colores neutros.
¿Esos eran colores neutros? Isabella miró la alfombra, incapaz de pensar en algo que decir.
—¿Qué… qué es? —preguntó al fin, la madre de Isabella.
—Una manta para caballo —declaró Zayn, con el rostro serio—. Para el primer pony de Ian. Las mantas para caballo de Helga son famosas. A los caballos les encantan.
—¡Oh! —exclamó Anabell.
—La pondremos en un cajón para él, cariño —le indicó Zayn a Isabella—. Quizá deberíamos tener aparte un cajón especial, en el cual guardar todos los maravillosos regalos de Helga.
—Sí, querido —contestó ella, con una mirada aún más inmutable—. Creo que sería lo mejor.
Estaban acostados aquella noche, después de que Ian al fin pudo dormirse, y reían por el incidente.
—Casi me muero cuando lo vi —rió Isabella.
—Más bien «casi te mueres de risa». Y ahora, señora, ¿quiere explicarme qué consejo le diste a Rebecca?
—¿Por qué lo preguntas? Funcionó, ¿verdad? Están comprometidos y felices.
—No tan felices como nosotros —insistió Zayn, acercándola a sí.
—Nadie es tan feliz como nosotros.
—Cierto.
—Razón por la cual no voy a volver a trabajar.
—¿No?
—No. Estoy feliz haciendo lo que hago, cuidando a Ian y ayudándote a ti. Tal vez algún día quiera regresar a la emisora, pero no ahora. Quiero estar aquí cuando le salga el primer diente a Ian, cuando diga su primera palabra y dé su primer paso. Que Harry busque a otra persona —continuó ella, sin ningún pesar—. No voy a estar disponible al menos en diez años, hasta que nuestro último hijo vaya a la escuela.
Asombrado, Zayn se apoyó sobre un codo y la miró.
—¿Nuestro último hijo? ¿Cuántos vamos a tener, por amor de Dios?
—Oh, al menos cuatro. Los niños necesitan hermanos y hermanas. Es un mundo difícil.
Zayn sacudió la cabeza, con gran asombro.
—Nunca dejarás de asombrarme, señora Malik. Primero, decidiste tener a mi bebé cuando la mayoría de las mujeres en tu lugar no lo habrían hecho. ¡Ahora, después de un largo y laborioso parto, me dices que quieres un montón más! Comienzo a preguntarme si eres masoquista o sólo estás loca.
—Estoy loca —declaró ella, y con una risa suave y sexy, lo estrechó en sus brazos—. ¡Loca por ti mi amor…!
Tatan♥
-ALINA♥
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Atracción Irresistible♥ |Z.M|
FanfictionZayn Malik era el soltero más sexy que Inglaterra tenía para ofrecer. En la Fiesta Anual de Solteros y Solteras, el guapo Británico sabía a quién quería… ¡y la deseaba ahora! Isabella Loredo pensó que ella era una despabilada muchacha de Atlanta, pe...